Inquisición peruana
La Inquisición Peruana fue establecida el 9 de enero de 1570 y finalizó en 1820. El Santo Oficio y el tribunal de la Inquisición estaban ubicados en Lima, el centro administrativo del Virreinato del Perú.
Historia
A diferencia de la Inquisición española y la Inquisición medieval, en la Inquisición peruana tanto las autoridades como la iglesia dependían de la aprobación de la Corona para ejercer la jurisdicción.
Documentos de la oficina muestran que se crearon varias pruebas para identificar a judíos, luteranos y musulmanes, y que los miembros de esos grupos fueron castigados, torturados o asesinados por sus creencias.
En 1813 fue abolido por primera vez en virtud de un decreto de las Cortes. En 1815 se reconstituyó, pero ahora su objetivo eran las ideas de los Encyclopédistes franceses y textos similares, y a la mayoría de las personas acusadas de delitos sólo se les concedía libertad condicional. Con el ascenso del masón José de la Serna al virreinato, que coincidió con el ascenso de la facción nacionalista (mientras ambas facciones se preparaban para luchar entre sí en la Guerra de Independencia del Perú), la Inquisición se desmoronó por su propia voluntad.
Estadísticas
El repaso a las cifras aportadas por Escandell indica que en sus inicios el Tribunal se dedicó a supervisar a la población europea. Incluye tanto a los llamados "viejos cristianos" y algunos descendientes de conversos, principalmente los de ascendencia judía, que, evadiendo expresas prohibiciones reales, llegaron a las provincias hispanoamericanas. Cabe reiterar que la gran mayoría de la población peruana estaba constituida por indígenas, quienes, como neófitos en el cristianismo, quedaron fuera del ámbito de competencia de la Corte, de conformidad con las disposiciones de los reyes de España. También llama la atención el alto porcentaje de acusados extranjeros, que supera su correspondiente participación demográfica. Esto se ha calculado para el período 1532-1560 entre el 8% y el 12%. Esto se explica por razones de Estado que hacían imprescindible controlar a posibles espías de las potencias enemigas de España.
GRUPOS ÉTNIC | PROCESO | PERCENTA |
Españoles | 391 | 78,57% |
Extranjeros | 86 | 17,30% |
Mestizo, negro y mulatto personas | 21 | 4.13% |
Total | 498 | 100,00% |
En cuanto al tipo de sentencias, la mayoría son abjuraciones que suman 173 y equivalen al 67%. Así, dos tercios de los sentenciados abjuraron de sus errores, a lo que se sumaron, en su mayoría, algunas penas espirituales y el pago de las costas de los procesos o algunas multas. Los reconciliados y absueltos llegaron a 30 y 29 respectivamente, mientras que los procesos suspendidos fueron 8. 6 fueron condenados a muerte y 9 efigies fueron quemadas. De los condenados a la hoguera, 5 eran judaizantes portugueses: Lucena de Baltasar, Duarte Núñez de Cea -ambos abandonados en el auto de 1600- Duarte Enríquez, Diego López de Vargas y Gregorio Díaz Tavares abandonados en el auto de 1605. El bachiller Juan Bautista del Castillo fue el único limeño condenado a muerte en la hoguera -en toda la historia de este Tribunal- por proposiciones contrarias a la fe, que difundió por la ciudad en medio de escándalo público.
Condenado a muerte por la Corte de Lima (1569-1820)
CAUSE | NUMBERS | PERCENTA |
Judaizers | 23 | 71,88% |
Protestantes | 6 | 18,75% |
"Proposiciciones" | 2 | 6.25% |
"Alumbrados" | 1 | 3.12% |
Total | 32 | 100.00 |
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