Calamina (mineral)

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Especimen de calamina de la mía en Granby, Missouri
Matriz cristalina de hemimorfita de la mina Sterling Hill, Nueva Jersey
Ejemplo minero de la ciudad productora de bronce del siglo XVII de Stolberg, Jülich

Calamina es un nombre histórico para un mineral de zinc. El nombre calamina deriva de lapis calaminaris, una corrupción latina del griego cadmia (καδμία), el antiguo nombre de los minerales de zinc en general. De aquí proviene el nombre de la ciudad belga de Kelmis, La Calamine en francés, que albergó una mina de zinc. En los siglos XVIII y XIX se podían encontrar grandes minas de mineral cerca del pueblo alemán de Breinigerberg.

A principios del siglo XIX se descubrió que lo que se pensaba que era un solo mineral en realidad eran dos minerales distintos:

Aunque química y cristalográficamente bastante distintos, los dos minerales exhiben una forma externa masiva o botrioidal similar y no se distinguen fácilmente sin un análisis químico o físico detallado. El primero en separar los minerales fue el químico y mineralogista británico James Smithson en 1803. En la industria minera históricamente se ha utilizado el término calamina para referirse a ambos minerales indistintamente.

En mineralogía, calamina ya no se considera un término válido. Se ha sustituido por smithsonita y hemimorfita para distinguirla de la mezcla rosada de óxido de zinc (ZnO) y óxido de hierro(III) (Fe2O3) utilizada en loción de calamina.

Historia temprana

En el siglo XVI, la demanda de latten (latón) en Inglaterra provino de las necesidades de cardado de lana, para lo cual se preferían los peines de alambre de latón, y piezas de batería (artículos de latón formados martillando láminas de latón en un molino de baterías). El único método conocido para producir la aleación era calentando cobre y calamina juntos en el proceso de cementación y en 1568 se otorgó una carta real a la Sociedad de Obras de Minerales y Baterías para buscar el mineral y producir latón, para reducir la dependencia de importado metal de Alemania. Se establecieron fábricas para explotar el proceso en Isleworth y Rotherhithe. A fines del siglo XVII, se sabía lo suficiente sobre el zinc metálico para hacer soldadura de latón directamente mediante la combinación de cobre y espelta (lingotes de zinc). En 1738 se otorgó una patente a William Champion, un fundador de latón de Bristol, para la reducción a gran escala de calamina para producir espelta.

En 1684, un artículo presentado a la Royal Society abordó las propiedades medicinales y veterinarias del compuesto cuando se encuentra en forma de polvo fino. Desde entonces, no se ha identificado ningún mecanismo de acción para el polvo y, a partir de 1992, el único efecto médico del mineral en polvo parece ser su capacidad para absorber la humedad secretada por la piel irritada y supurante.