Tracción animal

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La tracción animal se consigue mediante el disparo de diferentes tipos de carruajes destinados al transporte de personas o mercancías por parte de animales domésticos para actividades agrarias, forestales, de ocio y de mantenimiento. En el campo agrícola, estos espacios son en primer lugar la horticultura, especialmente la ecológica, y la viticultura en costeros o en situaciones difícilmente mecanizables.

Los animales susceptibles de ser empleados en tracción animal son sobre todo los équidos (caballos, asnos, mulas) pero también pueden serlo los bovinos. Los animales de tiro se utilizan desde hace milenios, después de la revolución neolítica, que permitió la ganadería, pero se utiliza especialmente a partir de la Edad de los Metales, cuando se posibilitó la tecnología de la rueda, aunque dependiendo de los medios, las culturas y otras circunstancias, se emplean otras técnicas de disparo como el trineo.

Otras formas similares de utilización productiva de animales son los animales de carga (carga dispuesta directamente sobre los animales o con elementos fijos a él, como las alforjas) y los animales de monta (por ejemplo, equitación).

Tipo

Los principales animales de tiro son los équidos (caballos, burros y asnos) y los bóvidos (bous). Los perros tienen una utilización mucho más versátil, incluso limitándose al contexto de su uso productivo en entornos rurales (caza, pastoreo, etc.), además de ser también animales de tiro y de compañía. Los camélidos suelen ser utilizados como animales de carga, tanto los del viejo mundo (camellos y dromedarios) como los del nuevo mundo (llamas, vicuñas, alpacas), mientras que los renos suelen utilizarse como disparo de trineos. Los elefantes se utilizan también para tareas pesadas (como desbrozar o arrastrar troncos).

Otros animales destinados a transportar