Pregunta cargada
Una pregunta capciosa es una forma de pregunta compleja que contiene una suposición controvertida (por ejemplo, una presunción de culpabilidad).
Esas preguntas pueden usarse como una herramienta retórica: la pregunta intenta limitar las respuestas directas a aquellas que sirvan a la agenda del interrogador. El ejemplo tradicional es la pregunta "¿Ha dejado de golpear a su esposa?" Ya sea que el encuestado responda sí o no, admitirá tener una esposa y haberla golpeado en algún momento en el pasado. Por lo tanto, estos hechos son presupuestos por la pregunta, y en este caso una trampa, porque limita al encuestado a una sola respuesta, y se ha cometido la falacia de muchas preguntas. La falacia se basa en el contexto para su efecto: el hecho de que una pregunta presuponga algo en sí mismo no hace que la pregunta sea falaz. Sólo cuando la persona a la que se le hace la pregunta no está necesariamente de acuerdo con algunas de estas presuposiciones, el argumento que las contiene se vuelve falaz. Por lo tanto, la misma pregunta puede cargarse en un contexto, pero no en el otro. Por ejemplo, la pregunta anterior no estaría cargada si se hiciera durante un juicio en el que el acusado ya había admitido haber golpeado a su esposa.
Esta falacia informal debe distinguirse de la de petición de principio, que ofrece una premisa cuya plausibilidad depende de la verdad de la proposición sobre la que se pregunta y que, a menudo, es una reafirmación implícita de la proposición.
Defensa
Una forma común de salir de este argumento es no responder a la pregunta (por ejemplo, con un simple 'sí' o 'no'), sino desafiar la suposición detrás de la pregunta. Para usar un ejemplo anterior, una buena respuesta a la pregunta "¿Ha dejado de golpear a su esposa?" sería "Yo nunca he golpeado a mi esposa". Esto elimina la ambigüedad de la respuesta esperada, anulando así la táctica. Sin embargo, es probable que el autor de la pregunta responda acusando al que responde de eludir la pregunta.
Ejemplos históricos
Diogenes Laërtius escribió una breve biografía del filósofo Menedemo en la que relata que:
[Oh] cuando Alexinus le preguntó si había dejado de golpear a su padre, dijo, "No lo he golpeado, y no me he dejado fuera;" y cuando dijo más allá que debía poner fin a la duda respondiendo explícitamente sí o no, "Sería absurdo", se reunió, "a cumplir con sus condiciones, cuando puedo detenerte en la entrada."
Para dar otro ejemplo, el referéndum de 2009 sobre el castigo corporal en Nueva Zelanda preguntó: "¿Debería una bofetada como parte de una buena corrección parental ser un delito penal en Nueva Zelanda?" Murray Edridge, de Barnardos New Zealand, criticó la pregunta como "cargada y ambigua" y afirmó que "la pregunta presupone que abofetear es parte de una buena corrección de los padres".
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