Pago electrónico de facturas

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El pago electrónico de facturas o facturación electrónica es una característica de la banca en línea, móvil y telefónica, similar en su efecto a un giro, que permite a un cliente de una institución financiera transferir dinero de su cuenta de transacción o tarjeta de crédito a un acreedor o proveedor, como una empresa de servicios públicos, tienda por departamentos o un individuo para ser acreditado contra una cuenta específica. Estos pagos generalmente se ejecutan electrónicamente como un depósito directo a través de un sistema de pago nacional, operado por los bancos o en conjunto con el gobierno. Por lo general, el pago lo inicia el pagador, pero también se puede configurar como un débito directo.

Además de la facilidad de pago de facturas, la mayoría de los bancos también ofrecerán varias características con sus sistemas de pago electrónico de facturas. Estos incluyen la capacidad de programar pagos por adelantado para que se realicen en una fecha específica (conveniente para pagos a plazos como hipotecas y pagos de manutención), para guardar la información del facturador para reutilizarla en el futuro y varias opciones para buscar el historial de pago reciente. En muchos casos, los datos de pago también se pueden descargar y publicar directamente en el software de contabilidad o finanzas personales del cliente.

Historia

Aunque esta tecnología estuvo disponible desde mediados de la década de 1990, la adopción fue inicialmente lenta hasta que aumentó el acceso a Internet en los hogares. Para el año 2000, la adopción de sistemas electrónicos de pago de facturas comenzó a aumentar drásticamente.

Impacto

Desde el punto de vista del consumidor, el pago electrónico de facturas es más barato, más rápido y más cómodo que extender, asentar y conciliar cheques. Además, aunque existen limitaciones, se puede utilizar una gama más amplia de cuentas bancarias o tarjetas de crédito para el pago electrónico de facturas.

El uso de la presentación y el pago de facturas electrónicas permite a las empresas acelerar los pagos de los clientes y obtener acceso a los fondos más rápido, lo que a su vez resulta en una mejora del flujo de caja.

Para los bancos las ventajas del pago electrónico de facturas son la reducción de costes de tramitación minimizando el papeleo y el aumento de la fidelidad de los clientes. En un estudio de 2003, los bancos decían que "los clientes que pagan online muestran más fidelidad y son más receptivos a otras ofertas".