Máxima pragmática

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La máxima pragmática, también conocida como la máxima del pragmatismo o la máxima del pragmaticismo, es una máxima de la lógica formulada por Charles Sanders Peirce. Sirviendo como una recomendación normativa o un principio regulador en la ciencia normativa de la lógica, su función es orientar la conducta del pensamiento hacia el logro de su propósito, aconsejando sobre una forma óptima de "alcanzar la claridad de aprehensión". Aquí está su declaración original de 1878 en inglés cuando aún no se nombró:

Parece, pues, que la regla para alcanzar el tercer grado de claridad de aprehensión es la siguiente: Consideremos qué efectos, que posiblemente podrían tener implicaciones prácticas, concebimos que tiene el objeto de nuestra concepción. Entonces, nuestra concepción de estos efectos es la totalidad de nuestra concepción del objeto.(Peirce en la página 293 de "How to Make Our Ideas Clear", Popular Science Monthly, v. 12, pp. 286–302. Reimpreso ampliamente, incluyendo Collected Papers of Charles Sanders Peirce (CP) v. 5, párrafos 388– 410.)

Siete maneras de ver la máxima pragmática

Peirce expresó la máxima pragmática de muchas maneras diferentes a lo largo de los años, cada una de las cuales agrega su propia claridad o corrección a su corpus colectivo.

Pragmatismo. La opinión de que la metafísica se aclarará en gran medida mediante la aplicación de la siguiente máxima para lograr la claridad de la aprehensión: Considere qué efectos, que posiblemente podrían tener implicaciones prácticas, concebimos que tiene el objeto de nuestra concepción. Entonces, nuestra concepción de estos efectos es la totalidad de nuestra concepción del objeto.(Peirce, 1902, "Pragmatic and Pragmatism" en el Dictionary of Philosophy and Psychology, incluida una cita de sí mismo de 1878, "How to Make Our Ideas Clear" en Popular Science Monthly v. 12, pp. 286-302. Reimpreso en CP 5.2).

El pragmaticismo se enunció originalmente en forma de máxima, de la siguiente manera: Considere qué efectos que posiblemente podrían tener una relación práctica concibe que tienen los objetos de su concepción. Entonces, tu concepción de esos efectos es la totalidad de tu concepción del objeto.

Replantearé esto en otras palabras, ya que a menudo uno puede así eliminar alguna fuente insospechada de perplejidad para el lector. Esta vez será en modo indicativo, como sigue: Todo el significado intelectual de cualquier símbolo consiste en el total de todos los modos generales de conducta racional que, condicionados a todas las diferentes circunstancias y deseos posibles, resultarían de la aceptación del símbolo. símbolo.(Peirce, 1905, de "Asuntos de pragmaticismo" en The Monist v. XV, n. 4, pp. 481-499, ver p. 481 vía Google Books y vía Internet Archive. Reimpreso en CP 5.438.).

Para determinar el significado de una concepción intelectual, uno debe considerar qué consecuencias prácticas podrían resultar de la verdad de esa concepción, y la suma de estas consecuencias constituye el significado completo de la concepción.

(Peirce, 1905, CP 5.9.)

El pragmatismo es el principio de que todo juicio teórico expresable en una oración en modo indicativo es una forma confusa de pensamiento cuyo único significado, si es que tiene alguno, radica en su tendencia a imponer una máxima práctica correspondiente expresable como una oración condicional que tiene su apódosis en el modo imperativo.

(Peirce, 1903, de las conferencias sobre pragmatismo, CP 5.18, también en Pragmatism as a Principle and Method of Right Thinking: The 1903 Harvard 'Lectures on Pragmatism', p. 110, and in Essential Peirce v. 2, pp. 134 -5.)

La doctrina parece suponer que el fin del hombre es la acción, un axioma estoico que, para el presente autor a la edad de sesenta años, no se recomienda con tanta fuerza como lo hizo a los treinta. Si se admite, por el contrario, que la acción necesita un fin, y que ese fin debe ser algo así como una descripción general, entonces el espíritu mismo de la máxima, que es que debemos mirar al resultado de nuestros conceptos con el fin correcto aprehenderlas nos dirigiría hacia algo distinto de los hechos prácticos, a saber, hacia las ideas generales, como las verdaderas intérpretes de nuestro pensamiento.(Peirce, 1902, de "Pragmática y Pragmatismo" en el Diccionario de Filosofía y Psicología. Reimpreso CP 5.3, 1902).

El estudio de la filosofía consiste, por lo tanto, en la reflexión, y el pragmatismo es ese método de reflexión que se guía teniendo constantemente en cuenta su propósito y el propósito de las ideas que analiza, ya sean estos fines de la naturaleza y usos de la acción o de pensamiento. Se verá que el pragmatismo no es una Weltanschauung sino un método de reflexión que tiene por objeto aclarar las ideas.(Peirce, 1902, CP 5.13 nota 1).

Este empleo cinco veces más de derivados de concipereentonces debe haber tenido un propósito. De hecho, tenía dos. Una era mostrar que no estaba hablando de significado en otro sentido que el de significado intelectual. La otra era evitar todo peligro de ser entendido como un intento de explicar un concepto por percepciones, imágenes, esquemas o por cualquier cosa menos conceptos. Por lo tanto, no quise decir que los actos, que son más estrictamente singulares que cualquier otra cosa, pudieran constituir el significado o la interpretación adecuada adecuada de cualquier símbolo. Comparé la acción con el final de la sinfonía del pensamiento, siendo la creencia una demicadencia. Nadie concibe que los pocos compases al final de un movimiento musical sean el propósito del movimiento. Se les puede llamar su resultado. Pero la figura obviamente no soportaría una aplicación detallada.(Peirce, 1906, CP 5.402 nota 3).