Leyes de Reforma

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Las leyes de Reforma fueron un conjunto de leyes anticlericales promulgadas en la Segunda República Mexicana entre 1855 y 1863, durante los gobiernos de Juan Álvarez, Ignacio Comonfort y Benito Juárez que tenían por objeto limitar los fueros) de la Iglesia Católica Romana y los militares. Las leyes también limitaron la capacidad de la Iglesia Católica y las comunidades indígenas de poseer colectivamente la tierra. El gobierno liberal buscó los ingresos de la desamortización de la propiedad de la iglesia, lo que podría financiar la guerra civil contra los conservadores mexicanos y ampliar la base de propiedad en México y fomentar la empresa privada. Varias de ellas fueron elevadas a rango constitucional por el Congreso constituyente que redactó la Constitución liberal de 1857. Aunque las leyes tuvieron un gran impacto en la Iglesia Católica en México, los defensores liberales no se opusieron a la iglesia como institución espiritual, sino que buscaron un estado laico y una sociedad no dominada por la religión.

Contexto histórico

El 1 de marzo de 1854 se proclamó el Plan de Ayutla contra la dictadura de Antonio López de Santa Anna, acusándolo por su venta del Valle de Mesilla a los Estados Unidos, la Compra de Gadsden; actuando como un dictador represor, y eliminando las instituciones democráticas. La revolución fue encabezada por Florencio Villarreal, Juan Álvarez e Ignacio Comonfort se extendió por muchos puntos del país, logrando el éxito en octubre de 1855. Juan Álvarez asumió la presidencia en forma interina quien a su vez convocó un congreso. Un aspecto importante de Juan Álvarez fue acoger en su gabinete a jóvenes liberales, gracias a ello hombres tan importantes para la historia de México y Melchor Ocampo, Benito Juárez, Guillermo Prieto e Ignacio Comonfort tuvieron la oportunidad de tener una activa participación política. En su administración, Álvarez se dedicó a dictar leyes que mantuvieran al país bajo los ideales del liberalismo, como la Ley Juárez, y la disposición de Melchor Ocampo que privaba del derecho al voto al clero. Por motivos personales Juan Álvarez renunció en diciembre de 1855 y dejó a Ignacio Comonfort como responsable de la presidencia del país.

Promulgación

Gobierno de Juan Álvarez (octubre-diciembre de 1855)

Gobierno de Ignacio Comonfort (diciembre de 1855-enero de 1858)

Gobierno de Benito Juárez

Gobierno de Sebastián Lerdo de Tejada

Reacciones y consecuencias

Mediante la expedición de estas leyes y decretos se logró en México la separación de iglesia y estado. La nueva constitución polarizó a la sociedad, en diciembre de 1857 los conservadores desconocieron al gobierno y la nueva constitución por el Plan de Tacubaya, que dio inicio a la Guerra de Reforma o Guerra de los Tres Años. Los liberales lograron la victoria, el 1 de enero de 1861, el presidente Juárez regresó a la Ciudad de México. Es por ello que varios de los decretos y leyes se expidieron en el puerto de Veracruz. Pero la estabilidad del país se vio nuevamente interrumpida, el gobierno tuvo que suspender los pagos de la deuda externa. Por la Convención de Londres, los gobiernos de Francia, Gran Bretaña y España decidieron intervenir en México. un acuerdo con los británicos y los españoles, pero no con los franceses, quien con este pretexto y con la ayuda de los conservadores inició la intervención armada y poco después se logró el Segundo Imperio Mexicano. Juárez se vio obligado a huir de la capital reteniendo a su gobierno itinerante. Era posible Restaurar la República