Hipofora
Hypophora, también conocida como anthypophora o antipophora, es una figura retórica en la que el hablante plantea una pregunta y luego responde a la siguiente. pregunta. La hipofora puede consistir en una sola pregunta respondida en una sola oración, una sola pregunta respondida en un párrafo o incluso una sección, o una serie de preguntas, cada una de ellas respondida en párrafos posteriores. Hypophora se utiliza (1) como un recurso de transición, para llevar la discusión en una nueva dirección, (2) un recurso para captar la atención, ya que la curiosidad del lector se estimula al escuchar una pregunta, y (3) para sugerir y responda preguntas en las que el lector quizás no haya pensado.
Historia
La palabra anthypophora está presente en el griego antiguo y es mencionada por el orador romano Quintilian en su libro Institutio Oratoria. In Institutio Oratoria, Quintilian simplemente identifica anthypophora como un dispositivo usado para verificar la verdad de algo, y no menciona plantear una pregunta hipotética o objeción. Una obra anterior de la retórica griega Gorgias menciona anthypophora en su definición actual, es decir, presentando un argumento contrario y luego refutándolo. El manual retórico inglés del siglo XVI El Arte de la Poesía Inglés, reputadamente por George Puttenham, da la definición actual de Anthypophora así como numerosos ejemplos.
Hipófora frente a antípófora
En los últimos tiempos, ha surgido una división entre las definiciones de hipófora y antípófora. El Century Dictionary identifica hipofora como la declaración o pregunta disidente y anthypophora como la respuesta a la pregunta. Por lo tanto, los dos términos han llegado a abarcar ambos elementos de la hipófora, además de abordar el concepto completo.
Efecto
La eficacia retórica radica en permitir al hablante responder a las preguntas que el oyente pueda tener. Por ejemplo, en la Epístola de Pablo a los Romanos, Pablo explica a Jesús y dice: "¿Es él?" el Dios de los judíos únicamente? ¿No es Él también de los gentiles? Sí, también de los gentiles" (Romanos 3.29). De esta manera, Pablo confirma al lector que Dios es dios tanto de los judíos como de los gentiles.
Contenido relacionado
Morfología (lingüística)
Idioma hawaiano
Escritura tailandesa