Hiparco (Platón)
El Hiparco (griego: Ἵππαρχος), o Hipparch, es un diálogo atribuido al filósofo y escritor griego clásico Platón. Como muchas de las obras originales de Platón, se presenta a Sócrates tratando de definir un solo término, "amor por la ganancia" en este caso, o philokerdēs (φιλοκερδές) en el texto original.
Existe cierto debate sobre la autenticidad de la obra. Estilísticamente, el diálogo tiene muchas similitudes con el Minos. Son los únicos diálogos entre Sócrates y un solo compañero anónimo; son los únicos diálogos donde los títulos llevan el nombre de alguien muerto hace mucho tiempo; y son los únicos diálogos que comienzan con Sócrates planteando una pregunta de "qué es". Por lo tanto, muchos estudiosos concluyen que ambos fueron escritos por el mismo autor, probablemente poco después de mediados del siglo IV a.
En el diálogo, Sócrates relata la vida de Hiparco, un tirano de la Atenas del siglo VI e hijo del famoso gobernante Peisistratus. Hiparco era conocido por sus máximas, una de las cuales trataba sobre la justicia entre amigos y, por lo tanto, hay un segundo tema en el diálogo sobre la honestidad intelectual en la discusión dialéctica.
Sinopsis
Sócrates discute con un amigo que, a diferencia de otros diálogos platónicos, no es el Hiparco del título, y permanece sin nombre a lo largo del texto. El diálogo se abre con una pregunta directa mediante la cual Sócrates establece el tema de toda la discusión, a saber, "¿qué es el amor a la ganancia?" (τί γὰρ τὸ φιλοκερδές). Su amigo responde que es considerar que "vale la pena sacar provecho de cosas que no valen la pena" (225a), lo que Sócrates demuestra imposible, ya que todos los hombres que obtienen ganancias tienen conocimiento de su vocación y distinguen lo valioso de lo inútil en su dominio particular. (225b-226d). Sócrates continúa afirmando que la ganancia es buena y la pérdida es mala, a lo que su amigo está de acuerdo (227a), y luego pasa a mostrar que dado que todos los hombres quieren lo que es bueno, necesariamente,
El amigo de Sócrates sugiere que los dos deben redefinir su término si el argumento va a progresar, y sugiere que un "amor por las ganancias" es aquel que "considera adecuado sacar provecho de cosas de las que los hombres honestos no se atreven" (227d). Toda ganancia es buena, dice, pero alguna ganancia incurre en una "pérdida neta" cuando daña al ganador (227e). Sócrates le recuerda a su amigo que acordaron que la ganancia es buena, por lo que no puede hacer daño, y sugiere que está siendo deshonesto con él. Luego, la discusión se desvía hacia una historia (228b-229d) sobre Hiparco, hijo del famoso Peisistratus, quien se hizo conocido por sus dichos, uno de los cuales aparentemente era "nunca engañes a un amigo", razón por la cual Sócrates menciona la historia como una queja.. La historia menciona una versión curiosa de la muerte de Hipparchus,
El diálogo concluye con Sócrates demostrándole a su amigo, quien acepta de mala gana, que toda ganancia es buena.
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