Endocardio

El endocardio (pl.: endocardia) es la capa más interna de tejido que recubre las cámaras del corazón. Sus células son embriológica y biológicamente similares a las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos. El endocardio también proporciona protección a las válvulas y cámaras del corazón.
El endocardio subyace al miocardio, mucho más voluminoso, el tejido muscular responsable de la contracción del corazón. La capa externa del corazón se denomina epicardio y el corazón está rodeado por una pequeña cantidad de líquido encerrado por un saco fibroso llamado pericardio.
Función

El endocardio, que está formado principalmente por células endoteliales, controla la función del miocardio. Esta función moduladora está separada de los mecanismos reguladores homeométricos y heterométricos que controlan la contractilidad del miocardio. Además, el endotelio de los capilares del miocardio (músculo cardíaco), que también está estrechamente unido a los cardiomiocitos (células del músculo cardíaco), participa en esta función moduladora. Así, el endotelio cardíaco (tanto el endotelio endocárdico como el endotelio de los capilares miocárdicos) controla el desarrollo del corazón tanto en el embrión como en el adulto, por ejemplo durante la hipertrofia. Además, la contractilidad y el entorno electrofisiológico del cardiomiocito están regulados por el endotelio cardíaco.
El endotelio endocárdico también puede actuar como una especie de barrera hematoencefálica (análoga a la barrera hematoencefálica), controlando así la composición iónica del líquido extracelular en el que se bañan los cardiomiocitos.
Importancia clínica
En el infarto de miocardio, la isquemia del miocardio comienza en el endocardio y puede extenderse hasta el epicardio, alterando toda la pared del corazón (infarto "transmural"). Los infartos menos extensos suelen ser de origen "subendocárdico". y no afectan el epicardio. En situaciones agudas, los infartos subendocárdicos son más peligrosos que los infartos transmurales porque crean un área de tejido muerto rodeada por una región límite de miocitos dañados. Esta región dañada conducirá los impulsos más lentamente, lo que dará como resultado ritmos irregulares. La región dañada puede agrandarse o extenderse y volverse más potencialmente mortal. En el contexto crónico, los infartos transmurales son más peligrosos debido a la mayor cantidad de daño muscular y al desarrollo de tejido cicatricial que conduce a un deterioro de la contractilidad sistólica, un deterioro de la relajación diastólica y un mayor riesgo de ruptura y formación de trombos.
Durante la despolarización, el impulso se transporta del endocardio al epicardio, y durante la repolarización, el impulso se traslada del epicardio al endocardio. En la endocarditis infecciosa, el endocardio (especialmente el endocardio que recubre las válvulas cardíacas) se ve afectado por bacterias.
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