Discrasia
En la medicina, tanto antigua como moderna, una discrasia es cualquiera de varios trastornos. La palabra tiene raíces griegas antiguas que significan "mala mezcla". El concepto de discrasia fue desarrollado por el médico griego Galeno (129-216 d.C.), quien elaboró un modelo de salud y enfermedad como una estructura de elementos, cualidades, humores, órganos y temperamentos (basado en el humorismo anterior). La salud era entendida desde esta perspectiva como una condición de armonía o equilibrio entre estos componentes básicos, llamada eucrasia. La enfermedad se interpretaba como la desproporción de los fluidos corporales o cuatro humores: flema, sangre, bilis amarilla y bilis negra. El desequilibrio se denominó discrasia. En la medicina moderna, el término todavía se usa ocasionalmente en el contexto médico para un trastorno de la sangre no especificado, como una discrasia de células plasmáticas.
Uso antiguo
Para los griegos, significaba un desequilibrio de los cuatro humores: sangre, bilis negra, bilis amarilla y agua (flema). Se creía que estos humores existían en el cuerpo y cualquier cambio en el equilibrio entre los cuatro era la causa directa de todas las enfermedades.
Esto es similar a los conceptos de humores corporales en la tradición médica tibetana y el sistema ayurvédico indio, que relacionan la salud y la enfermedad con el equilibrio y desequilibrio de los tres humores corporales, generalmente traducidos como viento, bilis y flema. Esto también es similar al concepto chino del yin y el yang de que un desequilibrio de las dos polaridades causaba dolencias.
Uso moderno
El término todavía se utiliza ocasionalmente en contextos médicos para un trastorno de la sangre no especificado. En concreto, se define en la medicina actual como un estado general mórbido resultante de la presencia de material anormal en la sangre, aplicado habitualmente a enfermedades que afectan a las células sanguíneas o a las plaquetas. Puede haber evidencia de discrasia con un recuento de leucocitos (leucocitos) superior a 1.000.000.
"Discrasia de células plasmáticas" A veces se considera sinónimo de paraproteinemia o gammapatía monoclonal.
Los antagonistas de los receptores H2, como la famotidina y la nizatidina, que se utilizan para el tratamiento de las úlceras pépticas, son conocidos por causar discrasia sanguínea, lo que provoca insuficiencia de la médula ósea en 1 de cada 50.000 pacientes.
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