Comunicación intrapersonal

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Comunicación con uno mismo
Photo of Rodin's sculpture The Thinker
El pensamiento intensivo es una forma típica de comunicación intrapersonal, como lo demuestra la escultura de Rodin El Pensador.

La comunicación intrapersonal es la comunicación con uno mismo o comunicación de uno mismo. Los ejemplos son pensar para uno mismo "Lo haré mejor la próxima vez" después de haber cometido un error o haber tenido una conversación imaginaria con el jefe porque se pretende salir temprano del trabajo. Suele entenderse como un intercambio de mensajes en el que el emisor y el receptor es la misma persona. Algunos teóricos usan una definición más amplia que va más allá de las explicaciones basadas en mensajes y se enfoca en el rol del significado y dar sentido a las cosas. La comunicación intrapersonal puede ocurrir solo o en situaciones sociales. Puede surgir internamente u ocurrir como respuesta a cambios en el entorno. El término "autocomunicación" a veces se usa como sinónimo.

La comunicación intrapersonal abarca una gran variedad de fenómenos. Un tipo central ocurre puramente internamente como un intercambio dentro de la mente de uno. Algunos investigadores ven esto como la única forma. Sin embargo, en un sentido más amplio, también hay tipos de comunicación de uno mismo que están mediados por medios externos, como escribir un diario o una lista de compras para uno mismo. Para la comunicación intrapersonal verbal, los mensajes se formulan usando un lenguaje, en contraste con las formas no verbales que a veces se usan en la imaginación y la memoria. Un contraste entre las formas verbales internas es entre diálogo interno y diálogo interno. El diálogo interno involucra solo una voz que se habla a sí misma. Para el diálogo interior, varias voces vinculadas a diferentes posiciones se alternan en una forma de interacción imaginaria. Otros fenómenos relacionados con la comunicación intrapersonal incluyen la planificación, la resolución de problemas, la percepción, el razonamiento, la autopersuasión, la introspección y los sueños.

Los modelos de comunicación intrapersonal discuten qué componentes están involucrados y cómo interactúan. Muchos modelos sostienen que el proceso comienza con la percepción e interpretación de estímulos o señales internas y externas. Los pasos posteriores implican la codificación simbólica de un mensaje que se convierte en un nuevo estímulo. Algunos modelos identifican al mismo yo como emisor y receptor. Otros ven al yo como una entidad compleja y entienden el proceso como un intercambio entre diferentes partes del yo o entre diferentes yoes pertenecientes a la misma persona. La comunicación intrapersonal contrasta con la comunicación interpersonal, en la que el emisor y el receptor son personas distintas. Los dos fenómenos se influyen mutuamente de varias maneras. Por ejemplo, los comentarios positivos y negativos recibidos de otras personas afectan la forma en que una persona se habla a sí misma. La comunicación intrapersonal está involucrada en la interpretación de mensajes recibidos de otros y en la formulación de respuestas. Debido a este papel, algunos teóricos sostienen que la comunicación intrapersonal es la base de toda comunicación. Pero esta posición generalmente no se acepta y una alternativa es sostener que la comunicación intrapersonal es una versión internalizada de la comunicación interpersonal.

Debido a sus múltiples funciones e influencias, la comunicación intrapersonal suele entenderse como un fenómeno psicológico significativo. Desempeña un papel clave en la salud mental, específicamente en relación con el diálogo interno positivo y negativo. El diálogo interno negativo se centra en los malos aspectos del yo, a veces de una manera excesivamente crítica. Está relacionado con el estrés psicológico, la ansiedad y la depresión. Un paso comúnmente asociado con contrarrestar el diálogo interno negativo es tomar conciencia de los patrones negativos. Otros pasos son desafiar la verdad de los juicios demasiado críticos y fomentar patrones de pensamiento más positivos. De especial relevancia en este sentido es el autoconcepto, es decir, cómo se ve una persona a sí misma, en concreto su autoestima o cómo evalúa sus capacidades y características. La comunicación intrapersonal no se investiga tan a fondo como otras formas de comunicación. Una razón es que es más difícil de estudiar ya que ocurre principalmente como un proceso interno. Otra razón es que el término se usa a menudo en un sentido muy amplio, lo que dificulta delimitar qué fenómenos pertenecen a él.

Definición y características esenciales

La comunicación intrapersonal es la comunicación con uno mismo. Tiene lugar dentro de una persona y puede definirse como "la creación, el funcionamiento y la evaluación de procesos simbólicos que operan principalmente dentro de uno mismo". Sus formas más típicas son el diálogo interno y el diálogo interior. Por ejemplo, cuando un empleado decide irse temprano del trabajo, puede entablar un diálogo interno repasando mentalmente los posibles comentarios negativos de su jefe y las posibles respuestas. También se incluyen comúnmente otras experiencias internas, como la imaginación, la visualización y la memoria. Como forma de comunicación, implica el envío y recepción de mensajes. Es una comunicación de uno a uno mismo, en el sentido de que el emisor y el receptor son la misma persona. Contrasta con la comunicación interpersonal, en la que el emisor y el receptor son personas distintas. La comunicación intrapersonal es examinada por la disciplina conocida como estudios de comunicación.

Algunos teóricos, como James Watson y Anne Hill, restringen la comunicación intrapersonal a las experiencias internas o "lo que sucede dentro de nuestras cabezas", como hablar con uno mismo dentro de la mente de uno. Pero en un sentido más amplio, también incluye formas externas de comunicación entre uno mismo, como hablarse a uno mismo en voz alta durante un discurso privado o escribir un diario o una lista de compras. En este sentido, solo importa que el remitente y el receptor sean la misma persona pero no importa si se utilizó un medio externo en el proceso. Oleś et al. presentan una concepción ligeramente diferente. Rechazan la idea de que emisor y receptor tienen que ser la misma persona. Esto se basa en la idea de que uno puede tener diálogos imaginarios con otras personas, como un amigo, un maestro, un pariente perdido o una celebridad. Oleś et al. sostenga, en cambio, que el sello distintivo de la comunicación intrapersonal es que solo ocurre en la mente de una persona. Algunos académicos ven el proceso de búsqueda e interpretación de información como un aspecto central de la comunicación intrapersonal. Esto se aplica específicamente a los monólogos internos y las reflexiones sobre uno mismo, otras personas y el medio ambiente. Frank J. Macke y Dean Barnlund destacan que el intercambio mecánico de mensajes no es suficiente y que la comunicación intrapersonal tiene que ver con el significado y el sentido de las cosas.

La comunicación intrapersonal no necesita estar separada de las influencias externas y, a menudo, ocurre como una reacción a ellas. Por ejemplo, escuchar una pieza de música familiar puede despertar recuerdos que lleven a un diálogo interno con yoes pasados. En un sentido similar, la comunicación intrapersonal no se restringe a situaciones en las que una persona está sola. En cambio, también ocurre en circunstancias sociales y puede ocurrir simultáneamente con la comunicación interpersonal. Este es el caso, por ejemplo, al interpretar lo que ha dicho otra persona y al formular una respuesta antes de enunciarla. Algunas teóricas, como Mary J. Farley, sostienen que la comunicación intrapersonal es parte esencial de toda comunicación y, por tanto, acompaña siempre a la comunicación interpersonal.

En el contexto de las organizaciones, el término "autocomunicación" a veces se usa como sinónimo. Se emplea para describir la autocomunicación en el espacio de trabajo. Por ejemplo, la autocomunicación síncrona se utiliza para tranquilizarse mentalmente o redactar una carta. La autocomunicación asíncrona, por otro lado, toma la forma de recordatorios o diarios. Este término también se usa a veces en semiótica.

Tipos

Photo of a boy thinking
Painting of a woman engaged in daydreaming
Photo of a boy taking notes at school
Photo of a shopping list
Las formas más típicas de comunicación intrapersonal ocurren internamente, como el pensamiento y el sueño (imagenes superiores). Sin embargo, algunas formas hacen uso de un medio externo, como tomar nota en la escuela o escribir una lista de compras para uno mismo (imágenes anteriores).

En la literatura académica se distinguen varios tipos de comunicación intrapersonal. El término se usa a menudo en un sentido muy amplio e incluye muchos fenómenos. Un contraste central se basa en si el intercambio ocurre puramente internamente o está mediado por medios externos. El tipo interno es la forma más discutida. Se desarrolla en la mente de una persona sin expresar externamente el mensaje. Incluye procesos mentales como pensar, meditar y reflexionar. Sin embargo, también existen formas externas de comunicación intrapersonal, como hablar en voz alta con uno mismo en forma de discurso privado. Otros ejemplos son tomar notas en la escuela, escribir un diario, preparar una lista de compras, rezar o recitar un poema. La comunicación intrapersonal externa también se caracteriza por el hecho de que el emisor y el receptor son la misma persona. La diferencia es que se utiliza un medio externo para expresar el mensaje.

Otra distinción se centra en el papel del lenguaje. La mayoría de las discusiones en la literatura académica están relacionadas con la comunicación intrapersonal verbal, como el diálogo interno y el diálogo interno. Su sello distintivo es que los mensajes se expresan mediante un sistema de codificación simbólica en forma de lenguaje. Contrastan con formas no verbales como algunas formas de imaginación, visualización o memoria. En este sentido, la comunicación intrapersonal se puede utilizar, por ejemplo, para explorar cómo sonaría una pieza musical o cómo debería continuarse una pintura.

Entre las formas verbales internas de comunicación intrapersonal, un contraste del que se habla a menudo es entre el diálogo interno y el diálogo interno. En el caso del diálogo interior, se consideran dos o más posiciones y el intercambio se realiza contrastándolas. Por lo general, ocurre en forma de diferentes voces que se turnan para defender su posición. Esto puede conceptualizarse en analogía con la comunicación interpersonal como un intercambio de diferentes sujetos, yoes o posiciones del yo dentro de la misma persona. Por ejemplo, cuando se enfrenta a una decisión difícil, una parte de una persona puede argumentar a favor de una opción mientras que otra parte prefiere una opción diferente. El diálogo interior también puede tomar la forma de un intercambio con un compañero imaginario. Este es el caso cuando se anticipa una discusión con el cónyuge o durante conversaciones imaginarias con celebridades o parientes perdidos. Para el diálogo interno o el monólogo interior, por otro lado, no hay división entre diferentes posiciones. Es un discurso dirigido a uno mismo, como cuando se comenta el desempeño de uno o se dice a sí mismo 'intentar de nuevo'. El diálogo interno puede ser positivo o negativo dependiendo de cómo la persona se evalúe a sí misma. Por ejemplo, después de reprobar un examen, un estudiante puede tener un diálogo interno negativo al decir 'Soy tan estúpido'. o en un diálogo interno positivo, como "no te preocupes" o 'Lo haré mejor la próxima vez'.

Hay muchas diferencias entre el diálogo interno y el diálogo interno. El diálogo interior suele ser más complejo. Se puede utilizar para simular situaciones sociales y examinar un tema desde diferentes ángulos. Su objetivo suele ser explorar las diferencias entre puntos de vista en conflicto, dar sentido a posiciones extrañas e integrar diferentes perspectivas. También juega un papel central en la construcción de la identidad y la autoorganización. Una función del diálogo interno es la autorregulación. Otras funciones incluyen el autodistanciamiento, la motivación, la autoevaluación y la reflexión. El diálogo interno a menudo ocurre como reacción o anticipación de ciertas situaciones. Puede ayudar al agente a preparar una respuesta adecuada. También se puede usar para regular las emociones y hacer frente a experiencias desagradables, así como para controlarse a uno mismo. El diálogo interno y el diálogo interno son fenómenos distintos, pero uno puede convertirse rápidamente en el otro. Por ejemplo, una comunicación intrapersonal puede comenzar como un diálogo interno y luego evolucionar hacia un diálogo interno a medida que se consideran más posiciones.

La comunicación intrapersonal está ligada a una gran variedad de fenómenos. Incluyen la planificación, la resolución de problemas y la resolución de conflictos internos, así como los juicios sobre uno mismo y otras personas. Otras formas son la percepción y la comprensión, así como la conceptualización e interpretación de las señales ambientales. Otros fenómenos son el procesamiento de datos, como hacer inferencias, pensar y autoconvencerse, así como la memoria, la introspección, soñar, imaginar y sentir.

Modelos

Se han propuesto varios modelos de comunicación. Su objetivo es proporcionar una visión general simplificada del proceso de comunicación mostrando cuáles son sus componentes principales y cómo interactúan. La mayoría de ellos se enfocan principalmente en la comunicación interpersonal, pero algunos están formulados específicamente con la comunicación intrapersonal en mente.

Barker y Wiseman entienden la comunicación intrapersonal como un proceso complejo que implica la interacción de diversos elementos.

Según el modelo propuesto por Larry Barker y Gordon Wiseman, la comunicación intrapersonal comienza con la recepción de estímulos externos e internos portadores de información. Los estímulos externos pertenecen a los sentidos y suelen proporcionar información sobre el entorno. Los estímulos internos incluyen una amplia gama de impresiones, tanto sobre el estado del cuerpo, como el dolor, como también sobre los sentimientos.

Un primer paso en la comunicación intrapersonal se centra en clasificar estos estímulos. En este proceso, muchos de los estímulos más débiles se filtran antes de alcanzar un nivel consciente. Pero aún pueden afectar la comunicación a pesar de esto. Un proceso similar agrupa los estímulos restantes según su urgencia. Funciona en paralelo con los intentos de atribuir un significado simbólico a los estímulos como una forma de decodificación. La forma en que se llevan a cabo estos procesos está influenciada por factores como el entorno social y el entorno actual del comunicador. Después del proceso de decodificación simbólica, la ideación ocurre en forma de pensamiento, organización de la información, planificación y propuesta de mensajes. Como último paso, las ideas así concebidas se codifican en forma simbólica y se expresan mediante palabras, gestos o movimientos. Este proceso puede ocurrir inmediatamente después de la ideación o con algún retraso. Da como resultado la generación y transmisión de más estímulos, ya sean puramente internos o también externos. Los estímulos generados funcionan como un circuito de retroalimentación que conduce a su recepción e interpretación. En este sentido, la misma persona es a la vez emisor y receptor de los mensajes. La retroalimentación hace posible que el comunicador monitoree y corrija los mensajes.

Diagram of Barnlund's model of intrapersonal communication
El modelo de comunicación intrapersonal de Barnlund. Las zonas verdes, azules y grises simbolizan diferentes tipos de cues. Las flechas naranjas representan que la persona descifra ciertas cues. La flecha amarilla es su respuesta conductual.

Otro modelo de comunicación se debe a Dean Barnlund. Pretende dar cuenta de la comunicación que abarque tanto su vertiente interpersonal como intrapersonal. Él identifica la comunicación no con la transmisión de mensajes sino con la producción de significado en respuesta a señales internas y externas. Para él, la comunicación intrapersonal es el caso más sencillo, ya que sólo interviene una persona. Esta persona percibe señales privadas, como pensamientos y sentimientos internos, señales públicas que se originan en el entorno y señales de comportamiento en forma de su propio comportamiento. Una parte de la comunicación es el proceso de decodificación e interpretación de estas señales. Su objetivo es darles sentido y reducir la incertidumbre. Se acompaña de la actividad de codificar respuestas conductuales a las señales. Estos dos procesos ocurren simultáneamente y se influyen mutuamente.

Sheila Steinberg sigue a Graeme Burton y Richard Dimbleby al entender la comunicación intrapersonal como un proceso que involucra cinco elementos: decodificación, integración, memoria, conjuntos de percepción y codificación. La decodificación consiste en dar sentido a los mensajes. La integración pone las piezas individuales de información extraídas de esta manera en relación entre sí a través de procesos como comparar y contrastar. La memoria almacena la información recibida previamente. Especialmente relevante en lo que respecta a la comunicación intrapersonal es el concepto que uno tiene de sí mismo y cómo se relaciona con él la información recién recibida. Los conjuntos perceptuales son formas arraigadas de organizar y evaluar esta información, por ejemplo, cómo se conciben los rasgos femeninos y masculinos. La codificación es el último paso, en el que el significado procesado en los pasos anteriores se expresa nuevamente en forma simbólica como un mensaje que se envía a uno mismo.

Muchos teóricos se centran en el concepto del yo en la comunicación intrapersonal. Hay una variedad de definiciones, pero muchos están de acuerdo en que el yo es una entidad única para cada individuo, es decir, no compartida entre individuos. Algunos teóricos entienden la comunicación intrapersonal como una relación del yo con el mismo yo. Otros ven al yo como una entidad compleja formada por diferentes partes y analizan el intercambio como una interacción entre partes. Un enfoque estrechamente relacionado es hablar no de partes distintas de un solo yo sino de diferentes yoes en la misma persona, como un yo emocional, un yo intelectual o un yo físico. En estos puntos de vista, la comunicación intrapersonal se entiende en analogía con la comunicación interpersonal como un intercambio entre diferentes partes o yoes. En cualquier caso, las relaciones intrapersonales juegan un papel central. Se refieren a cómo una persona se relaciona consigo misma, por ejemplo, cómo se ve a sí misma y quién desea ser. Las relaciones intrapersonales no son directamente observables. En cambio, deben inferirse en función de otros cambios que se puedan percibir. Por ejemplo, se pueden hacer inferencias sobre la autoestima de una persona en función de si responde a un cumplido alardeando o restándole importancia.

Relación con la comunicación interpersonal

Photo of a small group conversation
La comunicación intrapersonal contrasta con la comunicación interpersonal, en la que participan varias personas.

Tanto la comunicación intrapersonal como la interpersonal implican el intercambio de mensajes. Para la comunicación interpersonal, el remitente y el receptor son personas distintas, como cuando se habla con un amigo por teléfono. Para la comunicación intrapersonal, una y la misma persona ocupa ambos roles. A pesar de esta diferencia, los dos están estrechamente relacionados. Por ejemplo, algunos teóricos, como Linda Costigan Lederman, conceptualizan el diálogo interno en analogía con la interacción social como un intercambio entre diferentes partes del yo.

Los dos fenómenos también se influyen mutuamente de varias maneras. Por ejemplo, la retroalimentación positiva y negativa que una persona recibe de otras personas da forma a su autoconcepto o cómo se ven a sí mismos. Esto, a su vez, tiene implicaciones sobre cómo se hablan a sí mismos en forma de diálogo interno positivo o negativo. Pero lo contrario también es cierto: la forma en que una persona se habla a sí misma afecta la forma en que interactúa con otras personas. Una de las razones de esto es que suele estar involucrada alguna forma de diálogo interno cuando se habla con otros para interpretar lo que dicen y para determinar lo que uno quiere comunicarles. Por ejemplo, si la comunicación intrapersonal de una persona se caracteriza por la autocrítica, esto puede dificultar que acepte los elogios de otras personas. En un nivel más básico, puede afectar la forma en que se interpretan los mensajes de otras personas. Por ejemplo, una persona demasiado autocrítica puede interpretar un cumplido honesto como una forma de sarcasmo.

Sin embargo, el diálogo interno también puede interferir con la capacidad de escuchar. Por ejemplo, cuando una persona tiene una reunión importante más tarde hoy, sus pensamientos pueden estar girando en torno a este tema, lo que hace que la persona responda menos a las interacciones en el presente. En algunos casos, el oyente está muy interesado en dar una respuesta. Esto puede hacer que su atención se centre principalmente en su diálogo interno para formular un mensaje. Como resultado, pueden pasar por alto aspectos importantes de lo que dice el hablante actual. El diálogo interno positivo y efectivo, por otro lado, tiende a hacer que las personas se comuniquen mejor con los demás. Una forma de mejorar en la comunicación interpersonal es tomar conciencia de este diálogo interno y poder equilibrarlo con la necesidad de escuchar.

Otra discusión en la literatura académica es sobre la cuestión de si la comunicación intrapersonal es, en algún sentido, más básica que la comunicación interpersonal. Esto se basa en la idea de que alguna forma de comunicación intrapersonal es necesaria para la comunicación interpersonal y la acompaña. Por ejemplo, cuando una persona recibe un mensaje de un amigo invitándolo a su restaurante favorito, a menudo hay varias reacciones internas a este mensaje antes de enviar una respuesta a cambio. Estas reacciones incluyen vistas y olores, recuerdos de visitas anteriores, verificar si esto chocaría con otros planes e idear una ruta para llegar al restaurante. Estas reacciones son formas de comunicación intrapersonal. Otros ejemplos incluyen el diálogo interno en un intento de evaluar las posiciones expresadas por el hablante para evaluar si uno está de acuerdo o en desacuerdo con ellas. Pero la comunicación intrapersonal también puede ocurrir por sí misma sin que otra parte esté involucrada.

Por estas razones, algunos teóricos, como James Honeycutt y Sheila Steinberg, han afirmado que la comunicación intrapersonal es la base de todas las demás formas de comunicación. Afirmaciones similares son que la comunicación intrapersonal es omnipresente y que es un requisito o preliminar de la comunicación interpersonal. Sin embargo, la afirmación de la primacía de la comunicación intrapersonal no se acepta generalmente y muchos teóricos sostienen que la interacción social es más básica. A menudo ven el discurso interno como una versión internalizada o derivada del discurso social.

Un tema estrechamente relacionado se refiere a las cuestiones de cómo interactúan la comunicación interpersonal e intrapersonal en el desarrollo de los niños. Según Jean Piaget, por ejemplo, la comunicación intrapersonal se desarrolla primero y se manifiesta como una forma de discurso egocéntrico. Esto sucede durante las actividades de juego y puede ayudar al niño a aprender a controlar sus actividades y planificar con anticipación. Piaget sostiene que, en esta etapa temprana, los niños aún no son seres plenamente sociales y están más preocupados por desarrollar su individualidad. Desde este punto de vista, el habla interpersonal solo surge más tarde en el desarrollo de la persona. Este punto de vista se opone a Lev Vygotsky, quien argumenta que la comunicación intrapersonal solo ocurre como una internalización de la comunicación interpersonal. Según él, los niños aprenden las herramientas para hablarse a sí mismos cuando sus padres les hablan para regular su comportamiento, por ejemplo, a través de sugerencias, advertencias u órdenes. La comunicación intrapersonal puede entenderse entonces como un intento del niño de regular su comportamiento a través de medios similares.

Función e importancia

La comunicación intrapersonal cumple una gran variedad de funciones. Incluyen la internalización, la autorregulación, el procesamiento de la información y la resolución de problemas. Debido a esto, algunos teóricos entienden la comunicación intrapersonal como una "herramienta de pensamiento excepcionalmente poderosa y omnipresente". Según James P. Lantolf, dos funciones significativas son internalizar las normas culturales o formas de pensar y regular la propia actividad. La función de autorregulación de la comunicación intrapersonal a veces se entiende en analogía con la comunicación interpersonal. Por ejemplo, los padres pueden influir en el comportamiento de sus hijos al pronunciar frases como 'espera, piensa'. Una vez que el niño los ha aprendido, pueden emplearse para controlar el comportamiento pronunciándolos internamente. De esta manera, las personas aprenden a modificar, aceptar o rechazar los planes de acción.

Según Larry Ehrlich, la comunicación intrapersonal tiene tres funciones principales. Una función es monitorear el medio ambiente y asegurarse de que sea seguro. En este sentido, el diálogo interno se utiliza para analizar percepciones y planificar respuestas en caso de que se detecten amenazas directas o indirectas. Una función estrechamente relacionada es traer armonía entre el mundo interior y el exterior dando sentido a uno mismo y al entorno. Una tercera función es de carácter más existencial y tiene como objetivo hacer frente a la soledad. Muchos teóricos también establecen una estrecha conexión con los procesos de búsqueda e interpretación de la información.

El habla interna puede ser necesaria para que funcionen muchos procesos mentales superiores. Tiene un papel vital en las funciones mentales, como dar forma y controlar los pensamientos, regular el comportamiento, el razonamiento, la resolución de problemas y la planificación, así como recordar. Suele acompañar diversas tareas comunicativas, como escuchar, hablar, leer y escribir, por ejemplo, para comprender una expresión o formular una nueva. Las aplicaciones más específicas son para calmarse en situaciones estresantes e interiorizar nuevos conocimientos al aprender un segundo idioma. Esto sucede cuando se repite vocabulario nuevo para recordarlo. La comunicación intrapersonal también se puede aplicar a una gran variedad de tareas creativas, como usarla para crear composiciones musicales, pinturas o rutinas de baile.

Stanley B. Cunningham enumera un total de 17 funciones o características comúnmente atribuidas a la comunicación intrapersonal. Incluyen hablar con uno mismo, el diálogo entre diferentes partes del yo y la percepción, así como interpretar las señales ambientales y atribuirles un significado. Otras funciones son la resolución de problemas, la toma de decisiones, la introspección, la reflexión, los sueños y la autopersuasión. El objetivo de algunas formas externas de comunicación intrapersonal, como tomar notas en la escuela o escribir una lista de compras, es ayudar a la memoria. En algunos casos, también pueden ayudar a desglosar y abordar un problema complejo en una serie de pasos más pequeños, como cuando se resuelve una ecuación matemática línea por línea.

La importancia de la comunicación intrapersonal se refleja en cómo afecta a otros fenómenos. Por ejemplo, se ha argumentado que las personas que se involucran en un diálogo interno positivo suelen ser mejores para resolver problemas y comunicarse con los demás, incluidas las habilidades para escuchar. La comunicación intrapersonal negativa, por otro lado, está relacionada con inseguridades y baja autoestima y puede conducir a interacciones negativas con los demás. Por ejemplo, las personas que padecen el síndrome del impostor se ven afectadas continuamente por la duda y la ansiedad. Su comunicación intrapersonal negativa tiende a girar en torno al temor de que sus habilidades sean inadecuadas y puedan quedar expuestas. En este sentido, la comunicación intrapersonal afecta la autopercepción de una persona, sus emociones y si se ve a sí misma como capaz o incompetente. Puede ayudar a desarrollar y mantener la confianza en uno mismo, pero también puede crear mecanismos de defensa. Además, juega un papel central en el autodescubrimiento y el autoengaño.

En la literatura

La comunicación intrapersonal también es relevante en el campo de la literatura. De particular interés para los estudios literarios es el término "flujo de conciencia". Como fenómeno mental, es un flujo continuo de estados momentáneos de conciencia a medida que los vive el sujeto. Incluyen experiencias como percepciones sensoriales, pensamientos, sentimientos y recuerdos. La corriente de conciencia suele verse como una forma de comunicación intrapersonal y el término a veces se usa como sinónimo de monólogo interior. En crítica literaria, el término se refiere a una técnica narrativa o un estilo de escritura utilizado para expresar este flujo de experiencias. Esto suele suceder al presentar los pensamientos de un personaje directamente sin ningún resumen o explicación por parte del narrador. Su objetivo es dar al lector una impresión muy inmediata de cómo es la experiencia de un personaje. A menudo toma una forma inconexa y sin puntuación que viola las reglas de la gramática y la lógica. Ejemplos discutidos a menudo se encuentran en Pilgrimage de Dorothy Richardson, Ulysses de James Joyce y Mrs Dalloway de Virginia Woolf. Los fenómenos estrechamente relacionados son la escritura introspectiva y la escritura del habla interior. Por lo general, se entienden como formas de discurso interno externalizado en el que la persona escribe partes de su diálogo interno.

Relación con la salud mental

La forma en que se lleva a cabo la comunicación intrapersonal puede ser responsable tanto de la salud mental positiva como de la enfermedad mental. Esto se refiere específicamente al diálogo interno positivo y negativo, así como a su relación con el autoconcepto.

Diálogo interno positivo y negativo

El diálogo interno es una forma de hablar con uno mismo. Se diferencia del diálogo interior en que sólo se trata de una voz y no de un intercambio interno entre varias voces. Una distinción común es entre diálogo interno positivo y negativo basado en la actitud evaluativa que se expresa. Para el diálogo interno negativo, la voz interna se enfoca en los malos aspectos de uno mismo, a menudo de una manera excesivamente crítica. Puede tomar la forma de decirse a uno mismo que "nunca podré hacer esto" o "No soy bueno en esto". El diálogo interno negativo ya puede desarrollarse durante la infancia en función de los comentarios de los demás, en particular de los padres.

Para algunas personas, el diálogo interno negativo no es solo algo ocasional, sino que ocurre con frecuencia. En tales casos, puede tener efectos perjudiciales para la salud mental. Por ejemplo, puede afectar el bienestar emocional al provocar un estado de ánimo negativo. Esto puede provocar estrés, ansiedad y depresión. También puede afectar negativamente la confianza de una persona en varias áreas, por ejemplo, con respecto a su imagen corporal. El diálogo interno positivo, por otro lado, implica verse a uno mismo bajo una luz positiva. Está relacionado con beneficios para la salud mental. Incluyen una mayor autoestima y bienestar, así como la reducción de los efectos de la depresión y los trastornos de personalidad. Se asocia con niveles más bajos de estrés y un menor riesgo de autolesión y suicidio. Los efectos del diálogo interno positivo y negativo a menudo se discuten en la psicología del deporte. Una idea común a este respecto es que el diálogo interno positivo mejora el desempeño, mientras que el diálogo interno negativo lo obstaculiza. Existe alguna evidencia empírica que respalda esta posición, pero aún no se ha investigado a fondo.

Al igual que otras formas de comunicación, la comunicación intrapersonal se puede entrenar y mejorar para que sea más eficaz. Esto sucede a menudo con el objetivo de reducir el diálogo interno negativo y, en su lugar, fomentar el diálogo interno positivo. Un primer paso suele ser tomar conciencia de los patrones negativos y reconocer su existencia. Esto puede ir seguido de cuestionamientos y cuestionamientos a las evaluaciones negativas, ya que a menudo son exageradas. La persona también puede tratar de detenerlos y reemplazarlos con pensamientos más positivos. Por ejemplo, cuando la persona se da cuenta de un proceso de pensamiento negativo, puede tratar de inhibirlo y dirigir su atención a resultados más positivos.

Se utiliza un enfoque similar en la terapia cognitiva conductual. Una idea central en este campo es que un conjunto de creencias fundamentales negativas es responsable del diálogo interno negativo. Pueden incluir creencias como 'No soy digno de ser amado', 'No soy digno' o 'El mundo me amenaza y no puedo enfrentar sus desafíos". Un método terapéutico clave para mejorar la comunicación intrapersonal es tomar conciencia de estas creencias y cuestionar su verdad. Otro enfoque se centra en la práctica de la atención plena. Al aumentar la autoconciencia, puede mejorar la autoestima y la comunicación intrapersonal. Esta práctica consiste en dirigir la atención a las experiencias en el momento presente sin ninguna evaluación de estas experiencias. Abstenerse de los juicios de valor puede ayudar a evitar evaluaciones demasiado críticas y, en cambio, fomentar una actitud de aceptación.

Ejemplos de formas específicas de diálogo interno y sus efectos

Diferentes formas de diálogo interno pueden tener diferentes efectos en la persona. Una forma es hacer frente al diálogo interno. Su objetivo principal es ayudar a una persona a hacer frente a una situación difícil, como cuando experimenta ansiedad. Consiste en enfatizar las fortalezas y habilidades de la persona sin que ello implique perfección. Esto puede ayudar a las personas a calmarse y aclarar sus objetivos y cómo lograrlos de manera realista. Otra forma relevante es el diálogo interno instructivo, que enfoca la atención en los componentes de una tarea y puede mejorar el desempeño en las tareas físicas que se están aprendiendo. Sin embargo, puede tener efectos negativos para las personas que ya están capacitadas en la tarea.

Algunas formas de diálogo interno se dirigen al yo empleando pronombres en primera persona ("yo"), mientras que otras usan pronombres en segunda persona ("tú"). En términos generales, es más probable que las personas usen el pronombre de segunda persona cuando existe una necesidad de autorregulación, un imperativo para superar las dificultades y la facilitación de acciones difíciles. El uso de pronombres intrapersonales en primera persona es más frecuente cuando las personas hablan consigo mismas sobre sus sentimientos. Investigaciones recientes indican que usar el pronombre de segunda persona para proporcionar autosugerencias es más efectivo para promover las intenciones de llevar a cabo comportamientos y actuaciones.

Autoconcepto y autoestima

El autoconcepto juega un papel fundamental en la comunicación intrapersonal. El autoconcepto de una persona es lo que piensa y siente sobre sí misma, por ejemplo, en relación con su apariencia y actitudes, así como con sus fortalezas y debilidades. Así que verse a uno mismo como sincero, respetuoso y reflexivo es un concepto de sí mismo, mientras que verse a uno mismo como mezquino, abusivo y engañoso es otro. Los términos "autoimagen" y "autoestima" a veces se utilizan como sinónimos, pero algunos teóricos establecen distinciones precisas entre ellos. Según Carl Rogers, el autoconcepto tiene tres partes: autoimagen, yo ideal y autoestima. La autoimagen se refiere a las propiedades que una persona se atribuye a sí misma. El yo ideal es el ideal por el que la persona se esfuerza o lo que quiere ser. La autoestima corresponde a si se ven a sí mismos en general como una buena o mala persona.

Muchos teóricos utilizan el término "autoestima" en lugar de "autoestima". La autoestima es un aspecto central que caracteriza la comunicación intrapersonal y se refiere a la evaluación subjetiva de una persona sobre sus capacidades y características. Como evaluación subjetiva, puede diferir de los hechos y, a menudo, se basa principalmente en una perspectiva emocional y menos en un juicio racional. Por ejemplo, algunas personas hábiles sufren el síndrome del impostor, lo que les lleva a creer que son impostores que carecen de las habilidades que realmente tienen. La autoestima es importante para la salud mental. La baja autoestima está relacionada con problemas que van desde la depresión, la soledad y la alienación hasta el abuso de drogas y el embarazo adolescente. La autoestima también afecta la forma en que una persona se comunica consigo misma y con los demás.

El yo no es una entidad estática o innata sino que cambia a lo largo de la vida. Las interacciones con otras personas tienen un efecto en la autoimagen del individuo. Esto es especialmente cierto en relación con la forma en que juzgan a la persona y cuando reciben comentarios positivos o negativos sobre una tarea importante. El habla interna está fuertemente asociada con un sentido de sí mismo. El desarrollo de este sentido en los niños está ligado al desarrollo del lenguaje. Hay, sin embargo, casos de un monólogo interno o una voz interior que se considera externa al yo. Los ejemplos son las alucinaciones auditivas, la conceptualización de pensamientos negativos o críticos como un crítico interno o una especie de intervención divina. Como una ilusión, esto se puede llamar "inserción de pensamiento". Un tema similar es discutido por Simon Jones y Charles Fernyhough, quienes explican casos de alucinaciones verbales auditivas como una forma de habla interna. Las alucinaciones verbales auditivas son casos en los que una persona escucha el habla sin ningún estímulo externo. Desde su punto de vista, el habla es una acción interna controlada por el agente. Pero en algunos casos patológicos, no se reconoce como una acción. Esto conduce a una alucinación verbal auditiva ya que la voz se experimenta como un elemento externo o extraño.

Investigación y crítica

La comunicación intrapersonal no se ha investigado tan a fondo como otros tipos de comunicación. Una de las razones es que existen problemas adicionales sobre cómo estudiarlo y cómo conceptualizarlo. Una dificultad en este sentido es que no es tan fácil de observar como la comunicación interpersonal. Esto se debe al hecho de que ocurre principalmente internamente sin una manifestación externa inmediata. Dado que no es directamente observable, debe inferirse en función de otros cambios que pueden ser visibles. Por ejemplo, al ver que una persona viste bien y cuida su salud, se puede inferir que ciertas relaciones intrapersonales son las responsables de este comportamiento. Se podría hacer una inferencia similar sobre la vida interior de una persona en función de si responde a un cumplido alardeando o restándole importancia.

Otro enfoque es utilizar cuestionarios para estudiar la comunicación intrapersonal. Los cuestionarios que a veces se utilizan en el proceso incluyen la Escala de diálogo interno, el Cuestionario de variedades del habla interna y la Escala de actividad dialógica interna. Entre otras cosas, tienen como objetivo medir qué tipos de comunicación intrapersonal realiza una persona y con qué frecuencia lo hace. Es menos probable que los niños más pequeños informen que usan el habla interna en lugar del pensamiento visual que los niños mayores y los adultos. Pero no se sabe si esto se debe a la falta de un discurso interior oa una introspección insuficientemente desarrollada.

Algunas críticas se centran en el propio concepto de comunicación intrapersonal. La comunicación intrapersonal es comúnmente aceptada y utilizada como un tipo distinto de comunicación. Sin embargo, algunos teóricos rechazan la afirmación de que en realidad es una forma de comunicación. En cambio, lo ven como un fenómeno diferente que está meramente relacionado con la comunicación. Un destacado defensor de esta posición es Cunningham. Argumenta que muchas experiencias internas discutidas bajo esta etiqueta forman parte de procesos comunicativos. Pero niega que ellos mismos sean instancias de comunicación. Esto se refiere a formas de episodios cognitivos, perceptivos y motivacionales comúnmente categorizados como comunicación intrapersonal. Él ve tales categorizaciones como una "extensión acrítica de la terminología y las metáforas de la comunicación a los hechos de nuestro espacio de vida interior". Esto está estrechamente relacionado con el problema de que la expresión "comunicación intrapersonal" se utiliza a menudo en un sentido muy amplio y ambiguo. Sin embargo, algunos teóricos se han opuesto a la crítica de Cunningham. Un argumento es que los estudios de comunicación en general son una disciplina multiparadigmática. Esto implica que aún no ha establecido definiciones de sus términos que sean precisas y generalmente aceptadas. Según este punto de vista, la falta de precisión no significa que el concepto sea inútil.

Otro problema al definir la comunicación intrapersonal es que existen innumerables procesos dentro del cuerpo humano responsables de intercambiar mensajes. Entonces, cuando se entiende en este sentido tan amplio, incluso procesos como la respiración podrían entenderse como comunicación intrapersonal. Por esta razón, el término suele entenderse en un sentido más restringido. Frank J. Macke aborda este problema argumentando que la comunicación intrapersonal tiene que ver con el significado y que está involucrada alguna forma de experiencia comunicativa. Desde este punto de vista, el intercambio mecánico de mensajes por sí solo no es suficiente para la comunicación.

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