Colonización portuguesa de América
La colonización portuguesa de América fue el proceso de exploración y establecimiento del Reino de Portugal en el Nuevo Mundo americano entre los siglos XVI (dieciséis) al XIX (diecinueve). La mayor parte de la colonización portuguesa tuvo lugar en Brasil, aunque existieron asentamientos en Venezuela y Uruguay, e intentos de colonizar el área de Terranova y Labrador en Norteamérica.
En el siglo XV, Portugal era líder en la exploración europea del atlántico sur, y tras el descubrimiento europeo de América inició de inmediato su exploración, lo que llevó a un conflicto de intereses con el vecino Reino de Castilla y descubridor de América. Las diferencias se solucionaron rápida y pacíficamente gracias al Tratado de Tordesillas, firmado en 1494.
Este tratado, dividió los derechos de todas las tierras del mundo, fuera de Europa, entre Portugal y España, usando como marcación una línea situada a 370 leguas al oeste de las islas de Cabo Verde. Dentro del área portuguesa se encontraba la actual Brasil, donde se enfocaron los esfuerzos de asentamiento de los colonos portugueses.
En Sudamérica, Portugal estableció colonias en todo el Brasil, llegando hasta Colónia do Sacramento, en la actual Uruguay al sur y hasta Guanare, Venezuela, al norte, cerca de los límites que le concedía el Tratado de Tordesillas.
También hubieron intentos por colonizar Norteamérica, en lugares como Terranova y Labrador, así como en Nueva Escocia, Canadá, pero no lograron establecerse de manera permanente, y solo tuvieron éxitos duraderos en el sur del continente.
Intentos por colonizar el Norte de América
De acuerdo con los términos del Tratado de Tordesillas, el Reino de Portugal afirmó tener derechos territoriales sobre las áreas del Atlántico visitadas por el explorador genovés John Cabot (Juan Caboto) en 1497 y 1498 en nombre de la Corona de Inglaterra. En los años 1499 y 1500, el marino portugués João Fernandes Lavrador, también conocido como João Félix Sequeira, exploró la costa nororiental del Atlántico y Groenlandia. Esta exploración es la razón por la que "Labrador" aparece en los mapas topográficos de esa época.
Posteriormente, entre 1501 y 1502, los hermanos Gaspar y Miguel Corte-Real llevaron a cabo expediciones, explorando y cartografiando Groenlandia y lo que hoy es la provincia canadiense de Terranova y Labrador. Estas tierras fueron reclamadas como parte del Imperio Portugués. Además, existe evidencia fragmentaria de una posible expedición anterior en 1473 por João Vaz Corte-Real, padre de los hermanos Corte-Real, a Terra Nova do Bacalhau (Nueva Tierra del Bacalao) en América del Norte. Sin embargo, la existencia de este viaje de 1473 y otras posibles expediciones precolombinas a América del Norte en el siglo XV, principalmente desde las Azores, sigue siendo un tema de gran controversia entre los estudiosos.
En 1506, el rey Manuel I de Portugal impuso impuestos sobre la pesca del bacalao en aguas de Terranova. Alrededor de 1521, João Álvares Fagundes y Pêro de Barcelos establecieron puestos de pesca en Terranova y Nueva Escocia. Estos puestos fueron abandonados más tarde cuando los colonizadores portugueses comenzaron a enfocar sus esfuerzos en América del Sur. A pesar de esto, las ciudades fundadas por los portugueses, como Portugal Cove-St. Philip's, St. Peter's, St. John's, Conception Bay y áreas circundantes en el este de Canadá, continúan siendo importantes regiones culturales hasta el día de hoy.
Colonización del Sur de América
En el apogeo de su poder colonial, el Reino de Portugal estableció un vasto dominio en varias partes del mundo, incluyendo una extensión significativa en América del Sur. Brasil, el único país del continente de colonización ibérica no hispánica, representa el ejemplo más notable de esta expansión. La influencia portuguesa en Brasil fue profunda, abarcando aspectos como la colonización, la agricultura, la industria, la minería y la utilización de mano de obra esclava. Más allá de Brasil, la historia portuguesa en América del Sur también incluyó a Uruguay, que no solo fue una provincia del Brasil Imperial, sino también una colonia portuguesa.
Las relaciones de Portugal con otros países sudamericanos, especialmente los andinos y platinos, fueron complejas y a menudo entrelazadas con la historia brasileña. Además, Portugal tuvo disputas territoriales con Francia, como las que involucraron a la Guayana Francesa. Sorprendentemente, el alcance portugués se extendió más allá de América del Sur, incluyendo territorios como las actuales provincias canadienses de Terranova y Labrador, Nueva Escocia y hasta el país centroamericano de Barbados, aunque estas afirmaciones carecen de fuentes robustas y son frecuentemente debatidas por historiadores. Este vasto imperio refleja la ambición y la capacidad marítima de Portugal durante los siglos de exploración y colonización.
Exploración del caribe (1536- 1625)
Los Primeros Navegantes han estado prácticamente en todo el Caribe, desde las Bahamas hasta Jamaica. El papiamento, uno de los idiomas que se hablan en las islas, es una mezcla de portugués, español y lenguas africanas.
Los comerciantes portugueses han estado comerciando en las Indias Occidentales. A tal punto, que, por ejemplo, para la localidad portuguesa de Póvoa de Varzim, donde la mayoría de sus marinos mueren en el extranjero, la mayoría de las muertes ocurrieron en la Ruta de las Antillas, en las Antillas. A principios del siglo XVII, con la unión con Castilla, los reyes españoles favorecieron la libre circulación de las personas, y otras tierras del Nuevo Mundo, como Perú y el Golfo de México, se abrieron a los comerciantes portugueses.
Colonización del Brasil (1500- 1822)
En abril de 1500, la segunda Armada de la India portuguesa, liderada por Pedro Álvares Cabral, se topó con la costa brasileña. Esta expedición contaba con capitanes experimentados, entre ellos Bartolomeu Dias y Nicolau Coelho. El encuentro con Brasil se produjo mientras la flota realizaba una maniobra conocida como "volta do mar" en el Atlántico, con el objetivo de evitar las zonas de calma (regiones sin vientos) en el Golfo de Guinea.
Así, el 21 de abril, divisaron una montaña a la que denominaron Monte Pascoal. Al día siguiente, el 22 de abril, Cabral desembarcó en Porto Seguro. Inicialmente, pensando que se trataba de una isla, la bautizó como Ilha de Vera Cruz (Isla de la Vera Cruz).
La historia de la colonización portuguesa de América comienza con indicios de tierras avistadas por Vasco da Gama en 1497 en su ruta hacia la India. Existen teorías que sugieren que Duarte Pacheco Pereira pudo haber descubierto Brasil en 1498, aunque los detalles de su expedición son inciertos. Además, se cree que los portugueses pudieron haber alcanzado la protuberancia sudamericana antes del Tratado de Tordesillas de 1494, durante sus navegaciones en el Atlántico suroeste.
En 1501-1502, una expedición liderada por Gonçalo Coelho, con la participación de Amerigo Vespucci, exploró la costa suramericana hasta la bahía de Río de Janeiro. Vespucci, quien también participó en otras expediciones españolas y portuguesas, fue crucial en la conceptualización del "Nuevo Mundo", especialmente tras su viaje a Brasil. Sus relatos, publicados entre 1502 y 1504, difundieron ampliamente estas exploraciones en Europa.
División de Brasil en Capitanías
Posteriormente, alrededor de 1508 o 1511-1512, capitanes portugueses, posiblemente incluyendo a Diogo Ribeiro y João de Lisboa, exploraron el estuario del Río de la Plata, llegando hasta el actual Golfo de San Matías en Argentina. Estas expediciones, junto con las de Cristóvão Jacques al Río de la Plata y Paraná en 1521, y de Martim Afonso de Sousa en 1530-1532, demostraron el interés portugués en la región.
La colonización efectiva de Brasil comenzó con la fundación de São Vicente en 1532 por Martim Afonso de Sousa. Esta ciudad es considerada simbólicamente como la cuna de la democracia en América, debido a sus características municipales democráticas. Entre 1534 y 1536, se establecieron 15 capitanías en la América portuguesa, funcionando como colonias autónomas. Sin embargo, debido a su limitado éxito, en 1549 se creó la Gobernación General de Brasil, reorganizando las capitanías como distritos provinciales.
La industria de la caña de azúcar, establecida durante este período, llevó a la importación de esclavos africanos y al uso de mano de obra nativa. En 1565, Mem de Sá, tercer gobernador general de Brasil, expulsó a los colonos franceses de la bahía de Guanabara y fundó Río de Janeiro en 1567.
- Capitanía del Maranhão
- Capitanía del Ceará
- Capitanía del Río Grande
- Capitanía de Itamaracá
- Capitanía de Pernambuco
- Capitanía de la Bahía de Todos los Santos
- Capitanía de Ilhéus
- Capitanía de Porto Seguro
- Capitanía del Espíritu Santo
- Capitanía de Santo Tomé
- Capitanía de San Vicente
- Capitanía de Santo Amaro
- Capitanía de Santana
- Capitanía de Trinidad
En 1621, la Gobernación General se dividió en dos: el Estado de Maranhão y el Estado de Brasil. Durante el siglo XVII, los Países Bajos controlaron temporalmente partes del Nordeste brasileño, pero fueron expulsados definitivamente en 1654.
En el siglo XVIII, se produjeron cambios administrativos significativos. El Estado de Maranhão fue reestructurado en 1751 y dividido en 1772, aunque estos nuevos estados tuvieron una existencia breve. Finalmente, en 1775, todas las colonias de la América portuguesa se unificaron bajo el Estado de Brasil, configuración que perduró hasta el fin del período colonial. Este manejo administrativo evitó la fragmentación territorial que experimentaron las colonias españolas vecinas.
Exploradores Bandeirantes
Los bandeirantes, figuras emblemáticas de la historia brasileña, fueron exploradores y aventureros de origen portugués, mestizo e indígena, activos principalmente durante los siglos XVII y XVIII. Estos intrépidos exploradores se adentraron en el interior de Brasil, partiendo desde São Paulo, en expediciones conocidas como "bandeiras". Su principal objetivo era la captura y esclavización de pueblos indígenas, aunque también jugaron un papel crucial en la expansión territorial de Brasil. Los bandeirantes exploraron vastas regiones desconocidas, estableciendo rutas y contribuyendo al conocimiento geográfico del país. Sin embargo, su legado es controvertido, ya que sus expediciones a menudo resultaron en conflictos violentos con las poblaciones indígenas y una considerable alteración de las culturas y sociedades nativas.
Misiones Jesuitas en Brasil
Los jesuitas llegaron a Brasil en el siglo XVI, poco después de la llegada de los portugueses, con el objetivo de evangelizar a las poblaciones indígenas. Estos misioneros católicos desempeñaron un papel fundamental en la colonización y la historia cultural de Brasil. Fundaron numerosas misiones, conocidas como reducciones, donde educaban a los indígenas en la fe cristiana y les enseñaban habilidades agrícolas y artesanales. Los jesuitas también jugaron un papel importante en la protección de los indígenas contra la esclavitud, enfrentándose a menudo a los intereses de los colonos y bandeirantes. A pesar de su influencia, fueron expulsados de Brasil y de todos los territorios portugueses en 1759 por el Marqués de Pombal, debido a conflictos con las autoridades coloniales y su creciente poder. Su legado, sin embargo, perdura en la educación, la cultura y la arquitectura de Brasil.
Colonia de Guanare (1591)
En Venezuela, establecieron Guanare, fundada el 3 de noviembre de 1591 por el capitán portugués João Fernandes de Leão Pacheco, originario de Portimão, como un asentamiento colonial.
Colonia del Sacramento (1680- 1777)
En Uruguay, los portugueses fundaron la primera ciudad y el asentamiento europeo más antiguo de Uruguay, denominada Colónia do Sacramento, como un puesto de avanzada y frontera entre los dominios españoles y portugueses, por el portugués Manuel Lobo en enero de 1680.
Ambas colonias terminarían en manos españolas, aunque Colónia do Sacramento, estuvo disputada durante toda su historia colonial entre España y Portugal. Tras la restauración de la corona portuguesa, el rey Pedro II buscó definir la frontera sur de Brasil, por lo que fue enviado Manuel Lobo. Lobo desembarcó en la isla San Gabriel con cinco barcos, estableciendo un puesto en 1680.
La respuesta de las autoridades españolas fue inmediata: pronto el gobernador de Buenos Aires, Vera Mujica, reaccionó, y el núcleo portugués fue conquistado por las tropas españolas e indígenas. Manuel Lobo, fue apresado por las fuerzas españolas dirigidas por Antonio de Vera Mujica.
A través de negociaciones diplomáticas, la posesión de la colonia fue devuelta a Portugal por el Tratado de Lisboa entre España y Portugal (7 de mayo de 1681), aunque se les impidió la construcción de nuevas fortalezas y edificios de piedra que caracterizaban a una ocupación permanente.
En 1683, bajo la dirección de Duarte Teixeira Chaves, se reconstruyó el asentamiento en Colonia. La economía local prosperó gracias al contrabando y la caza de ganado. Durante la Guerra de Sucesión Española, la Colonia del Sacramento enfrentó un sitio por parte de las fuerzas españolas. No obstante, con el Tratado de Utrecht, fue nuevamente devuelta a Portugal.
Para 1718, Manuel Gomes Barbosa llegó con más colonos. Bajo la administración de Antonio Pedro de Vasconcellos, a partir de 1722, la colonia se consolidó como la ciudad más rica y fortificada de la región del Río de la Plata. En 1777, con el Tratado de San Ildefonso, la colonia se convirtió en una posesión española.
Colonias en Cayena y la Guayana (1809- 1817)
Vicente Yáñez Pinzón fue el primer explorador de la costa de Guayana en 1500. Engañados por la mítica ciudad de oro (El dorado), numerosos aventureros buscaron en vano fortuna en la región. Tuvo diversas posesiones por parte de los franceses y holandeses. El Tratado de Breda de 1667, legitimó la posesión de territorios por Francia y el Tratado de Utrecht aseguró las fronteras con Brasil en 1713. Los jesuitas fueron expulsados en 1762, lo que provocó la dispersión de los indios que vivían en las misiones. En la expedición colonizadora de Kourou (de 1763 a 1765), murieron unas 14.000 personas, la mayoría europeos. La pequeña revolución francesa repercutió en la colonia donde la esclavitud fue abolida en 1794 y restaurada en 1802. En 1809, Guayana, a partir de Cayena fue ocupada por las tropas portuguesas y británicas, en represalia por la invasión napoleónica de Portugal. Guayana y administrada por el marqués de Queluz con el nombre «Cayena y la Guayana». Sin embargo, sería devuelta en 1817 por el Tratado de Viena.
Provincia Cisplatina (1808- 1822)
En 1807, la familia real portuguesa se trasladó a Brasil, huyendo de las tropas napoleónicas que habían invadido Portugal. Esta mudanza transformó a Río de Janeiro en la capital del imperio portugués. Durante su estancia en Brasil, Juan VI de Portugal adoptó políticas progresistas. Implementó la libertad de comercio, abrió los puertos a todos los países y elevó el estatus de Brasil a la par con Portugal, creando el Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarve.
La Cisplatina, correspondiente al territorio actual de Uruguay, se convirtió en una provincia bajo dominio portugués. Entre 1811 y 1812, las tropas de Juan VI, comandadas por Diogo de Souza, ocuparon la región. Tomaron el Fuerte de Santa Teresa, abandonado por los españoles el 5 de septiembre de 1811, y posteriormente capturaron el departamento de Maldonado el 14 de octubre, encontrando poca resistencia.
Tras la independencia de Brasil de Portugal en 1822, la Provincia Cisplatina se integró a Brasil. Sin embargo, esta unión duró hasta 1828.
Economía colonial
La escasez de metales preciosos inicialmente desalentó la colonización portuguesa de Brasil, retrasándola por más de tres décadas. Durante este tiempo, la extracción de palo Brasil (pau-brasil) fue el principal incentivo para establecer pequeñas factorías a lo largo de las costas atlánticas.
En las ciudades de Bahía y San Vicente, se promovió activamente el cultivo de caña de azúcar. Estas dos regiones se convirtieron en los centros principales de producción azucarera en Brasil, manteniendo esta posición durante aproximadamente un siglo y medio.
El cultivo de caña de azúcar en Brasil llevó al desarrollo de una economía agrícola orientada a la exportación, basada en el modelo de plantaciones. Estas plantaciones azucareras requerían significativas inversiones de capital para la construcción de ingenios azucareros, además de extensas áreas de tierra y una fuerza laboral sumisa.
La población indígena de la región atlántica no era adecuada para este tipo de trabajo. Por lo tanto, se recurrió a la importación de una numerosa mano de obra esclava proveniente de África. La industria azucarera quedó en manos de una "aristocracia del azúcar", la única capaz de soportar los altos costos de producción asociados con el cultivo.
Brasil mantuvo el monopolio mundial en la producción de azúcar hasta mediados del siglo XVII. Fue entonces cuando los holandeses y franceses comenzaron a competir en las Antillas. Anteriormente, los holandeses habían intentado colonizar la región de Pernambuco en Brasil, dedicándose a la producción de azúcar durante treinta años, hasta que fueron expulsados por los portugueses.
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