Brometalina
Bromethalin es un rodenticida neurotóxico que daña el sistema nervioso central.
Historia
La bromthalina se descubrió a principios de la década de 1980 a través de un enfoque para encontrar rodenticidas de reemplazo para los anticoagulantes de primera generación, especialmente para que fueran útiles contra roedores que se habían vuelto resistentes a los venenos anticoagulantes del tipo warfarina. Se llevó a cabo un estudio estructurado para desarrollar una sustancia que fuera venenosa para los roedores y que además pudiera ser consumida fácilmente por los roedores. La brommetalina, N-metil-2,4-dinitro-N (2,4,6-tribromofenil)-6-(trifluorometil)bencenoamina, fue el resultado de ese estudio, ya que la formulación específica tenía las dos propiedades rodenticidas deseadas.
Mecanismo de acción
La brommetalina actúa metabolizándose a n-desmetil-brometalina y desacoplando la fosforilación oxidativa mitocondrial, lo que provoca una disminución en la síntesis de trifosfato de adenosina (ATP). La disminución de ATP inhibe la actividad de la enzima Na/K ATPasa, lo que conduce a una acumulación posterior de líquido cefalorraquídeo (LCR) y vacuolización de mielina. El exceso de LCR provoca un aumento de la presión intracraneal, que a su vez daña permanentemente los axones neuronales. Este daño al sistema nervioso central puede causar parálisis, convulsiones y la muerte.
Riesgo de intoxicación para humanos y mascotas
A pesar del riesgo de síntomas graves y muerte, la mayoría de las exposiciones exploratorias pediátricas no intencionales (lamer o probar una bolita) no han mostrado efectos graves y no se han reportado muertes en niños hasta el momento, aunque es posible que se produzca toxicidad si se ingieren cantidades significativas. . Debido a la necesidad de generación de metabolitos activos para producir toxicidad, la toxicidad fatal puede retrasarse de horas a días. Todos los casos deben manejarse en consulta con un centro local de control de intoxicaciones. Todas las ingestiones intencionales con fines de autolesión conllevan un riesgo significativo de muerte o efectos neurológicos graves y requieren seguimiento en un entorno hospitalario.
En los seres humanos, los efectos iniciales más comunes de la exposición no intencional son náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea, aunque se han informado convulsiones tardías. No se conoce ningún antídoto para la brommetalina; La atención es sintomática y de apoyo.
En las mascotas, los signos a los que hay que prestar atención incluyen temblores musculares intensos, hiperexcitabilidad, ataques, sensibilidad extrema al tacto (hiperestesia) y convulsiones que parecen ser causadas por la luz o el ruido. Los propietarios de animales que hayan ingerido bromethalin accidentalmente deben buscar atención veterinaria inmediata y ser descontaminados. Ponerse en contacto con un centro de control de intoxicaciones animales puede ayudar a garantizar que se inicie una terapia oportuna y adecuada.
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