Articulación

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Ubicación en la que dos o más huesos hacen contacto

Una articulación o articulación (o superficie articular) es la conexión que se hace entre huesos, huesecillos u otras estructuras duras del cuerpo que unir el sistema esquelético de un animal en un todo funcional. Están construidos para permitir diferentes grados y tipos de movimiento. Algunas articulaciones, como la rodilla, el codo y el hombro, se autolubrican, casi no tienen fricción y pueden resistir la compresión y mantener cargas pesadas mientras ejecutan movimientos suaves y precisos. Otras articulaciones, como las suturas entre los huesos del cráneo, permiten muy poco movimiento (solo durante el nacimiento) para proteger el cerebro y los órganos de los sentidos. La conexión entre un diente y la mandíbula también se denomina articulación y se describe como una articulación fibrosa conocida como gonfosis. Las articulaciones se clasifican tanto estructural como funcionalmente.

Clasificación

El número de articulaciones depende de si se incluyen los sesamoideos, la edad del ser humano y la definición de las articulaciones. Sin embargo, el número de sesamoideos es el mismo en la mayoría de las personas y las variaciones son raras.

Las articulaciones se clasifican principalmente estructural y funcionalmente. La clasificación estructural está determinada por la forma en que los huesos se conectan entre sí, mientras que la clasificación funcional está determinada por el grado de movimiento entre los huesos articulados. En la práctica, existe una superposición significativa entre los dos tipos de clasificaciones.

Clasificación clínica, numérica

  • monoarticular - referente a una articulación
  • oligoarticular o pauciarticular – concerniente a 2-4 articulaciones
  • poliarticular – concerniente a 5 o más articulaciones

Clasificación estructural (tejido de unión)

Tipos de articulaciones basadas en su estructura (L a R): articulación cartilaginosa, articulación fibrosa y articulación sinovial.

La clasificación estructural nombra y divide las articulaciones según el tipo de tejido de unión que conecta los huesos entre sí. Hay cuatro clasificaciones estructurales de juntas:

  • articulación fibrosa – unida por tejido conectivo regular denso que es rico en fibras de colágeno
  • articulación cartilaginosa – unida por cartílago. Hay dos tipos: articulaciones cartilaginosas primarias compuestas de cartílago hialino y articulaciones cartilaginosas secundarias compuestas de cartílago hialino que cubre las superficies articulares de los huesos involucrados con fibrocartilaje que los conecta.
  • articulación sinovial – no directamente unido – los huesos tienen una cavidad sinovial y están unidos por el tejido conectivo irregular denso que forma la cápsula articular que normalmente se asocia con ligamentos accesorios.
  • articulación faceta – articulación entre dos procesos articulares entre dos vértebras.

Clasificación funcional (movimiento)

Las articulaciones también pueden clasificarse funcionalmente según el tipo y grado de movimiento que permiten: Los movimientos articulares se describen con referencia a los planos anatómicos básicos.

  • synarthrosis – permite poca o ninguna movilidad. La mayoría de las articulaciones de la synarthrosis son articulaciones fibrosas, como suturas de cráneo. Esta falta de movilidad es importante, porque los huesos del cráneo sirven para proteger el cerebro.
  • anfiarthrosis – permite una ligera movilidad. La mayoría de las articulaciones de anfiarthrosis son articulaciones cartilaginosas. Un ejemplo es el disco intervertebral. Los discos intervertebrales individuales permiten movimientos pequeños entre las vértebras adyacentes, pero cuando se agregan juntos, la columna vertebral proporciona la flexibilidad que permite que el cuerpo retorne o se doble al frente, la espalda o el lado.
  • unión sinovicial (también conocido como diarthrosis) - libremente muebles. Las articulaciones sinoviales se pueden clasificar a su vez en seis grupos según el tipo de movimiento que permiten: articulación de planos, articulación de bolas y tomas, articulación de bisagras, articulación de pivotes, articulación condiloide y articulación de sillas.

Las articulaciones también se pueden clasificar, según el número de ejes de movimiento que permiten, en no axiales (deslizantes, como entre los extremos proximales del cúbito y el radio), monoaxiales (uniaxiales), biaxiales y multiaxiales. Otra clasificación es según los grados de libertad permitidos, distinguiéndose entre uniones de uno, dos o tres grados de libertad. Otra clasificación es según el número y la forma de las superficies articulares: superficies planas, cóncavas y convexas. Los tipos de superficies articulares incluyen superficies trocleares.

Clasificación biomecánica

Las articulaciones también se pueden clasificar según su anatomía o sus propiedades biomecánicas. Según la clasificación anatómica, las articulaciones se subdividen en simples y compuestas, según el número de huesos implicados, y en complejas y juntas combinadas:

  1. Junta simple: dos superficies de articulación (por ejemplo, articulación de hombro, articulación de cadera)
  2. Junta compuesta: tres o más superficies de articulación (por ejemplo, articulación radiocarpia)
  3. Junta compleja: dos o más superficies de articulación y un disco articular o menisco (por ejemplo, articulación de la rodilla)

Anatómica

(feminine)
Juntas del cuerpo humano

Las articulaciones se pueden clasificar anatómicamente en los siguientes grupos:

  1. Juntas de mano
  2. Juntas codo
  3. Wrist joints
  4. Juntas axilares
  5. Juntas esternoclaviculares
  6. articulaciones verticales
  7. Juntas temporomandibulares
  8. Juntas sacroiliacas
  9. Juntas de cadera
  10. Juntas de rodillas
  11. Articulaciones de pie

Las fibras nerviosas amielínicas son abundantes en las cápsulas articulares y los ligamentos, así como en la parte externa de los meniscos intraarticulares. Estas fibras nerviosas son responsables de la percepción del dolor cuando se tensa una articulación.

Importancia clínica

Dañar el cartílago de las articulaciones (cartílago articular) o los huesos y músculos que estabilizan las articulaciones puede provocar dislocaciones articulares y osteoartritis. La natación es una excelente manera de ejercitar las articulaciones con un daño mínimo.

Un trastorno de las articulaciones se denomina artropatía y, cuando implica la inflamación de una o más articulaciones, el trastorno se denomina artritis. La mayoría de los trastornos articulares involucran artritis, pero el daño articular por traumatismo físico externo generalmente no se denomina artritis.

Las artropatías se denominan poliarticulares (multiarticulares) cuando afectan a muchas articulaciones y monoarticulares cuando afectan a una sola articulación.

La artritis es la principal causa de discapacidad en personas mayores de 55 años. Existen muchas formas diferentes de artritis, cada una de las cuales tiene una causa diferente. La forma más común de artritis, la osteoartritis (también conocida como enfermedad articular degenerativa), ocurre después de un traumatismo en la articulación, luego de una infección de la articulación o simplemente como resultado del envejecimiento y el deterioro del cartílago articular. Además, hay evidencia emergente de que la anatomía anormal puede contribuir al desarrollo temprano de la osteoartritis. Otras formas de artritis son la artritis reumatoide y la artritis psoriásica, que son enfermedades autoinmunes en las que el cuerpo se ataca a sí mismo. La artritis séptica es causada por la infección de la articulación. La artritis gotosa es causada por la deposición de cristales de ácido úrico en la articulación que provoca una inflamación posterior. Además, hay una forma menos común de gota que es causada por la formación de cristales romboidales de pirofosfato de calcio. Esta forma de gota se conoce como pseudogota.

El síndrome de la articulación temporomandibular (TMJ, por sus siglas en inglés) involucra las articulaciones de la mandíbula y puede causar dolor facial, chasquidos en la mandíbula o limitación del movimiento de la mandíbula, por nombrar algunos síntomas. Es causado por tensión psicológica y desalineación de la mandíbula (maloclusión), y puede estar afectando a unos 75 millones de estadounidenses.

Historia

Etimología

La palabra inglesa joint es un participio pasado del verbo join, y se puede leer como joined. Joint se deriva del latín iunctus, participio pasado del verbo latino iungere, unir, unir, conectar, unir.

El término inglés articulación se deriva del latín articulatio.

Los humanos también han desarrollado huesos articulares más livianos y frágiles con el tiempo debido a la disminución de la actividad física en comparación con hace miles de años.

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