Andrés Manuel del Río

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Andrés Manuel del Río y Fernández (10 de noviembre de 1764 – 23 de marzo de 1849) fue un científico, naturalista e ingeniero español, nacionalizado mexicano, que descubrió compuestos de vanadio en 1801. Propuso que al elemento se le diera el nombre de pancromo, o más tarde, eritronio, pero su descubrimiento no fue acreditado en ese momento y sus nombres no se utilizaron.

Educación

Andrés del Río estudió química analítica y metalurgia en España, donde nació. Se licenció en la Universidad de Alcalá de Henares en 1780, a la edad de quince años. El gobierno le otorgó una beca para ingresar a la Real Academia de Minas de Almadén, España, a partir de junio de 1782. Mostró gran aptitud. En 1783 recibió una beca de viaje del Ministerio de Minas español. Lo utilizó para estudiar en París, con el químico Jean Darcet en el Collège de France.

Del Río continuó sus estudios en la Academia de Minería de Freiberg, Alemania, bajo la dirección de Abraham Gottlob Werner en 1789. En Freiberg conoció al barón Alexander von Humboldt. Del Río pasó a estudiar en la Academia Real-Imperial de Minería de Austria en Schemnitz, Hungría, con Anton von Rupprecht, así como en Inglaterra.

Del Rio regresó a París en 1791, donde fue colega (asociado) de Antoine Lavoisier, considerado el fundador de la química moderna, y del Abbé René Just Haüy, considerado el fundador de la química moderna. cristalografía. Como resultado de la Revolución Francesa, se emitió una orden de arresto para Lavoisier el 4 de noviembre de 1793. Lavoisier fue ejecutado en la guillotina el 8 de mayo de 1794. Después del arresto de Lavoisier, Del Río escapó a Inglaterra.

Minería en Nueva España

En 1792 se fundó en la Nueva España el Real Seminario de Minería por decreto del rey Carlos III de España, con el objeto de reformar el estudio de la minería y la metalurgia en la colonia. La institución estuvo inicialmente dirigida por Fausto Elhúyar (1755-1833), el descubridor del tungsteno. En 1793, Elhúyar le ofreció a Del Río un puesto como catedrático en el colegio recién organizado. Del Río rechazó la cátedra de química, pero aceptó la de mineralogía. Del Río llegó al puerto de Veracruz el 20 de octubre de 1794, en el barco San Francisco de Alcántara procedente de Cádiz.

Una vez en su nuevo cargo, del Río se dedicó a la docencia y la investigación científica. El 27 de abril de 1795 inauguró el primer curso de mineralogía jamás impartido en la Nueva España. Realizó importantes estudios de minerales y desarrolló métodos innovadores en minería. También escribió el primer libro de texto de mineralogía publicado en América, Elementos de Orictognosía, y el primero en español en lugar de alemán o inglés. El tomo I apareció en 1795, y el tomo II en 1805. Santiago Ramírez, su alumno y luego su biógrafo, la calificó como "una obra monumental, que... será objeto de veneración y consulta".

El naturalista alemán Alexander von Humboldt, al realizar un estudio de los recursos en las colonias españolas para España, informó favorablemente que fue en México donde se había publicado el mejor trabajo de mineralogía en español, los Elementos de Orictognosia del Señor Del Río. Humboldt pasó el período comprendido entre marzo de 1803 y marzo de 1804 en la Ciudad de México, renovando su amistad con del Río y participando activamente en las investigaciones del Colegio de Minería. Organizó excursiones a Chapultepec, a la zona basáltica del Pedregal de San Ángel, a los campos de lava del volcán Xitle y a las aguas termales del Peñón de los Baños, un afloramiento rocoso cercano al moderno Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, acumulando datos y muestras de minerales y rocas que luego fueron sometidas a pruebas químicas para su identificación.

En 1820 del Río fue nombrado diputado a las Cortes españolas. Fue un liberal que defendió la independencia de la Nueva España. Estuvo en Madrid cuando México obtuvo su independencia. Invitado a permanecer en España, regresó sin embargo a México (en 1821), al que consideraba su patria.

"Aunque es cierto que nació español, dada la calidad de su carácter, sus simpatías, los servicios prestados a México, y su destacada inteligencia, era, es, y siempre será mexicano". Crédito a los estudiantes del Río

En 1829, en medio de los intentos españoles de reconquistar México, el gobierno del México independiente expulsó a los españoles residentes en el país, con algunas excepciones notables. Del Río fue una de las excepciones. La expulsión tuvo un gran impacto en el trabajo de la Facultad de Minería. El director, Fausto Elhúyar, se vio obligado a dimitir y abandonar el país.

Indignado por la expulsión de sus colegas, del Río se solidarizó al exiliarse voluntariamente en Filadelfia durante cuatro años. Allí fue muy honrado. Participó en las actividades científicas de la Sociedad Filosófica Americana (elegido en 1830) y fue elegido presidente de la Sociedad Geológica de Filadelfia. John Hurtel de Filadelfia publicó una nueva edición del libro de Del Río en 1832. Del Río regresó a México en 1834 y nuevamente ocupó la cátedra de mineralogía en la universidad. También se le asignó la cátedra de geología.

El descubrimiento del vanadio

Elemento 23 sobre la tabla periódica.
Vanadium no se encuentra en el estado nativo, pero está presente en minerales como vanadinita, Pb5(VO)4)3Cl.

En 1801, mientras examinaba muestras minerales que le enviaba la mina Purísima del Cardenal en Zimapán, Estado de Hidalgo, del Río llegó a la conclusión de que había encontrado un nuevo elemento metálico. Preparó varios compuestos del elemento y, observando sus diversos colores, llamó al elemento pancromo (griego: παγχρώμιο "todos los colores"). Posteriormente, al observar que los compuestos cambiaban de color a rojo al calentarlos, los sustituyó por el nombre eritronio (griego: ερυθρός "rojo").

Al año siguiente entregó muestras que contenían el nuevo elemento a Alexander von Humboldt, quien las envió a Hippolyte Victor Collet-Descotils en París para su análisis. El análisis de Collet-Descotils encontró (erróneamente) que las muestras contenían sólo cromo. Humboldt, a su vez, rechazó la afirmación de Del Río sobre el descubrimiento de un nuevo elemento, y el propio Del Río concluyó que su descubrimiento había sido un error.

En 1830, 27 años después de su descubrimiento inicial, el profesor Nils Gabriel Sefström de Suecia redescubrió el elemento en una muestra de hierro de Taberg. Le dio su nombre actual, vanadio, en honor a la diosa escandinava del amor y la belleza, Vanadis. Ese mismo año, Friedrich Wöhler, el químico alemán que había sintetizado la urea, analizó algunas de las muestras de mineral de plomo pardo de Zimapán de Del Río y demostró que el vanadio de Sefström y el eritronio de Del Río eran lo mismo.

En 1831 el geólogo estadounidense George William Featherstonhaugh propuso sin éxito que el elemento debería denominarse rionio, en honor a su descubridor original. Un análisis extenso del historial de publicaciones de artículos relacionados con el descubrimiento del elemento sugiere que la intervención de J. J. Berzelius en nombre de sus alumnos Sefström y Wöhler fue muy instrumental a la hora de influir en la atribución y denominación del elemento, reflejando patrones de Prestigio científico y control del discurso en la primera mitad del siglo XIX.

En 1867, el químico inglés Henry Enfield Roscoe aisló el metal puro por primera vez. Usó hidrógeno para deshacerse del cloruro alrededor del vanadio puro.

Vida posterior

En 1805 del Río estableció una ferrería en Coalcomán. Tras superar numerosos obstáculos, produjo el primer hierro en México, el 29 de abril de 1807. Cuatro años más tarde, durante la Guerra de Independencia de México, los realistas destruyeron la ferrería. El hierro que produjo era superior al célebre hierro importado de Vizcaya (Vizcaya), España.

Del Río se mostró amargado por el error de Humboldt al no confirmar el descubrimiento de vanadio, y se lo reprochó fuertemente. Continuó enseñando en la Escuela de Minas hasta su muerte, una carrera que "bien podría haberse impartido en la Escuela Politécnica de París", según Michel Chevalier, quien visitó a Del Río poco antes que este último&#39. ;s muerte.

Muerte y reconocimiento

Palacio de Mineria, Ciudad de México

Andrés Manuel del Río murió a los 84 años en 1849, después de una larga y productiva carrera académica. Su trabajo y su política liberal fueron importantes para la construcción de una nación mexicana independiente. Fue profesor fundador de mineralogía del Colegio de Minas, que sentó las bases del actual Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Fue miembro de la Real Academia Española de Ciencias de Madrid, la Sociedad Wernerian de Historia Natural de Edimburgo, la Real Academia de Ciencias de Francia, la Sociedad Económica de Leipzig, la Sociedad Linnean de Leipzig, la Real Academia de Sajonia y la Sociedad Filosófica de Filadelfia. También fue presidente de la Sociedad Geológica de Filadelfia y el Lyceum de Historia Natural de Nueva York.

Una muestra de vanadio.

Su extenso trabajo científico, además de la primera identificación del vanadio, incluyó el descubrimiento y descripción de varios minerales y la invención de métodos de extracción de minerales para su uso en la industria minera. Tras su muerte, se nombró en su honor el importante distrito minero que incluye Batopilas en Chihuahua.

La Sociedad Química de México instituyó el prestigioso Premio Nacional de Química "Andrés Manuel Del Río" en 1964, con el objeto de reconocer públicamente la labor realizada por profesionales químicos que han realizado contribuciones extraordinarias para elevar el nivel y prestigio de la profesión. Se le otorga una medalla que contiene la efigie de del Río y una placa conmemorativa. Andrés Manuel Del Río, Luis E. Miramontes, inventor del primer anticonceptivo oral, y Mario J. Molina, premio Nobel de Química en 1995, son los tres químicos mexicanos de destacada relevancia mundial. Miramontes ganó el premio "Andrés Manuel Del Río" Premio en 1986.

Trabajos científicos seleccionados

  • Elementos de Orictognesia o del conocimiento de los fósiles, preparado para su uso en el Real Seminario de Mineria de México, 1795.
  • Analyse des deux nouvelles espéces minérales composées de séléniure de zinc et de sulfure de mercure. Annales des Mines, París, 5, 1829.
  • Découverte de l'iodure de mercure au Mexique. Annales des Mines, París, 5, 1829.
  • Elementos de Orictognesia, o del conocimiento de los fósiles según el sistema de Bercelio; y según los principios de Abraham Gótlob Wérner, con la sinonimia inglesa, alemana y francesa, para uso del Seminario Nacional de Minería de México. Philadelphia, 1832, ISBN 9780270612905.

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