Aidos

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Aidos (griego: Αἰδώς, pronunciado [ai̯dɔ̌ːs]) era la diosa griega de la vergüenza, la modestia, el respeto y la humildad. Aidos, como cualidad, era ese sentimiento de reverencia o vergüenza que restringe a los hombres del mal. También abarcaba la emoción que una persona rica podría sentir en presencia de los empobrecidos, que su disparidad de riqueza, ya sea una cuestión de suerte o mérito, en última instancia no se la merecía. La humildad antigua y la cristiana comparten temas comunes: ambas rechazan el egoísmo, el egocentrismo, la arrogancia y el orgullo excesivo; también reconocen las limitaciones humanas. Aristóteles lo definió como un término medio entre la vanidad y la cobardía.

"A medida que logramos más logros en algo, tendemos a enorgullecernos de nuestros avances y vemos nuestro dominio creciente, especialmente cuando va acompañado del placer o la aprobación de los demás, como un acicate para seguir mejorando. A una pianista le gusta mostrar su habilidad en tocando una sonata de Beethoven, un aprendiz de ebanista siente una tranquila satisfacción en el trabajo de sus manos, una bailarina se deleita en saber el placer que sus movimientos le brindan a otro, pero la humildad es, por definición, una virtud que nos niega sistemáticamente estas satisfacciones. virtud de la que nunca debemos enorgullecernos, ya sea que ese orgullo sea generado enteramente por nosotros mismos o alimentado por la aprobación de los demás".

El problema de la humildad está en la autosatisfacción de darnos crédito a nosotros mismos por cualquier mejora o logro con el que ganamos, que también puede haber proporcionado a otros, cuando perseguimos la virtud de la humildad, es probable que reconozcamos mejoras, que son el resultado de cada vez más humilde. La humildad es resistente a la autoevaluación y la autoapreciación, emprender cualquiera de las dos es como deshacer todo el esfuerzo.

Mitología

Ella fue la última diosa en abandonar la tierra después de la Edad de Oro. Era una compañera cercana de la diosa de la venganza Némesis. Una fuente la llama hija de Prometeo. Mitológicamente, a menudo se la considera más una personificación que una deidad física.

Hay referencias a ella en varias obras griegas tempranas, como Prometeo atado de Esquilo, Ifigenia en Aulis de Eurípides y Edipo Rey de Sófocles.

Había altares a Aidos en Atenas y en Esparta.

Algunas fuentes mencionan a Aeschyne (griego antiguo: Αἰσχύνη) como personificación de la vergüenza y la reverencia; esta cifra parece ser equivalente a Aidos.