Abrazo de Acatempan
El abrazo de Acatempan se refiere a un evento en la historia de México en el que Agustín de Iturbide, comandante en jefe de las fuerzas armadas del sur de la Nueva España, y Vicente Guerrero, líder de las fuerzas que luchan por la Independencia de México, participó. Este hecho tuvo lugar el 10 de febrero de 1821. Cuenta la tradición que este hecho marcó la reconciliación entre las fuerzas virreinales y el ejército insurgente.
Fondo
En 1816, el capitán general de Cuba, Juan José Ruiz de Apodaca, fue nombrado virrey de la Nueva España. Inmediatamente amplió una política que ya habían aplicado sus antecesores, los virreyes Venegas y Calleja, la concesión de indultos a los jefes insurgentes que depusieran las armas. Algunos de los más importantes, como Nicolás Bravo, Manuel de Mier y Terán e Ignacio López Rayón aceptaron esta medida. Otros se negaron a aceptarlo, como Pedro Moreno, Pedro Ascencio, Guerrero y Guadalupe Victoria. Gracias a esta política, la insurgencia en la Nueva España se redujo notablemente. Tanto el virrey como otras autoridades consideraron que, en tres años, 9.998 rebeldes fueron asesinados, 6.000 hechos prisioneros y 35.000 indultados. Aunque las cifras son, cuanto menos, discutibles, lo cierto es que la historiografía ha considerado el gobierno de Ruiz de Apocada,
El 1 de enero de 1820, en Las Cabezas de San Juan (Andalucía, España), el coronel Rafael del Riego se levantó en armas, proclamando que el rey Fernando VII debía jurar la Constitución de Cádiz, que las Cortes Generales proclamaron en 1812. El 26 de mayo, el intendente de la provincia de Veracruz, José Dávila proclamó la Constitución de Cádiz. Apodaca hizo lo mismo en la capital el 31 de mayo.
El restablecimiento constitucional tomó por sorpresa a los novohispanos. Algunas personas temían que se suprimieran los privilegios del clero y del ejército.
Cuando Guerrero se enteró de la situación, trató de convencer al coronel José Gabriel de Armijo, un comandante realista en el sur, para que se uniera a su movimiento. Armijo permaneció leal al gobierno español. Guerrero volvió a intentar persuadirlo a través de una carta fechada el 17 de agosto, que fue enviada a Armijo con el coronel Carlos Moya.
El 9 de noviembre renunció Armijo, comandante de las operaciones en el sur del país. Alegó motivos de salud, aunque también tuvo diferencias con el virrey Apodaca, quien lo trasladó inmediatamente a Sevilla.
Apodaca nombró entonces a Agustín de Iturbide como nuevo comandante del ejército de operaciones en el sur, por recomendación del oidor Bataller. El 16 de noviembre de 1820, Iturbide salió de la Ciudad de México y estableció su cuartel general en Teloloapan, en el actual estado de Guerrero.
El abrazo
Iturbide intentó, como lo había hecho antes Armijo, convencer a Guerrero de que aceptara el indulto, pero fue rechazado. Tras estos intentos, el 10 de enero le escribió una nueva nota a Guerrero pidiéndole que se retirara de la lucha, que el gobierno respetara su posición militar y le otorgara el indulto. Guerrero se negó rotundamente. Días después, el 25 de enero, Iturbide solicitó una entrevista con Guerrero. Le presentó su programa político, que luego se plasmaría en el Plan de Iguala.
El primero en señalar el encuentro fue el desertor Tomás Cajigal, quien (para congraciarse con el gobierno virreinal), acusó a Iturbide de haberse puesto a las órdenes de Guerrero. Según su versión, el encuentro se produjo el 14 de marzo.
El historiador Carlos María de Bustamante afirma que Guerrero se reunió con Iturbide, pero no indica la fecha. Cita una carta de Iturbide al virrey, fechada el 18 de febrero de 1821, en la que el primero dice que:
No habiendo podido inspirar en ese caudillo la confianza necesaria para responder conmigo, logramos que viniera el individuo que merece toda su confianza, a saber, don José Figueroa.
Esta carta probaría que no hubo reunión entre los dos líderes antes del 18 de febrero.
Años más tarde, Lorenzo de Zavala publicó en su Ensayo histórico de las revoluciones de México, que el encuentro sí se llevó a cabo. Imaginó un diálogo entre caudillos, que es el que ha conservado la tradición:
No puedo explicar la satisfacción que siento cuando me encuentro con un patriota que ha defendido la noble causa de la independencia y ha sobrevivido solo a tantos desastres, manteniendo vivo el fuego sagrado de la libertad. Recibe este justo homenaje a tu valentía ya tus virtudes.— Agustín de Iturbide, refiriéndose a Vicente Guerrero, durante el Abrazo de Acatempan.
Yo señor, le digo a usted, felicito a mi patria por recuperar en este día a un hijo cuyo valor y conocimiento han sido tan funestos.— Vicente Guerrero, refiriéndose a Agustín de Iturbide, durante el Abrazo de Acatempan.
Lucas Alamán rechazó la versión de Zavala, pues recuperó el informe de Iturbide y, con otras fuentes, sostuvo que el insurgente que se reunió en Teloloapan con Iturbide fue José Figueroa, quien fue facultado por Guerrero para arreglar todas las condiciones.
Por supuesto, en Acatempan, Guerrero, la tradición del abrazo es muy importante y refleja un sentido de identidad local.
Consecuencias
El 24 de febrero, Iturbide proclamó el Plan de Iguala. Se apoyó en las tropas de Guerrero, Asencio y otros caudillos. Consiguió que varios ex insurgentes que habían sido indultados volvieran a tomar las armas para apoyarlo.
Finalmente, el 27 de septiembre, el Ejército de las Tres Garantías, con Iturbide a la cabeza, hizo su entrada triunfal en la Ciudad de México.
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