Vena ilíaca común
En anatomía humana, las venas ilíacas comunes están formadas por las venas ilíacas externas y las venas ilíacas internas. Las venas ilíacas comunes izquierda y derecha se unen en el abdomen al nivel de la quinta vértebra lumbar, formando la vena cava inferior. Drenan sangre de la pelvis y las extremidades inferiores.
Ambas venas ilíacas comunes están acompañadas en su recorrido por arterias ilíacas comunes.
Estructura
La vena ilíaca externa y la vena ilíaca interna se unen delante de la articulación sacroilíaca para formar las venas ilíacas comunes. Ambas venas ilíacas comunes ascienden para formar la vena cava inferior detrás de la arteria ilíaca común derecha al nivel de la quinta vértebra lumbar.
La vena cava está a la derecha de la línea media y, por lo tanto, la vena ilíaca común izquierda es más larga que la derecha. La vena ilíaca común izquierda ocasionalmente viaja hacia la izquierda de la aorta hasta el nivel del riñón, donde recibe la vena renal izquierda y cruza por delante de la aorta para unirse a la vena cava inferior. La vena ilíaca común derecha es prácticamente vertical y se encuentra detrás y luego lateral a su arteria. Cada vena ilíaca común recibe las venas iliolumbares, mientras que la izquierda también recibe la vena sacra mediana que se encuentra a la derecha de la arteria correspondiente.
Importancia clínica
Las estructuras arteriales superpuestas pueden causar compresión de la parte superior de la vena ilíaca común izquierda.
La compresión de la vena ilíaca común izquierda contra el quinto cuerpo vertebral lumbar por la arteria ilíaca común derecha cuando la arteria cruza por delante de ella ocurre tradicionalmente en el síndrome de May-Thurner.
La pulsación continua de la arteria ilíaca común puede desencadenar una respuesta inflamatoria dentro de la vena ilíaca común. El depósito intraluminal de elastina y colágeno resultante puede causar fibrosis de la íntima y la formación de espolones y redes venosas. Esto puede provocar un estrechamiento de la vena y provocar una hinchazón unilateral persistente de las piernas, lo que contribuye al tromboembolismo venoso.