Vasconización tardía
El euskaldun tardío o vasconización tardía es una serie de hipótesis minoritarias que datan la llegada de los primeros vascoparlantes al noreste ibérico desde Aquitania en el siglo V o VI d.C.
Historia
El euskera es una lengua aislada que ha sobrevivido a la llegada de las lenguas indoeuropeas a Europa occidental. El vasco (y sus antepasados o lenguas estrechamente relacionadas, como el aquitano) ocuparon históricamente un territorio mucho más grande, incluidas partes de los actuales Béarn, Aragón, Rioja, Castilla al sur de los Pirineos y gran parte de la actual Gascuña al norte.
Hipótesis
Esta hipótesis fija la expansión geográfica histórica del euskera o protovasco más adelante en la historia. A finales de la República romana y durante los primeros cien años del Imperio, la migración de vascoparlantes desde Aquitania se superpone a una población autóctona cuyo sustrato más antiguo sería el indoeuropeo. Se alega que la migración aumentó, con picos en los siglos VI y VII.
En su libro de 2008 Historia de las Lenguas de Europa (Historia de las lenguas de Europa), el filólogo y helenista español Francisco Rodríguez Adrados ha actualizado el debate argumentando que el euskera es más antiguo en Aquitania que en el País Vasco español, y ahora habita su territorio actual debido a la presión de las invasiones celtas.
Evidencia reclamada
Según esta perspectiva, sobre una ocupación indoeuropea autóctona más antigua, aparecen indicios de importantes asentamientos celtas en el actual territorio del País Vasco (aunque aparentemente no en los valles pirenaicos de Navarra). Ambas culturas coexistieron, siendo socialmente predominantes los elementos celtas, hasta la llegada de los romanos. Esto se observa en toda Álava y Vizcaya, concluyéndose así que los Caristii y Varduli no eran tribus o pueblos vascos, sino que eran indoeuropeos como sus vecinos Autrigones, Cantabri y Beroni.
El vasquismo tardío está respaldado por la siguiente evidencia:
- Abundancia de onomastía indoeuropea antigua antes de la romanización (como apunta María Lourdes Albertos Firmat).
- Ausencia de vestigios en euskera previos a la romanización, en marcado contraste con Aquitania.
- Profunda romanización de la depresión vasca (tanto el ager como el saltus, como indican Caro Baroja y Juan José Cepeda).
- Expansión del euskera en la Alta Edad Media.
- Homogeneidad de los dialectos vascos en la Alta Edad Media (señalado por Luis Michelena).
- Vestigios arqueológicos (Aldaieta, Alegría, etc.)
- El límite genético entre los vascos y sus vecinos del sur es bastante abrupto, mientras que tiene un carácter más difuso entre los vascos y sus vecinos del norte, lo que podría indicar un desplazamiento de Aquitania hacia el sur. (Cavalli-Sforza).
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