Tzitzímitl

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Deidades de fecundidad femenina

En la mitología azteca, un Tzitzimitl [t͡siˈt͡simit͡ɬ] (plural Tzitzimimeh [t͡sit͡siˈmimeʔ]) es una deidad monstruosa asociada con las estrellas. Fueron representados como figuras femeninas esqueléticas que vestían faldas, a menudo con diseños de calaveras y tibias cruzadas. En las descripciones posteriores a la conquista, a menudo se los describe como "demonios" o 'diablos', pero esto no refleja necesariamente su función en el sistema de creencias prehispánico de los aztecas.

Depiction of a Tzitzimitl from the Codex Magliabechiano.
Depiction of Itzpapalotl, Queen of the Tzitzimimeh, from the Codex Borgia.

Las Tzitzimimeh eran deidades femeninas, y como tales relacionadas con la fertilidad, estaban asociadas con el Cihuateteo y otras deidades femeninas como Tlaltecuhtli, Coatlicue, Citlalicue y Cihuacoatl y eran adoradas por parteras y parturientas. El líder de los tzitzimimeh era la diosa Itzpapalotl, quien era la gobernante de Tamoanchan, el paraíso donde residían los Tzitzimimeh.

Los Tzitzimimeh también estaban asociados con las estrellas y especialmente con las estrellas que se pueden ver alrededor del Sol durante un eclipse solar. Esto fue interpretado como el Tzitzimimeh atacando al Sol, provocando así la creencia de que durante un eclipse solar, el tzitzimime descendería a la tierra y poseería a los hombres. Se decía que si el Tzitzimimeh no podía encender un arco de fuego en la cavidad torácica vacía de un ser humano sacrificado al final de una ronda de 52 años del calendario, el quinto sol terminaría y descendería para devorar al último de los hombres. Los Tzitzimimeh también fueron temidos durante otros períodos siniestros del mundo azteca, como durante los cinco días desafortunados llamados Nemontemi que marcaron un período inestable de la cuenta del año, y durante la ceremonia del Fuego Nuevo que marca el comienzo de una nueva ronda del calendario; ambos fueron períodos asociados con el miedo al cambio.

Las Tzitzimimeh tenían un doble papel en la religión azteca: eran protectoras de lo femenino y progenitoras de la humanidad. También eran poderosos y peligrosos, especialmente en períodos de inestabilidad cósmica.

En la cultura popular