Traumatismo esplénico cerrado

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El traumatismo esplénico cerrado se produce cuando un impacto significativo en el bazo, proveniente de alguna fuente externa (por ejemplo, un accidente automovilístico), daña o rompe el bazo. El tratamiento varía según la gravedad, pero a menudo consiste en una embolia o una esplenectomía.

Signos y síntomas

El síntoma principal, la hemorragia, se presenta de forma diferente según el grado de lesión, siendo clínicamente evidentes los síntomas de hemorragia mayor, shock, dolor abdominal y distensión. La hemorragia menor suele presentarse como dolor en el cuadrante superior izquierdo. A los pacientes con dolor inexplicable en el cuadrante superior izquierdo, en particular si hay evidencia de hipovolemia o shock, generalmente se les pregunta sobre cualquier traumatismo reciente.

La principal preocupación en cualquier traumatismo esplénico es la hemorragia interna, aunque la cantidad exacta de hemorragia puede ser pequeña o grande, dependiendo de la naturaleza y el grado de la lesión. Las lesiones pequeñas o menores a menudo se curan espontáneamente, especialmente en niños. Las lesiones más grandes sangran mucho, lo que a menudo causa un shock hemorrágico. Un hematoma esplénico a veces se rompe, generalmente en los primeros días, aunque la ruptura puede ocurrir desde horas hasta incluso meses después de la lesión.

Causa

El traumatismo esplénico cerrado se produce con mayor frecuencia en víctimas de accidentes automovilísticos, en los que es una de las principales causas de hemorragia interna. Sin embargo, cualquier tipo de impacto importante dirigido al bazo puede causar un traumatismo esplénico. Esto puede suceder en accidentes de bicicleta, cuando el manillar se introduce en el margen subcostal izquierdo y en el bazo. El grado de lesión varía desde un hematoma subcapsular hasta una rotura esplénica.

Diagnosis

El diagnóstico se confirma con TC o ecografía en la cama del paciente en el caso de pacientes menos estables. La laparotomía exploratoria se utiliza raramente, aunque puede ser beneficiosa en pacientes con hemorragia particularmente grave para evaluar la presencia de hematomas retroperitoneales. Una laparotomía exploratoria es una oportunidad para evaluar los cuatro cuadrantes del abdomen y observar el intestino en busca de perforaciones, lesiones vasculares o anomalías. Se creó un conjunto de criterios de clasificación de la TC para identificar la necesidad de intervención (cirugía o embolización) en pacientes con lesión esplénica. Los criterios se establecieron utilizando 20 tomografías computarizadas de una base de datos de pacientes hemodinámicamente estables con lesión esplénica cerrada. Estos criterios se validaron luego en 56 pacientes consecutivos de forma retrospectiva y parecen predecir de manera confiable la necesidad de un tratamiento invasivo en pacientes con lesión cerrada del bazo (sensibilidad del 100 %, especificidad del 88 %, precisión general del 93 %).

El estudio sugirió que los siguientes tres hallazgos de la TC se correlacionan con la necesidad de intervención:

  1. Devascularización o laceración que implica el 50% o más del parenquima esplénico
  2. Blush de contraste superior a un centímetro de diámetro (desde la extravasación activa del contraste IV o la formación de pseudoaneurisma)
  3. Un hemoperitoneum grande.

Se han desarrollado herramientas interactivas que facilitan la clasificación de la lesión esplénica en función de los hallazgos de las imágenes. [3]

Tratamiento

El tratamiento tradicional ha sido la esplenectomía. La esplenectomía implica la ligadura de tres uniones esplénicas (ligamento esplenorrenal, ligamento esplenocólico y ligamento esplenofrénico) para movilizar el bazo. El ligamento esplenorrenal se ubica lateralmente, el ligamento esplenocólico inferiormente y el ligamento esplenofrénico superiormente. A continuación, se realiza una ligadura con sutura del suministro de sangre al bazo. Una vez extirpado el bazo, se irriga el abdomen con solución salina normal para confirmar la hemostasia. Después de la confirmación, los órganos abdominales se colocan en posición anatómica y se cierra el abdomen. Sin embargo, se evita la esplenectomía si es posible, en particular en niños, para evitar la susceptibilidad permanente resultante a las infecciones bacterianas. La mayoría de las laceraciones pequeñas y algunas de tamaño moderado en pacientes estables (en particular niños) se tratan con observación hospitalaria y, a veces, transfusión en lugar de cirugía. La embolización, que consiste en bloquear los vasos hemorrágicos, es un tratamiento más nuevo y menos invasivo. Cuando se necesita cirugía, el bazo se puede reparar quirúrgicamente en algunos casos, pero la esplenectomía sigue siendo el tratamiento quirúrgico principal y tiene la tasa de éxito más alta de todos los tratamientos.

Referencias

  1. ^ a b c d e f g Cervezas, Marcos; Porter, Robert; Jones, Thomas (2006). "11". El Manual de Diagnóstico y Terapia Merck (18th ed.). New Jersey: Merck Research Laboratories. ISBN 0-911910-18-2.
  2. ^ [1], Suah A, Williams B. Laparotomía exploratoria y esplenectomía para el bazo roto siguiendo el trauma de la fuerza bruta. J Med Ins. 2020;2020(299.9) doi:https://jomi.com/article/299.9
  3. ^ a b c Thompson BE, Thompson BT, Munera F, et al. (2006). "Novel computed tomography scan scoring system predicts the need for intervention after splenic injury". The Journal of Trauma. 60 5): 1083 –6. doi:10.1097/01.ta.0000218251.67141.ef. PMID 16688074. S2CID 35829758.
  4. ^ [2], Suah A, Williams B. Laparotomía exploratoria y esplenectomía para el bazo roto siguiendo el trauma de la fuerza bruta. J Med Ins. 2020;2020(299.9) doi:https://jomi.com/article/299.9
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