Tratado de Lodi
El Tratado de Lodi, o Paz de Lodi, fue un acuerdo de paz para poner fin a las guerras en Lombardía entre la República de Venecia y el Ducado de Milán. firmado en la ciudad de Lodi el 9 de abril de 1454.
La relevancia histórica del tratado radica en haber garantizado a la península italiana 40 años de paz estable, favoreciendo en consecuencia el florecimiento artístico y literario del Renacimiento.
La situación política
Después de la muerte del duque de Milán Filippo Maria Visconti en 1447, se proclamó en Milán la República Dorada Ambrosiana. Los gobernantes decidieron confiar la defensa del recién nacido estado a Francisco I Sforza. Este último, después de tres años, se proclamó duque de Milán. De hecho, desde hacía algún tiempo Venecia no abandonaba sus ambiciones de expandirse hacia Lombardía y forjó así una alianza con Alfonso V de Aragón, rey de Nápoles, y el emperador Federico III de Habsburgo, contra Francesco Sforza y sus aliados. Pero después de sólo tres años llegaron noticias de la caída de Constantinopla. Este acontecimiento puso en peligro la estructura de las posesiones venecianas en el mar Egeo, por lo que la Serenísima decidió poner una tregua temporal a las guerras en la península, estipulando la paz de Lodi junto con otras potencias italianas.
El tratado
Venecia y Milán concluyeron la paz final el 9 de abril de 1454 en la residencia de Francesco Sforza en Lodi. Los firmantes venecianos fueron Simone da Camerino y Paolo Barbo. El tratado fue ratificado por los estados italianos más poderosos, en primer lugar por la República Florentina, que desde hacía mucho tiempo se había aliado a Milán gracias a las relaciones de larga data entre Cosme de' Medici y Francesco Sforza.
Después del tratado, el norte de Italia quedó prácticamente dividido entre los dos estados, a pesar de que persistieron algunos otros poderes: la Casa de Saboya, la República de Génova, la Casa de Gonzaga y la Casa de Este. También estableció la sucesión de Francesco Sforza en el ducado de Milán, el movimiento de la frontera entre los estados mencionados sobre el río Adda, la colocación de señales fronterizas a lo largo de toda la demarcación y el inicio de una alianza que culminó con la adhesión, al diferentes momentos, a la Liga Itálica. Las tierras de Asola, Lonato y Peschiera quedaron bajo dominio de la República de Venecia, decepcionando las expectativas de los Gonzaga, que siempre habían apuntado a estos lugares.
La relevancia histórica del tratado
La importancia del Tratado de Lodi consiste en haber dado a la península una nueva estructura político-institucional que - limitando las ambiciones particulares de los distintos estados - aseguró un equilibrio territorial sustancial durante 40 años y el desarrollo del Renacimiento.
Lorenzo el Magnífico - en la segunda parte del siglo XV - se convirtió en el garante de este equilibrio político, implementando su famosa "política de equilibrio".
Contenido relacionado
Edad de oro
Anno Domini
Edicto de Milán