Técnica lamaze
La técnica Lamaze, también conocida como método psicoprofiláctico o simplemente Lamaze, comenzó como una técnica de parto preparado. Como alternativa a la intervención médica durante el parto, fue popularizada en la década de 1950 por el obstetra francés Dr. Fernand Lamaze y basada en sus observaciones en la Unión Soviética. El objetivo de Lamaze es desarrollar la confianza de la madre en su capacidad para dar a luz, a través de clases que ayudan a las mujeres embarazadas a comprender cómo afrontar el dolor de manera que faciliten el parto y promuevan la comodidad, incluidas técnicas de relajación, movimiento y masaje.
Existe un programa de capacitación y certificación disponible para los profesionales, que conduce a la designación de Educador certificado en parto de Lamaze (LCCE).
Historia
Dra. Lamaze fue influenciado por las prácticas de parto en la Unión Soviética, que implicaban técnicas de respiración y relajación bajo la supervisión de una "monitrice" o partera. El método Lamaze ganó popularidad en los Estados Unidos después de que Marjorie Karmel escribiera sobre sus experiencias en su libro de 1959 Gracias, Dr. Lamaze, así como en el libro de Elisabeth Bing Seis lecciones prácticas. Por un parto más fácil (1960). Tanto Karmel como Bing fundarían más tarde la Sociedad Estadounidense de Psicoprofilaxis en Obstetricia en 1960, que luego pasó a llamarse Lamaze International.
Crítica
El propio Lamaze ha sido criticado por ser demasiado disciplinario y antifeminista. La descripción que hace la activista del parto natural Sheila Kitzinger de los métodos que utilizó mientras trabajaba en una clínica de París durante la década de 1950 expresa preocupación por “la naturaleza disciplinaria” de la práctica. del enfoque de Lamaze sobre el parto. Según Kitzinger, Lamaze calificó sistemáticamente el desempeño de las mujeres en el parto entre "excelente" al "fracaso total" a causa de sus "inquietudes y gritos". Aquellos que "fracasaron" eran, pensaba, "ellos mismos responsables porque albergaban dudas o no habían practicado lo suficiente", y los "intelectuales" mujeres que "hicieron demasiadas preguntas" fueron considerados por Lamaze como los más "seguros de fracasar".
La técnica Lamaze también ha sido criticada por ser ineficaz.
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