Núcleo externo de la Tierra
El núcleo externo de la Tierra es una capa fluida de unos 2260 km de espesor, compuesta principalmente de hierro y níquel que se encuentra sobre el núcleo... (leer más)
Los suelos francos son suelos que presentan una composición equilibrada entre arena, limo y arcilla. En términos de proporción de cada uno de estos elementos, un suelo franco típico presenta una distribución aproximada de 40% de arena, 40% de limo y 20% de arcilla. La arena, con partículas mayores a 63 micrómetros, el limo, con partículas superiores a 2 micrómetros, y la arcilla, con partículas menores a 2 micrómetros; por lo que la densidad de los componentes del suelo permite retener la humedad sin estancar el flujo del agua.
Sin embargo, las proporciones exactas de un suelo franco pueden variar, dando lugar a diferentes subtipos de suelo franco, como el franco arenoso, el franco limoso, el franco arcilloso, el franco arcillo arenoso y el franco arcillo limoso. Cada variante de suelo franco posee características ligeramente diferentes, especialmente en lo que respecta a la eficiencia del drenaje de líquidos.
Según el triángulo de clasificación textural, un suelo franco es aquel que no predomina en arena, limo o arcilla. Esta característica de equilibrio de componentes, lo hace más rico en nutrientes, humedad y humus que los suelos predominantemente arenosos; le proporciona un mejor drenaje y facilidad de infiltración de agua y aire que los suelos predominantemente limosos o arcillosos; y lo hace más fácil de cultivar que los suelos predominantemente arcillosos. Es interesante notar que, en muchos diccionarios, y para una gran cantidad de jardineros, un suelo franco se define por la presencia de humus (contenido orgánico) y no por el tamaño o textura de las partículas.
Dado que la textura del suelo es un factor crucial para retener nutrientes, agua, materia orgánica y microbioma, el suelo franco es adecuado para cultivar la mayoría de variedades vegetales. Y se le considera un estado ideal del suelo.
Además de su importancia en la agricultura, el suelo franco ha tenido un papel destacado en la construcción desde la antigüedad, ya que los ladrillos fabricados a partir de una mezcla de suelos francos, barro, arena y agua, a menudo reforzados con un material aglutinante como cáscara de arroz o paja, son versátiles y duraderos.
Los suelos francos se pueden clasificar en subtipos más específicos. Algunos ejemplos son franco arenoso, franco limoso, franco arcilloso, franco arcilloso arenoso y franco arcilloso limoso. Las diferentes fases del suelo tienen ligeras variación en determinadas características como la pedregosidad y la erosión, que son demasiado pequeñas para afectar el crecimiento de especies vegetales nativas, aunque significativas para escoger un suelo destinado al cultivo.
Los suelos francos tienen como principal característica su equilibrio en la composición de arena, limo y arcilla. Esta mezcla equilibrada les confiere una serie de propiedades favorables para el crecimiento de plantas, tanto en entornos silvestres, como para cultivos agrícolas
HSD
El suelo franco (la definición de alto contenido de humus, no la definición de textura del suelo) puede usarse para la construcción de casas, por ejemplo, en la construcción de postes y vigas de Suelo franco. Los equipos de construcción pueden construir una capa de Suelo franco en el interior de las paredes, lo que puede ayudar a controlar la humedad del aire.
El suelo franco, combinada con paja, se puede utilizar como material de construcción en bruto para construir muros. Esta es una de las tecnologías más antiguas para la construcción de viviendas en el mundo. Dentro de este existen dos métodos amplios: el uso de tapial, o de ladrillos crudos (adobe).
El suelo franco es altamente valorado en la agricultura debido a su versatilidad y capacidad para sostener una amplia gama de cultivos. Su equilibrio entre aireación, drenaje y retención de nutrientes lo hace ideal para prácticas agrícolas sostenibles.
Un suelo franco (en inglés loam) se considera ideal para usos agrícolas y de jardinería porque retiene bien los nutrientes y retiene el agua mientras permite que el exceso de agua se drene. Un suelo dominado por uno o dos de los tres grupos granulométricos puede comportarse como franco si tiene una estructura granular fuerte, promovida por un alto contenido de materia orgánica.
Sin embargo, un suelo que cumple con la definición textural (geológica) de Suelo franco puede perder sus cualidades deseables características cuando se compacta, se agota la materia orgánica o tiene arcilla dispersa en toda su fracción de tierra fina. Por ejemplo, el guisante se puede cultivar en suelos franco arenosos y franco arcillosos, pero no en suelos arenosos más compactados.
Los suelos francos son reconocibles por una serie de características distintivas que facilitan su identificación en el campo. Estas incluyen aspectos visuales, táctiles y de comportamiento frente al agua y las raíces de las plantas.
Al familiarizarse con estas características, se puede identificar con mayor facilidad un suelo franco en el campo, lo que es crucial para la planificación de actividades agrícolas y de jardinería.
El núcleo externo de la Tierra es una capa fluida de unos 2260 km de espesor, compuesta principalmente de hierro y níquel que se encuentra sobre el núcleo... (leer más)
El manto superior es una vasta capa de roca dentro de nuestro planeta. Se encuentra justo debajo de la corteza, empezando a unos 10 km por debajo de los... (leer más)
Lonsdaleite también llamado diamante hexagonal en referencia a la estructura cristalina, es un alótropo de carbono con una red hexagonal, a diferencia de a... (leer más)