Psicopompo
Psicopompos (de la palabra griega ψυχοπομπός, psychopompós, que literalmente significa 'guía de almas') son criaturas, espíritus, ángeles, demonios o deidades en muchas religiones cuya responsabilidad es escoltar a las almas recién fallecidas desde la Tierra hasta el más allá. Su función no es juzgar a los difuntos, sino simplemente guiarlos. Apareciendo con frecuencia en el arte funerario, los psicopompos han sido representados en diferentes épocas y en diferentes culturas como entidades antropomórficas, caballos, ciervos, perros, chotacabras, cuervos, buitres, búhos, gorriones y cucos. En el caso de las aves, estas suelen verse en grandes masas, esperando fuera de la casa del moribundo.
Resumen
Religión antigua
Ejemplos clásicos de un psicopompo son el antiguo dios egipcio Anubis, la deidad Yama en el hinduismo, el barquero griego Caronte, la diosa Hécate y el dios Hermes, el dios romano Mercurio, las valquirias nórdicas, el azteca Xólotl, el eslavo Morana y el vanth etrusco.
Religión moderna
Heibai Wuchang, literalmente "Impermanencia en blanco y negro", son dos deidades de la religión popular china encargadas de escoltar a los espíritus de los muertos al inframundo.
En la mitología japonesa, los shinigami han sido descritos como psicopompos.
La forma de Shiva como Tarakeshwara en el hinduismo desempeña un papel similar, aunque conduce al alma a moksha en lugar de al más allá. Además, en el Bhagavata Purana, los Visnudutas y Yamadutas también son mensajeros de sus respectivos maestros, Vishnu y Yama. Su papel se ilustra vívidamente en la historia de Ajamila. En muchas creencias, un espíritu que es llevado al inframundo es violentamente arrancado de su cuerpo.
En la tradición persa, Daena, la autoguía zoroastriana, aparece como una hermosa joven doncella para aquellos que merecen cruzar el puente Chinvat o como una horrible bruja vieja para aquellos que no lo hacen.
En el Islam, Azrael desempeña el papel del ángel de la muerte que lleva el alma a los cielos. Sin embargo, solo actúa con el permiso de Dios.
El monoteísmo judaísta rechaza el concepto politeísta de una deidad específica de la muerte porque solo Dios es considerado el amo de la muerte y de la vida. Sin embargo, un psicopompo judío es un arcángel Samael cuyo papel en la tradición talmúdica y post-talmúdica es tanto como ángel de la muerte como acusador.
En muchas culturas, el chamán también cumple el papel del psicopompo. Esto puede incluir no solo acompañar el alma de los muertos, sino también ayudar en el nacimiento, para presentar el alma del recién nacido al mundo. Esto también explica el título contemporáneo de "partera de los moribundos" o 'End of Life Doula', que es otra forma de trabajo psicopompo.
En la cultura filipina, los espíritus ancestrales (anito) funcionan como psicopompos. Cuando los moribundos llaman a personas muertas específicas (por ejemplo, padres, parejas), los espíritus de estos últimos son supuestamente visibles para los primeros. Los espíritus, que tradicionalmente esperan al pie del lecho de muerte, recuperan (tagalo: sundô) el alma poco después de la muerte y la escoltan al más allá.
En el cristianismo, se considera que San Pedro, el arcángel Miguel y Jesús son psicopompos que conducen a los muertos al cielo o, como en el caso de Pedro, les permiten atravesar las puertas.
En la religión Akan, Amokye es la mujer que pesca almas en el río y les da la bienvenida a Asamando, el reino Akan de los muertos. Una persona fallecida es enterrada con amoasie (taparrabos), joyas y cuentas que luego le pagan a Amokye por admitirlos en Asamando.
Psicología
En la psicología junguiana, el psicopompo es un mediador entre los reinos inconsciente y consciente. Se personifica simbólicamente en los sueños como un hombre o una mujer sabios, oa veces como un animal servicial.
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