Psicodermatología
La psicodermatología es el tratamiento de los trastornos de la piel utilizando técnicas psicológicas y psiquiátricas al abordar la interacción entre la mente y la piel. Aunque históricamente no ha habido un fuerte apoyo científico para su práctica, cada vez hay más pruebas de que los tratamientos conductuales pueden ser eficaces en el tratamiento de los trastornos crónicos de la piel.
La práctica de la psicodermatología se basa en la compleja interacción entre los sistemas neurológico, inmunológico, cutáneo y endocrino, conocida alternativamente como red NICE, NICS y otras siglas similares. La interacción entre el sistema nervioso, la piel y la inmunidad ha sido explicada por la liberación de mediadores de la red. En el curso de varias enfermedades inflamatorias de la piel y condiciones psiquiátricas, la red neuroendocrino-inmune-cutánea se desestabiliza.
Concepto
Los trastornos que los defensores clasifican como psicodermatológicos se dividen en tres categorías generales: trastornos psicofisiológicos, trastornos psiquiátricos primarios y trastornos psiquiátricos secundarios. Los defensores frecuentemente reclaman tratamiento para: psoriasis, eczema, urticaria, herpes genital y oral, acné, verrugas, alergias en la piel, dolor, sensación de ardor y pérdida de cabello. Las técnicas de tratamiento psicodermatológico incluyen psicoterapia, meditación, relajación, hipnosis, acupuntura, yoga, tai chi y ansiolíticos.
Los trastornos psicofisiológicos son condiciones que se precipitan o empeoran al experimentar emociones estresantes. Estas condiciones no siempre están relacionadas con el estrés y en muchos casos responden a la medicación, pero el estrés puede ser un factor contribuyente en algunos casos.
Controversia
En un artículo de 2013 publicado en Clinics in Dermatology, la revista oficial de la Academia Internacional de Dermatología Cosmética, se examinaron los hechos y las controversias de este tema con la siguiente conclusión:Aunque la experiencia clínica a menudo está de acuerdo con esta noción, la prueba aparentemente científica a veces puede ser un desafío en lugar de sencillo. Aunque se han publicado muchos datos, parece que no existe suficiente evidencia estadística para respaldarlos. La dificultad para validar sin lugar a dudas las interacciones estrés-piel ha generado cierto escepticismo entre los médicos.
Harriet Hall señala que es posible que la especialidad no sea necesaria en absoluto porque la medicina ya adopta un enfoque holístico para tratar a un paciente. Una revisión de 2007 de la literatura generada entre 1951 y 2004 encuentra que la mayoría de los dermatólogos y psicólogos recomiendan una síntesis de tratamiento en lugar de ver a otro especialista.
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