Polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa
Polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa (más comúnmente conocido anteriormente como polipéptido inhibidor gástrico o péptido inhibidor gástrico), abreviado como GIP , es una hormona inhibidora de la familia de hormonas secretinas. Si bien es un inhibidor débil de la secreción de ácido gástrico, su función principal, al ser una incretina, es estimular la secreción de insulina.
El GIP, junto con el péptido 1 similar al glucagón (GLP-1), pertenece a una clase de moléculas denominadas incretinas, que estimulan la liberación de insulina con la ingesta oral de alimentos.
Síntesis y transporte
El GIP se deriva de una proproteína de 153 aminoácidos codificada por el gen GIP y circula como un péptido de 42 aminoácidos biológicamente activo. Es sintetizado por las células K, que se encuentran en la mucosa del duodeno y el yeyuno del tracto gastrointestinal.
Como todas las hormonas endocrinas, se transporta por la sangre.
Los receptores polipeptídicos inhibidores gástricos son siete proteínas transmembrana (GPCR) que se encuentran en las células beta del páncreas.
Funciones
Tradicionalmente se le ha denominado péptido inhibidor gastrointestinal o péptido inhibidor gástrico y se descubrió que disminuye la secreción de ácido del estómago para proteger el intestino delgado del daño ácido, reducir la velocidad a la que los alimentos se transfieren a través del estómago e inhiben la motilidad gastrointestinal y la secreción de ácido. Sin embargo, esto es incorrecto, ya que se descubrió que estos efectos se logran sólo con un nivel fisiológico superior al normal, y que estos resultados ocurren naturalmente en el cuerpo a través de una hormona similar, la secretina.
Ahora se cree que la función de GIP es inducir la secreción de insulina, que es estimulada principalmente por la hiperosmolaridad de la glucosa en el duodeno. Tras este descubrimiento, algunos investigadores prefieren el nuevo nombre de péptido insulinotrópico dependiente de glucosa, conservando el acrónimo "GIP". La cantidad de insulina secretada es mayor cuando la glucosa se administra por vía oral que por vía intravenosa.
Además de su función como incretina, se sabe que GIP inhibe la apoptosis de las células beta pancreáticas y promueve su proliferación. También estimula la secreción de glucagón y la acumulación de grasa. Los receptores GIP se expresan en muchos órganos y tejidos, incluido el sistema nervioso central, lo que permite que GIP influya en la formación de la memoria del hipocampo y en la regulación del apetito y la saciedad.
GIP apareció recientemente como un actor importante en la remodelación ósea. Investigadores de las Universidades de Angers y Ulster demostraron que la ablación genética del receptor GIP en ratones provocaba profundas alteraciones de la microarquitectura ósea mediante la modificación de la red de adipocinas. Además, la deficiencia en los receptores GIP también se ha asociado en ratones con una disminución dramática de la calidad ósea y un aumento posterior del riesgo de fracturas. Sin embargo, los resultados obtenidos por estos grupos están lejos de ser concluyentes porque sus modelos animales dan respuestas discordantes y estos trabajos deben analizarse con mucha atención.
Patología
Se ha descubierto que los diabéticos tipo 2 no responden al GIP y tienen niveles más bajos de secreción de GIP después de una comida en comparación con los no diabéticos. En una investigación con ratones knockout, se descubrió que la ausencia de receptores GIP se correlaciona con la resistencia a la obesidad.