Plutarco de Atenas
Plutarco de Atenas (griego: Πλούταρχος ὁ Ἀθηναῖος; c. 350 - 430 d. C.) fue un filósofo y neoplatónico griego que enseñó en Atenas a principios del siglo V. Restableció allí la Academia Platónica y se convirtió en su líder. Escribió comentarios sobre Aristóteles y Platón, enfatizando las doctrinas que tenían en común.
Vida
Era hijo de Nestorio y padre de Hierius y Asclepigenia, que eran sus compañeros de escuela. Se desconoce el origen del neoplatonismo en Atenas, pero generalmente se considera a Plutarco como la persona que restableció la Academia de Platón en su forma neoplatónica. Plutarco y sus seguidores (la "Sucesión platónica") pretendían ser discípulos de Jámblico y, a través de él, de Porfirio y Plotino. Contados entre sus discípulos estaban Siriano, quien lo sucedió como director de la escuela, y Proclo.
Filosofía
El principio principal de Plutarco era que el estudio de Aristóteles debe preceder al de Platón y, al igual que los platónicos medios, creían en la continuidad entre los dos autores. Con este objeto escribió un comentario sobre Sobre el alma (De Anima) de Aristóteles, que fue la contribución más importante a la literatura aristotélica desde la época de Alejandro de Afrodisias; y un comentario sobre el Timeo de Platón. Su ejemplo fue seguido por Siriano y otros de la escuela. Este espíritu crítico alcanzó su mayor apogeo en Proclo, el exponente más capaz de este sincretismo de los últimos días.
Plutarco era versado en todas las tradiciones teúrgicas de la escuela y creía, junto con Jámblico, en la posibilidad de alcanzar la comunión con la Deidad por medio de los ritos teúrgicos. A diferencia de los alejandrinos y de los primeros escritores del Renacimiento, sostenía que el alma que está ligada al cuerpo por los lazos de la imaginación y la sensación no perece con los medios corporales de la sensación.
En psicología, mientras creía que la razón es la base y el fundamento de toda conciencia, interpuso entre la sensación y el pensamiento la facultad de la imaginación, que, a diferencia de ambos, es la actividad del alma bajo el estímulo de la sensación incesante. En otras palabras, proporciona la materia prima para el funcionamiento de la Razón. La razón está presente en los niños como una potencialidad inoperante, en los adultos actuando sobre los datos de la sensación y la imaginación y, en su actividad pura, es la inteligencia trascendental o pura de Dios.
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