Plan de Cuernavaca

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El Plan de Cuernavaca fue una declaración hecha en Cuernavaca, México el 25 de mayo de 1834 en oposición a las medidas de reforma de la administración liberal del vicepresidente Valentín Gómez Farías. Presuntamente la declaración fue orquestada por el presidente Antonio López de Santa Anna de acuerdo con el alto clero. Tras el triunfo del Plan de Cuernavaca, se derogaron todas las leyes promulgadas por los progresistas durante diez meses en el cargo, se reabrió la Universidad Pontificia y Nacional de México, se disolvió el Congreso y se destituyó a los funcionarios que implementaron las medidas de reforma. Comenzó la primera dictadura de Santa Anna. Un año después, la facción conservadora del Congreso aprobó las bases de la nueva constitución que dio origen al régimen centralista en México.

Fondo

En marzo de 1833, Antonio López de Santa Anna fue elegido por primera vez como presidente y Valentín Gómez Farías como vicepresidente de México. Alternaron el liderazgo del poder ejecutivo debido a las frecuentes ausencias de Santa Anna, a veces para que pudiera reprimir personalmente los levantamientos y otras veces para "restaurar su salud debilitada". Su patrón de alcanzar la presidencia y luego no servir se estableció para las décadas siguientes.

Mientras estuvo al frente del gobierno, el vicepresidente Gómez Farías implementó medidas de reforma que afectaron los intereses tanto del ejército como de la Iglesia católica en consonancia con las ideas liberales de igualdad ante la ley. Ambas instituciones tenían privilegios especiales (fueros). Se propuso una ley para expandir las milicias controladas por los estados, lo que aliviaría el presupuesto federal que financiaba el ejército. Esta ley, y una discusión sobre la enajenación de los bienes eclesiásticos por parte de los Estados, llevaron a las rebeliones de Escalada y Durán en apoyo de "Religión y fueros". Santa Anna pidió permiso al Congreso para tomar el mando del ejército y combatir a los rebeldes. En respuesta a estas rebeliones, en junio de 1833 el Congreso aprobó la Ley del Caso(Jurisprudencia) que ordenó el exilio de los opositores al régimen reformista.

En noviembre de 1833, el Congreso emitió un decreto que ordenaba la disolución de los cuerpos de ejército que se habían rebelado contra las instituciones federales.

En materia eclesiástica, las reformas de Gómez Farías derogaron el diezmo obligatorio, un impuesto del diez por ciento de la agricultura cuyos ingresos sostenían a la Iglesia Católica; los hospitales y haciendas de los misioneros de Filipinas quedaron a cargo de la Federación, y se cerraron el Colegio de Santa María de Todos Santos y la Universidad Pontificia y Nacional de México. En su lugar, se creó la Secretaría de Instrucción Pública del Distrito Federal y Territorios. El Congreso ordenó la creación de escuelas primarias, escuelas para la educación secular de maestros de escuela primaria y escuelas para mujeres y niñas, todas las cuales tenían como objetivo ampliar el acceso a la educación más allá de los hombres de élite. La propiedad de las misiones de California fue secularizada.

El 17 de diciembre de 1833, el Congreso emitió un decreto que autorizaba al gobierno en lugar de a la jerarquía católica a llenar las vacantes parroquiales. Este se ejerció en algunos Estados de la misma manera que los virreyes habían usado el poder del patronato real, una afirmación del poder estatal no reconocida por el papado después de la independencia de México en 1821. Los obispos y gobernadores de obispados que no cumplieran con este decreto serían ser multado en las dos primeras ocasiones, y desterrado del país después de una tercera infracción.

En Jalisco y Tamaulipas se declaró el financiamiento gubernamental a la religión. En Durango y el Estado de México los gobernadores ejercían su patronazgo sobre los cargos eclesiásticos. En Michoacán la legislatura local regulaba la observancia de los cánones y la disciplina del clero. En Yucatán se declaró la tolerancia religiosa.

El 13 de marzo de 1834 se produjo un terremoto, con réplicas el 15 y 21 de marzo, y el 24 de marzo una fuerte tormenta con granizo y agua saturada de azufre. Estos hechos fueron interpretados como "señales divinas" por algunos sacerdotes, quienes instaron a la población a oponerse a las nuevas leyes de reforma.

Resistencia del clero, apoyada por Santa Anna

En noviembre de 1833, Santa Anna pidió permiso al Congreso para ausentarse durante seis meses para abordar su "deterioro de salud" en su hacienda de Manga Clavo. Allí recibió y escuchó quejas de los opositores conservadores al régimen reformista del vicepresidente Valentín Gómez Farías, incluida una carta del obispo de Puebla, Francisco Pablo Vázquez, quien calificó la ley del 17 de diciembre como "una declaración sacrílega contra la autoridad divina del Papa".." Mientras tanto, el obispo de Monterrey, José María de Jesús Belaunzarán y Ureña, anunció que estaba dispuesto a pagar las multas y sufrir el destierro antes de que entre en vigencia la nueva ley.El obispo de Chiapas, Luis García Guillén, el gobernador del obispado de Guadalajara, Diego de Aranda y Carpinteiro, el gobernador del obispado de Oaxaca, Florencio del Castillo, y el obispo de Michoacán, Juan Cayetano Gómez de Portugal y Solís se negaron a obedecer la ley de diciembre 17. En cambio, el gobernador del obispado de Sonora, Orrantia Francisco, y el gobernador del obispado de Yucatán, José María Meneses, estuvieron dispuestos a obedecer las leyes de reforma. Más tarde el primero fue repudiado y depuesto, mientras que el segundo pidió exculparse ante el cabildo.

En una inversión de su postura anterior como liberal, Santa Anna tomó el lado que defendía los intereses de la Iglesia. El 12 de marzo de 1834 envió una extensa carta a Gómez Farías expresando su descontento con las directivas y acuerdos que había tomado el gobierno. El 20 de abril de 1834, el pueblo de Orizaba se opuso al decreto de la Legislatura local que ordenaba la clausura de los conventos de San José de Gracia y del Carmen. Una rebelión allí se cobró algunas vidas, pero no logró impedir el cumplimiento de la ley. Dos días después, el Congreso promulgó una prórroga de 30 días antes de que la ley del 17 de diciembre se aplicara de manera rígida, luego de lo cual los obispos, consejos o gobernadores de obispados que no cumplieran perderían sus cargos y serían expulsados ​​del país.

El 24 de abril de 1834, antes de que expirara su licencia de seis meses, Santa Anna regresó a la Ciudad de México. Cinco días después publicó un manifiesto en el que informaba al público de la amarga división entre liberales reformistas y conservadores y se declaraba imparcial y dispuesto a hacer cumplir la Constitución para preservar los derechos de los ciudadanos. En los primeros días de mayo emitió un decreto para que los veracruzanos volvieran al orden, restableciendo las autoridades locales. Ordenó el desarme de la milicia cívica ante las protestas de su comandante, Lucas Balderas, y sugirió al Congreso la derogación de la Ley del Caso.Consternados, los miembros de la Cámara enviaron una delegación para preguntarle al Presidente si tenían o no libertad para legislar. Santa Anna respondió: "tienen, pero para hacer lo que es justo y no más, porque yo hago la Constitución con una mano y en la otra sostengo la espada para que se observe. Tuve la resolución de atacar la tiranía, y lo haré". tener la resolución de combatir la demagogia". Ante esta respuesta, el 15 de mayo el Congreso decidió suspender sus actividades por carecer de libertad, "reservándose el derecho de continuar en el momento que lo creyera conveniente". El Congreso basó su decisión en el artículo 69 del Reglamento y prorrogó su sesión. Pese a que Santa Anna decidió convocar al Congreso para el 21 de mayo, muestra que no era reacio al poder legislativo.

Proclamación del plan de Cuernavaca

El 16 de mayo de 1834, en Xalapa y Coatepec, Santa Anna fue proclamada "protectora de la religión católica". El 23 de mayo, en Oaxaca, fue proclamado "sustentador de la religión y la libertad de la patria". Finalmente, el 25 de mayo en la localidad de Cuernavaca, Ignacio Echeverría y José Mariano Campos proclamaron el Plan de Cuernavaca, que contenía cinco artículos que exigían:

  1. Derogar la Ley del Caso y la no tolerancia a la influencia de las logias masónicas.
  2. Declarar nulas las leyes aprobadas por el Congreso y las legislaturas locales.
  3. Solicitar la protección del presidente Santa Anna para cumplir el plan y reconocerlo como única autoridad.
  4. Separar de sus cargos a los diputados y funcionarios que hayan llevado a cabo la ejecución de las leyes y decretos de reforma.
  5. Proporcionar fuerza militar para apoyar al presidente en la implementación del plan.

El plan y su declaración habían sido orquestados por José María Tornel, gobernador del Distrito Federal. El día que se anunció el plan, Tornel emitió un decreto sometiendo a la prensa a censura y tipificando como delito la publicación de carteles que ofendieran al régimen. Tornel se aseguró de que las noticias de apoyo al plan por parte de otras guarniciones tuvieran plena publicidad. El plan fue seguido una semana después por el "Plan de Toluca", emitido por la guarnición del Estado de México, que echó al gobernador ya la legislatura estatal federalista.

Entre el 25 de mayo y el 11 de junio se pronunciaron los siguientes pueblos en apoyo al Plan de Cuernavaca y de salvaguarda de la religión católica: Tlaxcala; Huitzuco; Chignahuapan; Mazatepec, Morelos; Iguala; Chiautempan, Tlaxcala; Zacapoaxtla; Huejotzingo; Tepecoacuilco de Trujano; Ixtlahuaca de Rayón; Santa María Nativitas; Tlacotepec; San Agustín del Palmar; Tenancingo, Estado de México; Toluca; Tecualoya; San Salvador el Verde; San Martín Texmelucan; Misantla, Veracruz; Tehuacán, Puebla; San Luis Huéxotla; Malinalco, Estado de México; San Andrés Tuxtla; Teotitlán del Valle, Oax.; Teziutlán; Joquicingo; Colima; San Juan Teotihuacán; San Pablo del Monte; Aquixtla; Otumba de Gómez Farías; Una sartén; Coronango; totolapan; San Martín Xaltocan; Todos Santos Zempoala, Tulancingo; Chalco; Santa María Ozumba; Santiago Tetla; San |Nicolás Panotla]]; Jiutepec; San Ildefonso Hueyotlipán; Cuautitlán; Azcapotzalco; Santa Inés Zacatelco; Maravatío; Iguala; Tepotzotlán; Santa Ana Monte Alto; tula; Tlalmanalco; Tlayacapan; San Andrés Chalchicomula; tepeaca; Santa María Tultepec; San Salvador Atenco; Tenango Tepopola; Contepec; Xochitepec; Singuilucan; Tianguismanalco; Ixtapaluca; amecameca; Cadereyta; Ixmiquilpan; San Juan del Río; Tecali; Coyoacán; Zimapán; Atlixco; Santo Domingo Mixcoac, Actopan, Mineral de Cardonal; Acatzingo; Atotonilco el Grande, San Ángel, DF, Tacubaya; San Pedro Tolimán, Tlaxcoapan, Santiago de Querétaro; Santiago Tulyehualco; Tacuba; San Agustín Tlaxco; Pachuca; Celaya; Irapuato, Guanajuato; Huascazaloya, y la parroquia de Santa Catarina Mártir en la Ciudad de México. tula; Tlalmanalco; Tlayacapan; San Andrés Chalchicomula; tepeaca; Santa María Tultepec; San Salvador Atenco; Tenango Tepopola; Contepec; Xochitepec; Singuilucan; Tianguismanalco; Ixtapaluca; amecameca; Cadereyta; Ixmiquilpan; San Juan del Río; Tecali; Coyoacán; Zimapán; Atlixco; Santo Domingo Mixcoac, Actopan, Mineral de Cardonal; Acatzingo; Atotonilco el Grande, San Ángel, DF, Tacubaya; San Pedro Tolimán, Tlaxcoapan, Santiago de Querétaro; Santiago Tulyehualco; Tacuba; San Agustín Tlaxco; Pachuca; Celaya; Irapuato, Guanajuato; Huascazaloya, y la parroquia de Santa Catarina Mártir en la Ciudad de México. tula; Tlalmanalco; Tlayacapan; San Andrés Chalchicomula; tepeaca; Santa María Tultepec; San Salvador Atenco; Tenango Tepopola; Contepec; Xochitepec; Singuilucan; Tianguismanalco; Ixtapaluca; amecameca; Cadereyta; Ixmiquilpan; San Juan del Río; Tecali; Coyoacán; Zimapán; Atlixco; Santo Domingo Mixcoac, Actopan, Mineral de Cardonal; Acatzingo; Atotonilco el Grande, San Ángel, DF, Tacubaya; San Pedro Tolimán, Tlaxcoapan, Santiago de Querétaro; Santiago Tulyehualco; Tacuba; San Agustín Tlaxco; Pachuca; Celaya; Irapuato, Guanajuato; Huascazaloya, y la parroquia de Santa Catarina Mártir en la Ciudad de México. Coyoacán; Zimapán; Atlixco; Santo Domingo Mixcoac, Actopan, Mineral de Cardonal; Acatzingo; Atotonilco el Grande, San Ángel, DF, Tacubaya; San Pedro Tolimán, Tlaxcoapan, Santiago de Querétaro; Santiago Tulyehualco; Tacuba; San Agustín Tlaxco; Pachuca; Celaya; Irapuato, Guanajuato; Huascazaloya, y la parroquia de Santa Catarina Mártir en la Ciudad de México. Coyoacán; Zimapán; Atlixco; Santo Domingo Mixcoac, Actopan, Mineral de Cardonal; Acatzingo; Atotonilco el Grande, San Ángel, DF, Tacubaya; San Pedro Tolimán, Tlaxcoapan, Santiago de Querétaro; Santiago Tulyehualco; Tacuba; San Agustín Tlaxco; Pachuca; Celaya; Irapuato, Guanajuato; Huascazaloya, y la parroquia de Santa Catarina Mártir en la Ciudad de México.

Los pronunciamientos no fueron uniformes. A veces dijeron específicamente que solo querían descartar las reformas religiosas, pero que querían conservar la forma federal de gobierno. La ola de proclamas de apoyo le dio a Santa Anna la justificación que necesitaba para cerrar el Congreso y derogar la legislación impopular. La falta de apoyo al Congreso indicó que la población en general, con su apoyo tradicional a la religión, consideraba que el Congreso ya no representaba sus puntos de vista y resentía su ejercicio del poder.

Cuando los miembros de la Cámara quisieron reunirse, encontraron que las llaves de la habitación habían sido recogidas y que las puertas estaban custodiadas por una fuerza armada. En respuesta a las demandas de los legisladores, Santa Anna respondió que las reuniones no podían continuar más allá del período señalado por la Constitución. El 1 de junio definió su posición en otro manifiesto público, en el que expresaba la voluntad de defender los deseos del pueblo de mantener ilesa la religión católica, diciendo que había "suplicado" a las Cámaras que derogaran las leyes para detener las convulsiones y temores religiosos.

Nueve días después de publicado el Plan de Cuernavaca, la Iglesia acordó pagar a Santa Anna de 30.000 a 40.000 pesos mensuales mientras se mantuvieran los privilegios eclesiásticos. El 12 de junio, Santa Anna disolvió el cabildo y anunció su decisión de adoptar el Plan de Cuernavaca. Las campanas de la iglesia repicaron y se colocaron carteles que decían "Viva la Religión y el ilustre Santa Anna". El 14 de junio, el nuevo consejo de la capital apoyó la decisión del presidente. El mismo día, el obispo Juan Cayetano Gómez de Portugal presidió una misa en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y cantó el Te Deum.

Reacciones y consecuencias

Varios municipios del país continuaron adhiriéndose al plan y apoyando la decisión de Santa Anna. El 24 de junio en la Ciudad de México, Santa Anna abolió la ley de Fideicomisos Eclesiásticos emitida el 17 de diciembre de 1833 y ratificada el 24 de abril de 1834.

Al mismo tiempo nombró secretario de Justicia y Asuntos Eclesiásticos a Juan Cayetano Gómez de Portugal y Solís en sustitución del liberal Andrés Quintana Roo. El 9 de julio emitió una convocatoria para la elección de nuevos miembros del Congreso. El 26 de julio aprobó el nombramiento del obispo de Yucatán, José María Guerra y Rodríguez Correa. Dos días después suspendió la orden de aprehensión dictada contra Lucas Alamán y el proceso que se seguía contra Anastasio Bustamante por el asesinato de Vicente Guerrero. El 30 de julio se deroga la Ley del Caso. El 1 de agosto ordenó la restauración de la Universidad Pontificia y Nacional de México. El 8 de agosto ordenó el reintegro de los magistrados de la Corte Suprema que habían sido destituidos en marzo.Un mes después, el 8 de septiembre de 1834, Valentín Gómez Farías se exilió en México rumbo a Nueva Orleans.

Los acontecimientos en la ciudad de Puebla siguieron un rumbo diferente. Antes de la proclamación del Plan de Cuernavaca, la milicia cívica había proclamado un plan local de apoyo a la religión católica y había instado a la legislatura local a declarar el mismo. Aunque algunos diputados se sumaron a los deseos de los milicianos, el presidente Pedro Pablo Carrillo no se encontraba en la sala, por lo que un piquete de milicianos lo obligó a asistir a las sesiones. El Congreso de Puebla se negó a deliberar hasta que se retirara la milicia. Los diputados decidieron no aceptar el plan anunciado por la milicia y decidieron mantener la reforma institucional "aún al precio de una guerra sangrienta". Mientras tanto, Santa Anna trató de derrocar al gobierno estatal. El gobernador, Cosme Furlong, tenía sólo tres mil hombres, quienes fueron sitiados por tropas federales del general Luis Quintanar con siete mil efectivos y treinta cañones. Los días 13 y 29 de junio los sitiadores realizaron asaltos que fueron repelidos,pero el 5 de julio consiguieron ocupar los Mesones del Cristo y el Roncal. El 16 de julio los sitiadores abrieron negociaciones con representantes del gobernador, Agustín M. Callejo, Juan José Sánchez y el cura Apolinario Zacarías. Luego de largas discusiones con el general Luis de Quintanar, partieron hacia la capital para conversar con el presidente. El 26 de julio hubo un acuerdo de paz, en el que Santa Anna se comprometió a preservar el sistema federal y designar a Guadalupe Victoria como comandante general. Aunque los militantes se sintieron traicionados, la ciudad se rindió el 1 de agosto. Cosme Furlong entregó el gobierno del estado al General Victoria.

Con los rumores del establecimiento de un sistema centralizado, los gobiernos de Zacatecas, Coahuila y Texas reforzaron sus milicias. Aguascalientes fue separada de Zacatecas en mayo de 1835. Los rumores se confirmaron cuando el Congreso declaró constitucional el sistema centralizado y lo implementó el 23 de octubre de 1835. Esta política condujo a la Independencia de Texas y, años después, a la separación de Yucatán.