Pirofobia

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El miedo al fuego
William Blake, Christian teme el fuego de la montaña

La pirofobia es un miedo al fuego, que puede considerarse irracional si va más allá de lo que se considera normal. Esta fobia es antigua y primordial, quizás desde el descubrimiento del fuego por parte de la humanidad. Por lo general, relacionado con la reacción comprensible del fuego por parte del hombre, el miedo al fuego por parte de los animales no puede considerarse pirofóbico, ya que se cree que los animales no entienden su propósito más allá del peligro general.

Signos y síntomas

Cuando presencian fuego o humo (incluso si el fuego no representa una amenaza, como una vela), sospechan que hay un incendio cerca o (en algunos casos) visualizan incendios, los pirófobos muestran síntomas psicológicos y fisiológicos típicos de miedo y pánico: estrés agudo, latidos cardíacos acelerados, dificultad para respirar, opresión en el pecho, sudoración, náuseas, temblores, sequedad de boca, necesidad de ir al baño, mareos y/o desmayos. Un pirófobo también puede intentar evitar o huir de los incendios y evitar situaciones en las que pueda haber fuego (como una barbacoa o una fogata). La gravedad de la pirofobia puede variar desde un inconveniente hasta una gran perturbación del funcionamiento diario de una persona.

Causas

La causa más común de pirofobia es que el fuego representa una amenaza potencial para la seguridad de la vida (que es idéntica en los animales). Sin embargo, las personas que son intensamente pirofóbicas ni siquiera pueden acercarse o tolerar incluso un pequeño fuego controlado, como una chimenea, una hoguera o una vela encendida. En muchos casos, una mala experiencia infantil con el fuego puede haber desencadenado la afección.

Tratamiento

La terapia de exposición es la forma más común de tratar la pirofobia. Este método consiste en mostrar a los pacientes los incendios en orden creciente, desde un cigarrillo encendido hasta la llama de una estufa o parrilla.

Otro método de tratamiento es la terapia de conversación, en la que un paciente le cuenta a un terapeuta la causa de este miedo. Esto puede calmar al paciente para que tenga menos miedo al fuego controlado.

Las personas pueden aliviar la pirofobia interactuando con otros pirofóbicos para compartir sus experiencias que les causaron miedo. Alternativamente, la pirofobia se puede tratar con hipnosis.

La medicación también se puede utilizar para tratar a personas pirofóbicas, aunque como tiene efectos secundarios, el método no es muy recomendable.