Pendekar

Pendekar (héroe; maestro del manejo de la espada o artes marciales), Pandikar o Pandeka es una palabra malaya para hacer referencia o dirigirse a un guerrero que Dominaba las artes marciales, particularmente el silat. No todos los maestros llevan el título; debe ser otorgado oficialmente por la realeza (similar a un título de caballero) o extraoficialmente por la gente común. Esto último es más común hoy en día, especialmente fuera del Sudeste Asiático. Hoy en día, el título lo adopta a menudo el fundador de un nuevo estilo. Se pueden establecer paralelos con el término gran maestro del ajedrez, ya que el título de Pandeka es el rango más alto posible para un practicante del arte marcial malayo silat.
Etimología
Algunos teorizan que es un compuesto de las palabras malayas pandai, que significa inteligente o hábil, y akar que significa raíz. Puede estar relacionado con los términos kawi upakara que significa maestro y kekarepan que significa ethos o ambición. Una variante de pendekar es la palabra pakar que puede significar cualquier tipo de experto.
Atributos de un pendekar
Un pendekar debe dominar todos los aspectos del silat. Estos incluyen las formas y técnicas, su aplicación en combate, los métodos internos y la medicina tradicional. Un pendekar debe ser más que un instructor o experto, debe ser un luchador, un médico tradicional y un participante de la cultura y sabiduría del silat. El énfasis dado a cada uno de estos varía de un estilo a otro. Algunos sistemas están más orientados al deporte mientras que otros se centran en el desarrollo espiritual. Los maestros tradicionales sólo consideran un estilo como "verdadero silat" si se puede usar en batalla.
La meditación y el entrenamiento interno sirven como contrapeso a las habilidades marciales de un guerrero. En el norte de Malasia y el sur de Tailandia, este equilibrio está simbolizado por el concepto de jantan betina (masculino-femenino), equivalente al yin y al yang chino. En el folclore indo-malayo, el conocimiento esotérico sólo se adquiere ayunando y luego meditando bajo un árbol. Los practicantes de Silat del pasado meditaban y ayunaban durante mucho tiempo, a menudo en cuevas, selvas e incluso cementerios para no temer a la muerte. Con esta mentalidad, un pendekar siempre está preparado para el combate, ya sea que esté desarmado o en inferioridad numérica. Esto se resume en el dicho malayo "Desde las puntas del cabello hasta la punta de los dedos de los pies" (Dari hujung rambut ke hujung kaki), lo que significa que todas son armas potenciales que deben usarse en el momento adecuado.
Supuestamente, un pendekar de la más alta habilidad no necesita ningún arma aparte de su mente para someter al oponente. Al concentrar su energía, se decía que los maestros podían atacar a un oponente sin tocarlo físicamente, golpear un punto vital desde lejos o detener el corazón de alguien sin que se diera cuenta de que había sido herido. El folclore de Silat está repleto de historias de luchadores que poseen habilidades tales como la capacidad de correr muy rápidamente, desaparecer en una nube de humo y reaparecer, cambiar de forma, correr sobre la superficie del agua, volverse invisible o saltar al techo de una casa.
Finalmente, un pendekar debe estar familiarizado con los métodos curativos tradicionales. El masaje se enseña comúnmente junto con el silat debido a su relación con el sentuhan o el arte de golpear puntos de presión. Sentuhan también podría aplicarse a otros aspectos de la curación, como detener el sangrado de una herida o estimular el flujo de energía. Algunos maestros pueden tener conocimientos de herboristería o de endurecimiento de huesos. Alguna vez se consideró necesario que cualquier persona que enseñara silat pudiera cuidar a los estudiantes heridos hasta que recuperaran la salud.
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