Pedro gonzalez de mendoza

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Cardenal y estadista español (1428-1495)

Pedro González de Mendoza (3 de mayo de 1428 - 11 de enero de 1495) fue un cardenal, estadista y abogado español. Sirvió en el consejo del rey Enrique IV de Castilla y en 1467 luchó por él en la Segunda Batalla de Olmedo. En 1468 fue nombrado obispo de Sigüenza y en 1473 cardenal y arzobispo de Sevilla y nombrado canciller de Castilla.

En la disputa sucesoria posterior, Mendoza apoyó el derecho de Isabel a suceder a su hermano, Enrique IV, y participó en la batalla de Toro, donde las fuerzas de Fernando e Isabel derrotaron a los partidarios de Juana la Beltraneja. La cancillería castellana de Mendoza fue reconfirmada por Isabel, y en 1482 se convirtió en cardenal-arzobispo de Toledo y primado de España. Presidió el consejo real durante 20 años y su influencia fue tal que se le llamó "el tercer rey" durante el reinado de Isabel y Fernando.

Retrato del cardenal Mendoza por Juan Rodríguez de Segoviac.1484).

Biografía

Pedro González de Mendoza nació el 3 de mayo de 1428 en Guadalajara, Castilla la Nueva. Fue el quinto hijo de Íñigo López de Mendoza y Catalina Suárez de Figueroa. La familia Mendoza era la familia noble más poderosa de España en ese momento.

González de Mendoza permaneció en Guadalajara hasta 1442 cuando fue enviado a Toledo para continuar su educación bajo los auspicios del arzobispo Gutierre Álvarez de Toledo. En Toledo estudió retórica, historia y latín. Siendo aún adolescente obtuvo varios beneficios eclesiásticos, entre ellos la parroquia de Santa María en el pueblo de Hita y el arcediano de Guadalajara. Cuando el arzobispo murió en 1446, se trasladó a la Universidad de Salamanca, donde estudió derecho civil y canónico y se doctoró en ambos en 1452.

En 1452 se incorporó a la corte de Juan II de Castilla como miembro de la Real Capilla. Como resultado de su familia influyente y su condición de capellán del rey, Mendoza pronto fue designado para su primer obispado: en 1453 fue elegido por Juan II para convertirse en obispo de Calahorra. Posteriormente, el Papa confirmó su elección y Mendoza fue consagrada en 1454 por Alfonso Carrillo de Acuña, arzobispo de Toledo.

Como obispo de Calahorra fue también señor, o gobernante civil y militar, de la villa y su término dependiente. En su carácter secular dirigió las levas de Calahorra en las guerras civiles del reinado de Enrique IV. Luchó por el rey en la segunda batalla de Olmedo el 20 de agosto de 1467 y resultó herido en un brazo.

Durante estos años se encariñó con Mencía de Lemos, dama portuguesa de la reina consorte. Tuvieron dos hijos, Rodrigo Díaz de Vivar Mendoza, quien una vez fue seleccionado para ser el esposo de Lucrezia Borgia, y Diego Hurtado de Mendoza, 1er Conde de Melito que se convirtió en el abuelo de la princesa de Éboli del reinado de Felipe II de España. (ver Antonio Pérez).

De Inés de Tovar, señora de una familia vallisoletana, tuvo un tercer hijo (Juan Hurtado de Mendoza y Tovar) que luego emigró a Francia.

En 1468 Pedro se convirtió en obispo de Sigüenza. En 1473 fue creado cardenal, promovido a la archidiócesis de Sevilla y nombrado canciller de Castilla. Durante los últimos años del reinado del rey Enrique IV. fue partidario de la princesa Isabel, después reina, mientras que su hermano mayor, Diego Hurtado de Mendoza, segundo marqués de Santillana, permaneció fiel al rey Enrique IV de Castilla, hasta su muerte en diciembre de 1474.

Pedro, el hermano cadete, luchó por ella en la batalla de Toro el 1 de marzo de 1476, cuando ya había muerto el rey Enrique IV. Él tuvo un papel destacado en colocarla en el trono; y la sirvió incansablemente en sus esfuerzos por reprimir a los nobles desordenados de Castilla. En 1482 se convirtió en arzobispo de Toledo.

Cuando su hermano mayor y cabeza de familia, Diego, juró lealtad a la princesa Isabel después de la muerte de Enrique en diciembre de 1474, fue debidamente recompensado por la reina Isabel I de Castilla, otorgándole a Diego el título de duque de el Infantado el 22 de julio de 1475. El título sería otorgado el Grande de España en 1519 por el rey Carlos I de España.

Durante la conquista de Granada Pedro contribuyó en gran medida al mantenimiento del ejército. El 2 de enero de 1492 ocupó la villa en nombre de los Reyes Católicos. Aunque su vida fue mundana, y aunque fue más militar y estadista que sacerdote, el 'Gran Cardenal', como se le llamaba comúnmente, no descuidó su deber como obispo. Usó su influencia con la reina y también en Roma para arreglar las disputas entre los soberanos españoles y el papado. También fue un defensor de Cristóbal Colón.

Aunque mantuvo una casa espléndida como arzobispo de Toledo y proveyó generosamente a sus hijos, dedicó parte de sus ingresos a la caridad, y una parte la dotó al colegio de Santa Cruz en la Universidad de Valladolid. Su salud se quebró a finales de 1493.

La reina Isabel lo visitó y cuidó en su lecho de muerte en Guadalajara. Se dice que le recomendó elegir como sucesor al franciscano Jiménez de Cisneros, hombre que no se parecía a él sino en facultad política y devoción a la autoridad de la Corona.