Papa Eusebio
El Papa Eusebio fue obispo de Roma desde el 18 de abril de 310 hasta su muerte el 17 de agosto de 310.
La dificultad surgió, como en el caso de su predecesor, Marcelo I, de la actitud de Eusebio hacia el lapsi. Eusebio mantuvo la actitud de la Iglesia Romana, adoptada después de las persecuciones de Decian (250-51), de que los apóstatas no deberían ser excluidos para siempre de la comunión eclesiástica, sino readmitidos después de hacer la penitencia adecuada. A esta opinión se opuso una facción de cristianos en Roma bajo el liderazgo de Heraclio. Johann Peter Kirsch cree que es probable que Heraclio fuera el jefe de un grupo compuesto por apóstatas y sus seguidores, que exigieron la restauración inmediata de la Iglesia romana. El emperador Maxentius intervino y los exilió a ambos.
Eusebio murió en el exilio en Sicilia muy poco después de ser desterrado y fue enterrado en la catacumba de Calixto. El Papa Dámaso I colocó sobre su tumba un epitafio de ocho hexámetros por su firme defensa de la disciplina eclesiástica y el destierro que por ella sufrió. Su fiesta se celebra el 17 de agosto. La fiesta se había observado previamente el 26 de septiembre.
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