Oído externo

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El oído externo, oído externo o auris externo es la parte externa del oído, que consta del pabellón auricular (también pinna) y el canal auditivo. Reúne la energía del sonido y la concentra en el tímpano (membrana timpánica).

Estructura

Aurícula

La parte visible se llama pabellón auricular, también conocido como pabellón auricular, especialmente en otros animales. Se compone de una placa delgada de cartílago elástico amarillo, cubierta de tegumento y conectada a las partes circundantes por ligamentos y músculos; y al comienzo del canal auditivo por tejido fibroso. Muchos mamíferos pueden mover el pabellón auricular (con los músculos de los auriculares) para enfocar su audición en una dirección determinada de la misma manera que pueden girar los ojos. La mayoría de los humanos no tienen esta habilidad.

Canal auditivo

Desde el pabellón auricular, las ondas de sonido se mueven hacia el canal auditivo (también conocido como meato acústico externo), un tubo simple que se extiende hasta el oído medio. Este tubo conduce hacia adentro desde la parte inferior de la aurícula y conduce las vibraciones a la cavidad timpánica y amplifica las frecuencias en el rango de 3 kHz a 12 kHz.

Músculos

Músculos intrínsecos

Los músculos intrínsecos del oído externo son:

Músculos extrínsecos

Los músculos auriculares (o músculos extrínsecos) son los tres músculos que rodean la aurícula u oído externo:

El músculo superior es el más grande de los tres, seguido por el posterior y el anterior.

En algunos mamíferos, estos músculos pueden ajustar la dirección del pabellón auricular. En los humanos, estos músculos poseen muy poca acción. El auricularis anterior lleva la aurícula hacia adelante y hacia arriba, el auricularis superior la eleva ligeramente y el auricularis posterior la lleva hacia atrás.

Función

Una consecuencia de la configuración del oído externo es aumentar selectivamente la presión del sonido entre 30 y 100 veces para frecuencias de alrededor de 3 kHz. Esta amplificación hace que los humanos sean más sensibles a las frecuencias en este rango y también explica por qué son particularmente propensos a sufrir lesiones acústicas y pérdida de audición cerca de esta frecuencia. La mayoría de los sonidos del habla humana también se distribuyen en un ancho de banda de alrededor de 3 kHz.

Importancia clínica

Las malformaciones del oído externo pueden ser consecuencia de una enfermedad hereditaria o exposición a factores ambientales como radiación, infección. Tales defectos incluyen:

Cirugía

Por lo general, las malformaciones se tratan con cirugía, aunque en ocasiones también se utilizan prótesis artificiales.

Si las malformaciones van acompañadas de una pérdida auditiva susceptible de corrección, entonces el uso temprano de audífonos puede prevenir una pérdida auditiva completa.

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