Naturalismo humanista

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El naturalismo humanista es la rama del naturalismo filosófico en la que los seres humanos son más capaces de controlar y comprender el mundo mediante el uso del método científico, combinado con los valores sociales y éticos del humanismo. Los conceptos de espiritualidad, intuición y metafísica se consideran subjetivamente valiosos solo, principalmente porque no se pueden falsificar y, por lo tanto, nunca pueden progresar más allá del ámbito de la opinión personal. No se traza un límite entre la naturaleza y lo que está "más allá" de la naturaleza; todo se considera como resultado de procesos explicables dentro de la naturaleza, sin que nada quede fuera de ella.

La creencia es que todos los seres vivos son extensiones intrincadas de la naturaleza y, por lo tanto, merecen cierto grado de respeto mutuo por parte de los seres humanos. Los naturalistas aceptan la necesidad de adaptarse al cambio actual, sea como sea, y también que la vida debe alimentarse de vida para sobrevivir. Sin embargo, también reconocen la necesidad de un intercambio justo de recursos entre todas las especies. Los naturalistas humanistas generalmente se preocupan por los aspectos éticos del "naturalismo de la cosmovisión".

La industria y la tecnología a veces se consideran enemigas del naturalismo, pero no siempre es así. Para aquellos que creen en tales amenazas, la idea es que la mayor parte de la historia humana, las sociedades fueron en gran parte agrícolas y de cazadores-recolectores y vivieron en relativa armonía y equilibrio con la naturaleza. Con los albores de la Revolución Industrial, algunos naturalistas humanistas ven este equilibrio cada vez más amenazado. Esta visión tiene algunas similitudes con el anarcoprimitivismo y otras perspectivas antimodernistas.