Música y emoción
La investigación sobre música y emoción busca comprender la relación psicológica entre el afecto humano y la música. El campo, una rama de la psicología musical, cubre numerosas áreas de estudio, incluida la naturaleza de las reacciones emocionales a la música, cómo las características del oyente pueden determinar qué emociones se sienten y qué componentes de una composición o interpretación musical pueden provocar ciertas reacciones. La investigación se basa en áreas como la filosofía, la musicología, la musicoterapia, la teoría y la estética de la música, así como en los actos de composición musical y de interpretación musical, y tiene importantes implicaciones para estas áreas.
Enfoques filosóficos
Apariencia emocionalismo
Dos de los filósofos más influyentes en la estética de la música son Stephen Davies y Jerrold Levinson. Davies llama a su visión de la expresividad de las emociones en la música "emocionalismo de la apariencia", que sostiene que la música expresa emociones sin sentirlas. Los objetos pueden transmitir emociones porque sus estructuras pueden contener ciertas características que se asemejan a la expresión emocional. "La semejanza que más cuenta para la expresividad de la música... es entre la estructura dinámica que se despliega temporalmente de la música y las configuraciones del comportamiento humano asociado con la expresión de la emoción". El observador puede notar las emociones a partir de la postura, la forma de andar, los gestos, la actitud y el comportamiento del oyente.
Las asociaciones entre las características musicales y la emoción difieren entre los individuos. El emocionalismo de la apariencia afirma que las asociaciones de percepción de muchos oyentes constituyen la expresividad de la música. Qué características musicales se asocian más comúnmente con qué emociones es parte de la psicología musical. Davies afirma que la expresividad es una propiedad objetiva de la música y no subjetiva en el sentido de que el oyente la proyecte en la música. La expresividad de la música ciertamente depende de la respuesta, es decir, se realiza en el juicio del oyente. De manera similar, los oyentes expertos atribuyen la expresividad emocional a cierta pieza musical, lo que indica, según Davies (2006), que la expresividad de la música es algo objetiva porque si la música carece de expresividad,
La teoría del proceso
La filósofa Jenefer Robinson asume la existencia de una dependencia mutua entre la cognición y la elicitación en su descripción de la teoría de las "emociones como proceso, la música como proceso" (o teoría del "proceso"). Robinson argumenta que el proceso de provocación emocional comienza con una "respuesta automática e inmediata que inicia la actividad motora y autonómica y nos prepara para una posible acción" provocando un proceso de cognición que puede permitir a los oyentes "nombrar" la emoción sentida. Esta serie de eventos se intercambia continuamente con nueva información entrante. Robinson argumenta que las emociones pueden transformarse unas en otras, provocando mezclas, conflictos y ambigüedades que impiden describir con una sola palabra el estado emocional que se experimenta en un momento dado; en cambio, los sentimientos internos se consideran mejor como productos de múltiples "corrientes" emocionales. Robinson argumenta que la música es una serie de procesos simultáneos y que, por lo tanto, es un medio ideal para reflejar aspectos más 'cognitivos' de la emoción como la resolución 'deseado' de los temas musicales o los procesos de memoria de los espejos del leitmotiv. Estos procesos musicales simultáneos pueden reforzarse o entrar en conflicto entre sí y, por lo tanto, también expresan la forma en que una emoción 'se transforma en otra con el tiempo'.
Transmitir emociones a través de la música.
Se dice que la capacidad de percibir emociones en la música se desarrolla temprano en la infancia y mejora significativamente a lo largo del desarrollo. La capacidad de percibir emociones en la música también está sujeta a influencias culturales, y se han observado similitudes y diferencias en la percepción de emociones en estudios transculturales. La investigación empírica ha analizado qué emociones se pueden transmitir, así como qué factores estructurales en la música ayudan a contribuir a la expresión emocional percibida. Hay dos escuelas de pensamiento sobre cómo interpretamos la emoción en la música. El enfoque de los cognitivistas argumenta que la música simplemente muestra una emoción, pero no permite la experiencia personal de la emoción en el oyente. Los emotivistas argumentan que la música provoca respuestas emocionales reales en el oyente.
Se ha argumentado que la emoción experimentada por una pieza musical es una función multiplicadora de características estructurales, características de interpretación, características del oyente, características contextuales y características extramusicales de la pieza, que se muestran como:Emoción experimentada = Características estructurales × Características de interpretación × Características del oyente × Características contextuales × Características extramusicales
donde:Características estructurales = Características segmentarias × Características suprasegmentariasCaracterísticas de desempeño = habilidad del ejecutante × estado del ejecutanteCaracterísticas del oyente = Experiencia musical × Disposición estable × Motivación actualCaracterísticas contextuales = Ubicación × EventoFunciones extramusicales = Funciones no auditivas × Experiencia
Características estructurales
Las características estructurales se dividen en dos partes, características segmentarias y características suprasegmentarias. Las características segmentarias son los sonidos o tonos individuales que componen la música; esto incluye estructuras acústicas como la duración, la amplitud y el tono. Las características suprasegmentales son las estructuras fundamentales de una pieza, como la melodía, el tempo y el ritmo. Hay una serie de características musicales específicas que están altamente asociadas con emociones particulares. Dentro de los factores que afectan la expresión emocional en la música, el tempo suele considerarse el más importante, pero otros factores, como el modo, el volumen y la melodía, también influyen en la valencia emocional de la pieza.
Característica estructural | Definición | Emociones asociadas |
---|---|---|
Tempo | La velocidad o ritmo de una pieza musical. | Tempo rápido: excitación, ira. Tempo lento: tristeza, serenidad. |
Modo | El tipo de escala | Tonalidad mayor: alegría, alegría. Tonalidad menor: tristeza. |
Volumen | La fuerza física y la amplitud de un sonido. | Intensidad, poder o ira. |
Melodía | La sucesión lineal de tonos musicales que el oyente percibe como una sola entidad. | Armonías complementarias: alegría, relajación, serenidad. Armonías enfrentadas: excitación, ira, desagrado. |
Ritmo | El patrón o ritmo de una canción que se repite regularmente. | Ritmo suave/consistente: felicidad, paz. Ritmo áspero/irregular: diversión, inquietud. Ritmo variado: alegría. |
Algunos estudios encuentran que la percepción de las características emocionales básicas es un universal cultural, aunque las personas pueden percibir más fácilmente la emoción y percibir una emoción más matizada en la música de su propia cultura.
La música tiene una conexión directa con los estados emocionales presentes en los seres humanos. Se ha encontrado que diferentes estructuras musicales tienen una relación con las respuestas fisiológicas. La investigación ha demostrado que las estructuras suprasegmentales como el espacio tonal, específicamente la disonancia, crean emociones negativas desagradables en los participantes. Las respuestas emocionales se midieron con evaluaciones fisiológicas, como la conductancia de la piel y señales electromiográficas (EMG), mientras los participantes escuchaban extractos musicales.Se realizaron más investigaciones sobre medidas psicofisiológicas relacionadas con la música y se encontraron resultados similares; Se encontró que las estructuras musicales de articulación rítmica, acentuación y tempo se correlacionan fuertemente con medidas fisiológicas, las medidas utilizadas aquí incluyen monitores respiratorios y de frecuencia cardíaca que se correlacionan con cuestionarios de autoinforme.
La música también afecta los recuerdos socialmente relevantes, específicamente los recuerdos producidos por extractos musicales nostálgicos (p. ej., música de un período de tiempo significativo en la vida de uno, como la música que se escucha en los viajes por carretera). Las estructuras musicales se interpretan más fuertemente en ciertas áreas del cerebro cuando la música evoca nostalgia. Se identificó que la circunvolución frontal interior, la sustancia negra, el cerebelo y la ínsula tenían una correlación más fuerte con la música nostálgica que con la música nostálgica. La actividad cerebral es un concepto muy individualizado con muchos de los extractos musicales que tienen ciertos efectos basados en las experiencias de vidas pasadas de los individuos, por lo que esta advertencia debe tenerse en cuenta al generalizar los hallazgos entre los individuos.
Características de rendimiento
Las características de interpretación se refieren a la forma en que los intérpretes ejecutan una pieza musical. Estos se dividen en dos categorías: habilidades del ejecutante y estado del ejecutante. Las habilidades del ejecutante son la habilidad compuesta y la apariencia del ejecutante; incluyendo apariencia física, reputación y habilidades técnicas. El estado del ejecutante es la interpretación, la motivación y la presencia escénica del ejecutante.
Características del oyente
Las características del oyente se refieren a la identidad individual y social de los oyentes. Esto incluye su personalidad, edad, conocimiento de la música y motivación para escuchar música.
Características contextuales
Las características contextuales son aspectos de la actuación, como el lugar y la ocasión particular de la actuación (es decir, funeral, boda, baile).
Características extra musicales
Las características extramusicales se refieren a la información extramusical separada de las señales musicales auditivas, como el género o el estilo de la música.
Estos diferentes factores influyen en la emoción expresada en diferentes magnitudes, y sus efectos se combinan entre sí. Por lo tanto, la emoción experimentada se siente en un grado más fuerte si hay más factores presentes. El orden en que se enumeran los factores dentro del modelo indica cuánto peso tienen en la ecuación. Por esta razón, la mayor parte de la investigación se ha realizado en características estructurales y características del oyente.
Señales conflictivas
La emoción que se percibe depende del contexto de la pieza musical. Investigaciones anteriores han argumentado que las emociones opuestas como la felicidad y la tristeza caen en una escala bipolar, donde ambas no se pueden sentir al mismo tiempo. Investigaciones más recientes han sugerido que la felicidad y la tristeza se experimentan por separado, lo que implica que se pueden sentir al mismo tiempo. Un estudio investigó la última posibilidad haciendo que los participantes escucharan extractos musicales manipulados por computadora que tenían señales mixtas entre el tempo y el modo. Los ejemplos de música mixta incluyen una pieza con una tonalidad mayor y un tempo lento, y una pieza con un acorde menor con un tempo rápido. Luego, los participantes calificaron hasta qué punto la pieza transmitía felicidad o tristeza. Los resultados indicaron que la música mixta transmite felicidad y tristeza; sin embargo, no quedó claro si los participantes percibían felicidad y tristeza simultáneamente o si vacilaban entre estas dos emociones. Se realizó un estudio de seguimiento para examinar estas posibilidades. Mientras escuchaban música de referencia mixta o consistente, los participantes presionaron un botón cuando la música transmitía felicidad y otro botón cuando transmitía tristeza. Los resultados revelaron que los sujetos presionaron ambos botones simultáneamente durante las canciones con pistas contradictorias.Estos hallazgos indican que los oyentes pueden percibir tanto la felicidad como la tristeza al mismo tiempo. Esto tiene implicaciones significativas sobre cómo las características estructurales influyen en la emoción, porque cuando se utiliza una combinación de señales estructurales, se pueden transmitir varias emociones.
Características específicas del oyente
Desarrollo
Los estudios indican que la capacidad de comprender los mensajes emocionales en la música comienza temprano y mejora a lo largo del desarrollo del niño. Los estudios que investigan la música y las emociones en los niños reproducen principalmente un extracto musical para los niños y les piden que miren las expresiones pictóricas de los rostros. Estas expresiones faciales muestran diferentes emociones y se les pide a los niños que seleccionen la cara que mejor se adapte al tono emocional de la música. Los estudios han demostrado que los niños pueden asignar emociones específicas a las piezas musicales; sin embargo, existe debate sobre la edad a la que comienza esta capacidad.
Infantes
Un bebé a menudo está expuesto al habla de la madre que es de naturaleza musical. Es posible que el canto materno le permita a la madre transmitir mensajes emocionales al bebé. Los bebés también tienden a preferir el habla positiva al habla neutra, así como la música alegre a la negativa. También se ha postulado que escuchar el canto de su madre puede desempeñar un papel en la formación de la identidad. Esta hipótesis está respaldada por un estudio que entrevistó a adultos y les pidió que describieran experiencias musicales de su infancia. Los resultados mostraron que la música era buena para desarrollar el conocimiento de las emociones durante la infancia.
Niños de preescolar
Estos estudios han demostrado que los niños a la edad de 4 años pueden comenzar a distinguir entre las emociones que se encuentran en extractos musicales de manera similar a los adultos. La capacidad de distinguir estas emociones musicales parece aumentar con la edad hasta la edad adulta. Sin embargo, los niños a la edad de 3 años no podían distinguir entre las emociones expresadas en la música haciendo coincidir una expresión facial con el tipo de emoción que se encuentra en la música. También se descubrió que algunas emociones, como la ira y el miedo, eran más difíciles de distinguir dentro de la música.
niños de primaria
En estudios con niños de cuatro y cinco años, se les pide que etiquete extractos musicales con las etiquetas afectivas "feliz", "triste", "enojado" y "miedo". Los resultados de un estudio mostraron que los niños de cuatro años no se desempeñaron por encima del azar con las etiquetas "triste" y "enojado", y los niños de cinco años no se desempeñaron por encima del azar con la etiqueta "miedo". Un estudio de seguimiento encontró resultados contradictorios, donde los niños de cinco años se desempeñaron de manera muy similar a los adultos. Sin embargo, todas las edades confunden categorizar "enojado" y "temeroso". Los niños de edad preescolar y primaria escucharon doce melodías cortas, cada una en modo mayor o menor, y se les indicó que eligieran entre cuatro imágenes de rostros: feliz, contento, triste y enojado.Todos los niños, incluso a partir de los tres años, se desempeñaron por encima del azar al asignar caras positivas con modo mayor y caras negativas con modo menor.
Efectos de personalidad
Diferentes personas perciben los eventos de manera diferente en función de sus características individuales. Del mismo modo, las emociones provocadas por la escucha de diferentes tipos de música parecen verse afectadas por factores como la personalidad y la formación musical previa. Se ha descubierto que las personas con el tipo de personalidad de amabilidad tienen mayores respuestas emocionales a la música en general. Los sentimientos de tristeza más fuertes también se han asociado con personas con tipos de personalidad de amabilidad y neuroticismo. Si bien algunos estudios han demostrado que la formación musical se puede correlacionar con la música que evoca sentimientos encontrados, así como un coeficiente intelectual más alto y puntajes en pruebas de comprensión emocional, otros estudios refutan la afirmación de que la formación musical afecta la percepción de la emoción en la música.También vale la pena señalar que la exposición previa a la música puede afectar las elecciones de comportamiento posteriores, el trabajo escolar y las interacciones sociales. Por lo tanto, la exposición previa a la música parece tener un efecto en la personalidad y las emociones de un niño más adelante en su vida y, posteriormente, afectaría su capacidad para percibir y expresar emociones durante la exposición a la música. Sin embargo, no se ha demostrado que el género conduzca a una diferencia en la percepción de las emociones que se encuentran en la música. Se necesita más investigación sobre qué factores afectan la percepción de la emoción de un individuo en la música y la capacidad del individuo para tener emociones inducidas por la música.
Provocar emociones a través de la música.
Junto con la investigación de que la música transmite una emoción a su(s) oyente(s), también se ha demostrado que la música puede producir emoción en el(los) oyente(s). Este punto de vista a menudo genera debate porque la emoción se produce dentro del oyente y, en consecuencia, es difícil de medir. A pesar de la controversia, los estudios han mostrado respuestas observables a las emociones provocadas, lo que refuerza la opinión de los emotivistas de que la música provoca respuestas emocionales reales.
Respuestas a la emoción provocada
Las características estructurales de la música no solo ayudan a transmitir un mensaje emocional al oyente, sino que también pueden crear emoción en el oyente. Estas emociones pueden ser sentimientos completamente nuevos o pueden ser una extensión de eventos emocionales anteriores. La investigación empírica ha demostrado cómo los oyentes pueden absorber la expresión de la pieza como su propia emoción, así como invocar una respuesta única basada en sus experiencias personales.
emociones basicas
En la investigación sobre la obtención de emociones, los participantes informan que sienten personalmente una cierta emoción en respuesta a escuchar una pieza musical. Los investigadores han investigado si las mismas estructuras que transmiten una emoción en particular también podrían provocarla. Los investigadores presentaron extractos de tempo rápido, música de modo mayor y tempo lento, música de tono menor a los participantes; se eligieron estas estructuras musicales porque se sabe que transmiten alegría y tristeza respectivamente. Los participantes calificaron sus propias emociones con niveles elevados de felicidad después de escuchar música con estructuras que transmiten felicidad y tristeza elevada después de escuchar música con estructuras que transmiten tristeza. Esta evidencia sugiere que las mismas estructuras que transmiten emociones en la música también pueden provocar esas mismas emociones en el oyente.
A la luz de este hallazgo, ha habido una controversia particular sobre la música que provoca emociones negativas. Los cognitivistas argumentan que elegir escuchar música que provoque emociones negativas como la tristeza sería paradójico, ya que los oyentes no se esforzarían voluntariamente por inducir tristeza. Sin embargo, los emotivistas afirman que la música provoca emociones negativas, y los oyentes eligen escuchar a sabiendas para sentir tristeza de una manera impersonal, similar al deseo del espectador de ver una película trágica.Las razones por las que las personas a veces escuchan música triste cuando se sienten tristes se han explorado mediante entrevistas a personas sobre sus motivaciones para hacerlo. Como resultado de esta investigación, se ha descubierto que las personas a veces escuchan música triste cuando se sienten tristes para intensificar los sentimientos de tristeza. Otras razones para escuchar música triste cuando se siente triste fueron; para recuperar recuerdos, para sentirse más cerca de otras personas, para la reevaluación cognitiva, para sentirse amigo de la música, para distraerse y para mejorar el estado de ánimo.
Los investigadores también han encontrado un efecto entre la familiaridad con una pieza musical y las emociones que provoca. En un estudio, a la mitad de los participantes se les reprodujeron doce extractos musicales aleatorios una vez y calificaron sus emociones después de cada pieza. La otra mitad de los participantes escuchó doce extractos aleatorios cinco veces y comenzó sus calificaciones en la tercera repetición. Los resultados mostraron que los participantes que escucharon los extractos cinco veces calificaron sus emociones con mayor intensidad que los participantes que los escucharon solo una vez. Esto sugiere que la familiaridad con una pieza musical aumenta las emociones experimentadas por el oyente.
Recuerdos y acciones emocionales.
La música no solo puede provocar nuevas emociones, sino también conectar a los oyentes con otras fuentes emocionales. La música sirve como una señal poderosa para traer recuerdos emocionales a la conciencia. Debido a que la música es una parte tan omnipresente de la vida social, presente en bodas, funerales y ceremonias religiosas, trae recuerdos emocionales que a menudo ya están asociados con ella. La música también es procesada por los niveles sensoriales inferiores del cerebro, haciéndola impermeable a las distorsiones de la memoria posteriores. Por lo tanto, crear una fuerte conexión entre la emoción y la música dentro de la memoria hace que sea más fácil recordar uno cuando lo solicita el otro.La música también puede aprovechar la empatía, induciendo emociones que se supone que siente el intérprete o el compositor. Los oyentes pueden entristecerse porque reconocen que esas emociones deben haber sido sentidas por el compositor, tanto como el espectador de una obra puede empatizar con los actores.
Los oyentes también pueden responder a la música emocional a través de la acción. A lo largo de la historia, la música se compuso para inspirar a las personas a realizar acciones específicas: marchar, bailar, cantar o luchar. En consecuencia, agudizando las emociones en todos estos eventos. De hecho, muchas personas informan que no pueden quedarse quietas cuando se tocan ciertos ritmos, en algunos casos incluso participan en acciones subliminales cuando las manifestaciones físicas deberían suprimirse. Se pueden ver ejemplos de esto en los arrebatos espontáneos de los niños pequeños al escuchar música, o las expresiones exuberantes que se muestran en los conciertos.
Modelo BRECVEM de Juslin & Västfjäll
Juslin & Västfjäll desarrollaron un modelo de siete formas en las que la música puede provocar emociones, denominado modelo BRECVEM.
Reflejo del tronco cerebral: 'Esto se refiere a un proceso mediante el cual la música induce una emoción porque el tronco cerebral toma una o más características acústicas fundamentales de la música para señalar un evento potencialmente importante y urgente. En igualdad de condiciones, los sonidos que son repentinos, fuertes, disonantes o presentan patrones temporales rápidos inducen excitación o sentimientos desagradables en los oyentes... Tales respuestas reflejan el impacto de las sensaciones auditivas: la música como sonido en el sentido más básico.'
Encarrilamiento rítmico: 'Esto se refiere a un proceso mediante el cual una pieza musical evoca una emoción porque un poderoso ritmo externo en la música influye en algún ritmo corporal interno del oyente (por ejemplo, la frecuencia cardíaca), de modo que este último ritmo se ajusta hacia y finalmente se 'bloquea' en una periodicidad común. La frecuencia cardíaca ajustada puede luego extenderse a otros componentes de la emoción, como el sentimiento, a través de la retroalimentación propioceptiva. Esto puede producir un mayor nivel de excitación en el oyente.'
Condicionamiento evaluativo: 'Esto se refiere a un proceso mediante el cual una pieza musical induce una emoción simplemente porque este estímulo se ha emparejado repetidamente con otros estímulos positivos o negativos. Así, por ejemplo, una pieza musical en particular puede haber ocurrido repetidamente junto con un evento específico que siempre te hizo feliz (por ejemplo, conocer a tu mejor amigo). Con el tiempo, a través de emparejamientos repetidos, la música eventualmente llegará a evocar felicidad incluso en ausencia de una interacción amistosa.'
Contagio emocional: 'Esto se refiere a un proceso por el cual una pieza musical induce una emoción porque el oyente percibe la expresión emocional de la música y luego "imita" esta expresión internamente, ya sea por medio de la retroalimentación periférica de los músculos, o una activación más directa de las representaciones emocionales relevantes en el cerebro conduce a la inducción de la misma emoción.'
Imágenes visuales: 'Esto se refiere a un proceso mediante el cual se induce una emoción en un oyente porque evoca imágenes visuales (por ejemplo, de un hermoso paisaje) mientras escucha la música.'
Memoria episódica: 'Esto se refiere a un proceso mediante el cual se induce una emoción en un oyente porque la música evoca un recuerdo de un evento particular en la vida del oyente. Esto a veces se conoce como el fenómeno "Cariño, están tocando nuestra melodía".
Expectativa musical: 'Esto se refiere a un proceso mediante el cual se induce una emoción en un oyente porque una característica específica de la música viola, retrasa o confirma las expectativas del oyente sobre la continuación de la música.'
Expectativa musical
Con respecto a las violaciones de las expectativas en la música, se han encontrado varios resultados interesantes. Se ha encontrado, por ejemplo, que escuchar música no convencional a veces puede causar una amenaza de significado y dar como resultado un comportamiento compensatorio para restaurar el significado.
Juicio Estético y BRECVEMA
En 2013, Juslin creó un aspecto adicional al modelo BRECVEM llamado juicio estético. Este es el criterio que cada individuo tiene como métrica del valor estético de la música. Esto puede implicar una serie de preferencias personales variables, como el mensaje transmitido, la habilidad presentada o la novedad del estilo o la idea.
Comparación de emociones transmitidas y provocadas
Evidencia de emoción en la música.
Ha habido una gran cantidad de evidencia de que los oyentes pueden identificar emociones específicas con ciertos tipos de música, pero ha habido menos evidencia concreta de que la música pueda provocar emociones. Esto se debe al hecho de que la emoción provocada es subjetiva; y por tanto, es difícil encontrar un criterio válido para estudiarlo. La emoción provocada y transmitida en la música generalmente se entiende a partir de tres tipos de evidencia: autoinforme, respuestas fisiológicas y comportamiento expresivo. Los investigadores usan uno o una combinación de estos métodos para investigar las reacciones emocionales a la música.
Autoinforme
El método de autoinforme es un informe verbal del oyente sobre lo que está experimentando. Este es el método más utilizado para estudiar las emociones y ha demostrado que las personas identifican emociones y las experimentan personalmente mientras escuchan música. La investigación en el área ha demostrado que las respuestas emocionales de los oyentes son muy consistentes. De hecho, un metanálisis de 41 estudios sobre interpretación musical encontró que los oyentes identificaron la felicidad, la tristeza, la ternura, la amenaza y la ira por encima del azar. Otro estudio comparó oyentes no entrenados con oyentes entrenados musicalmente. Se pidió a ambos grupos que categorizaran extractos musicales que transmitieran emociones similares. Los hallazgos mostraron que las categorizaciones no fueron diferentes entre entrenados y no entrenados; demostrando así que los oyentes no entrenados son muy precisos en la percepción de la emoción. Es más difícil encontrar evidencia de la emoción provocada, ya que depende únicamente de la respuesta subjetiva del oyente. Esto hace que el informe sea vulnerable a sesgos de autoinforme, como que los participantes respondan de acuerdo con las prescripciones sociales o respondan como creen que el experimentador quiere que lo hagan. Como resultado, a menudo se cuestiona la validez del método de autoinforme y, en consecuencia, los investigadores son reacios a sacar conclusiones definitivas únicamente a partir de estos informes.
Respuestas fisiológicas
Se sabe que las emociones crean cambios fisiológicos o corporales en una persona, que pueden probarse experimentalmente. Cierta evidencia muestra que uno de estos cambios está dentro del sistema nervioso. La música estimulante está relacionada con el aumento de la frecuencia cardíaca y la tensión muscular; La música relajante está relacionada con la disminución de la frecuencia cardíaca y la tensión muscular, y con el aumento de la temperatura de la piel. Otras investigaciones identifican respuestas físicas externas, como escalofríos o piel de gallina, causadas por cambios en la armonía y lágrimas o nudos en la garganta provocados por cambios en la melodía. Los investigadores prueban estas respuestas mediante el uso de instrumentos de medición fisiológica, como el registro de la frecuencia del pulso.
Comportamiento expresivo
También se sabe que las personas muestran manifestaciones externas de sus estados emocionales mientras escuchan música. Los estudios que utilizan electromiografía facial (EMG) han encontrado que las personas reaccionan con expresiones faciales subliminales cuando escuchan música expresiva. Además, la música proporciona un estímulo para el comportamiento expresivo en muchos contextos sociales, como conciertos, bailes y ceremonias. Aunque estos comportamientos expresivos se pueden medir experimentalmente, ha habido muy pocos estudios controlados que observen este comportamiento.
Fuerza de los efectos
Dentro de la comparación entre emociones provocadas y transmitidas, los investigadores han examinado la relación entre estos dos tipos de respuestas a la música. En general, la investigación está de acuerdo en que las calificaciones de sentimientos y percepción están altamente correlacionadas, pero no son idénticas. Más específicamente, los estudios no son concluyentes en cuanto a si una respuesta tiene un efecto más fuerte que la otra y de qué manera se relacionan estas dos respuestas.
Transmitido más que provocado
En un estudio, los participantes escucharon una selección aleatoria de 24 extractos, mostrando seis tipos de emociones, cinco veces seguidas. La mitad de los participantes describieron las emociones que transmitía la música y la otra mitad respondió cómo los hacía sentir la música. Los resultados encontraron que las emociones transmitidas por la música eran más intensas que las emociones provocadas por la misma pieza musical. Otro estudio investigó bajo qué condiciones específicas se transmitían las emociones fuertes. Los hallazgos mostraron que las calificaciones de las emociones transmitidas fueron más altas en las respuestas felices a la música con señales consistentes de felicidad (es decir, tempo rápido y modo mayor), para las respuestas tristes a la música con señales consistentes de tristeza (es decir, tempo lento y modo menor) y para respuestas tristes en general.Estos estudios sugieren que las personas pueden reconocer la emoción mostrada en la música más fácilmente que sentirla personalmente.
A veces transmitido, a veces provocado
Otro estudio en el que 32 participantes escucharon doce piezas musicales y descubrió que la fuerza de las emociones percibidas y provocadas dependía de las estructuras de la pieza musical. Las emociones percibidas fueron más fuertes que las emociones sentidas cuando los oyentes calificaron la excitación y la activación positiva y negativa. Por otro lado, las emociones provocadas fueron más fuertes que las emociones percibidas cuando se calificaron como agradables.
Provocado más que transmitido
En otro estudio, el análisis reveló que las respuestas emocionales eran más fuertes que las percepciones de emociones de los oyentes. Este estudio utilizó un diseño entre sujetos, donde 20 oyentes juzgaron hasta qué punto percibían cuatro emociones: alegría, tristeza, paz y miedo. 19 oyentes separados calificaron en qué medida experimentaron cada una de estas emociones. Los hallazgos mostraron que todos los estímulos musicales provocaron emociones específicas para el grupo de participantes que calificaron la emoción provocada, mientras que los estímulos musicales solo ocasionalmente transmitieron emociones a los participantes en el grupo que identificó qué emociones transmitía la música. Con base en estos hallazgos inconsistentes, queda mucha investigación por hacer para determinar cómo las emociones transmitidas y provocadas son similares y diferentes. Hay desacuerdo sobre si la música induce emociones "verdaderas" o si las emociones reportadas como sentidas en los estudios son solo participantes que expresan las emociones encontradas en la música que están escuchando.
La música como herramienta terapéutica
La musicoterapia como herramienta terapéutica ha demostrado ser un tratamiento eficaz para diversas dolencias. Las técnicas terapéuticas implican provocar emociones escuchando música, componiendo música o letras e interpretando música.
Las sesiones de musicoterapia pueden tener la capacidad de ayudar a los usuarios de drogas que intentan dejar un hábito de drogas, y los usuarios informan que se sienten más capaces de sentir emociones sin la ayuda del consumo de drogas. La musicoterapia también puede ser una opción viable para las personas que pasan estadías prolongadas en un hospital debido a una enfermedad. En un estudio, la musicoterapia brindó a los pacientes de oncología infantil elementos de apoyo ambiental mejorados y provocó comportamientos más participativos en el niño. Cuando se trata a adolescentes con problemas, un estudio realizado por Keen reveló que la musicoterapia ha permitido a los terapeutas interactuar con los adolescentes con menos resistencia, lo que facilita la autoexpresión en el adolescente.
La musicoterapia también se ha mostrado muy prometedora en personas con autismo, sirviendo como una salida emocional para estos pacientes. Si bien otras vías de expresión y comprensión emocional pueden ser difíciles para las personas con autismo, la música puede brindarles a quienes tienen una comprensión limitada de las señales socioemocionales una forma de acceder a la emoción.
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