Microscopio invertido

Un microscopio invertido es un microscopio con su fuente de luz y su condensador en la parte superior, encima del escenario apuntando hacia abajo, mientras que los objetivos y la torreta están debajo del escenario apuntando hacia arriba. Fue inventado en 1850 por J. Lawrence Smith, miembro de la facultad de la Universidad de Tulane (entonces llamada Facultad de Medicina de Luisiana).
Construcción
La platina de un microscopio invertido generalmente es fija y el enfoque se ajusta moviendo la lente del objetivo a lo largo de un eje vertical para acercarla o alejarla de la muestra. El mecanismo de enfoque suele tener una perilla concéntrica doble para un ajuste grueso y fino.
Dependiendo del tamaño del microscopio, se pueden colocar de cuatro a seis lentes objetivos de diferentes aumentos en una torreta giratoria conocida como revólver. Estos microscopios también pueden equiparse con accesorios para instalar cámaras fotográficas y de vídeo, iluminación fluorescente, escaneo confocal y muchas otras aplicaciones.
Aplicaciones biológicas
Los microscopios invertidos son útiles para observar células u organismos vivos en el fondo de un recipiente grande (por ejemplo, un matraz de cultivo de tejidos) en condiciones más naturales que en un portaobjetos de vidrio, como es el caso de un microscopio convencional. También se utiliza un microscopio invertido para visualizar la bacteria Mycobacterium tuberculosis en la técnica llamada ensayo de susceptibilidad a fármacos por observación microscópica (MODS).
Micromanipulación
Los microscopios invertidos se utilizan en aplicaciones de micromanipulación donde se requiere espacio sobre la muestra para los mecanismos manipuladores y las microherramientas que contienen, y en aplicaciones metalúrgicas donde las muestras pulidas se pueden colocar encima del escenario y verse desde abajo utilizando objetivos reflectantes.