Merlín Donald

format_list_bulleted Contenido keyboard_arrow_down
ImprimirCitar
Canadian psicólogo

Merlin Wilfred Donald (nacido el 17 de noviembre de 1939) es un psicólogo, neuroantropólogo y neurocientífico cognitivo canadiense de la Universidad Case Western Reserve. Se destaca por la posición de que es necesario considerar los procesos evolutivos para determinar cómo la mente maneja la información simbólica y el lenguaje. En particular, sugiere que los procesos algorítmicos explícitos (la teoría computacional de la mente) pueden ser inadecuados para comprender cómo funciona la mente.

También es conocido como el defensor de la teoría mimética de los orígenes del habla.

Biografía

Recibió sus títulos en Canadá, culminando con su doctorado. en neuropsicología de la Universidad McGill en 1968. Después de tres años en la facultad de la Facultad de Medicina de Yale, se unió a la facultad de la Universidad de Queen en Kingston en 1972 y todavía es profesor emérito de Queen's. En el otoño de 2005, Donald se convirtió en el presidente fundador del departamento de ciencias cognitivas de la Universidad Case Western Reserve. Desde entonces se jubiló como presidente de ese departamento y actualmente es profesor adjunto en la universidad.

Trabajo

Merlin Donald es ampliamente conocido como autor de dos libros sobre cognición humana, Origins of the Modern Mind y A Mind So Rare.

Su tesis central en estos trabajos es que la capacidad humana para el pensamiento simbólico surge no de la evolución de un módulo mental específico del lenguaje, sino de cambios evolutivos en la corteza prefrontal que afectan la función ejecutiva del cerebro de los primates. Las mayores capacidades atencionales, metacognitivas y de recuperación que resultaron de estos cambios hicieron a los homínidos inmensamente más capaces de afrontar la complejidad social que sus antepasados. Concluye que lo que impulsó la expansión del cerebro no fueron las demandas cognitivas de la fabricación de herramientas o el mapeo espacial del entorno, sino el crecimiento en el tamaño del grupo social, que impuso mayores demandas a la memoria.

En el relato de Donald, estos cambios equivalían a la evolución de una estrategia cognitiva completamente nueva: una simbiosis entre cerebro y cultura. El cerebro humano, sostiene, está adaptado para funcionar expresamente en una cultura simbólica compleja; no puede realizar su potencial a menos que esté inmerso en una compleja red de comunicación y representación simbólica. Esta relación inextricable entre biología y cultura también, propone, tiene ramificaciones interesantes para el futuro del desarrollo cognitivo humano a la luz del desarrollo continuo de tecnologías que apoyan y cambian nuestra relación con el pensamiento simbólico y la cultura.

Orígenes de la mente moderna propone un desarrollo de la capacidad simbólica humana en tres etapas a través de la cultura:

  • Cultura mimética: La adaptación de las cuencas hidrográficas que permite a los seres humanos funcionar como seres simbólicos y culturales fue una mejora revolucionaria en el control del motor, la " habilidad mimética" requerida para ensayar y perfeccionar los movimientos del cuerpo de manera voluntaria y sistemática, para recordar esos ensayos, y para reproducirlos al mando. Tras este desarrollo, Homo erectus eventos asimilados y reconceptualizados para crear diversas tradiciones simbólicas prelingüísticas como rituales, danza y artesanía.
  • Cultivos míticos surgió como resultado de la adquisición del discurso y la invención de símbolos. La representación mimética sirve de preadaptación para este desarrollo.
  • Cultura con apoyo tecnológico: Finalmente, la ecología cognitiva dominada por la comunicación cara a cara efímera ha cambiado para la mayoría de nosotros como resultado de la memoria externa que permite la lectura y escritura. La tecnología informática intensifica estos cambios ofreciendo capacidades aún más amplias para almacenamiento externo y recuperación de información.


Donald sugiere que la creciente dependencia de los medios de memoria externos en esta tercera etapa, que se aplica en diversos grados a la mayoría de las personas en el mundo desarrollado, puede tener efectos profundos en nuestro desarrollo cognitivo y comportamiento:

La externalización de la memoria fue inicialmente muy gradual, con la invención de los primeros símbolos externos permanentes. Pero entonces se aceleró, y el número de dispositivos externos de representación ahora disponibles ha alterado cómo los humanos utilizan sus recursos cognitivos biológicamente dados, lo que pueden saber, dónde se almacena ese conocimiento, y qué tipos de códigos son necesarios para descifrar lo que se almacena.... Cuando estudiamos adultos de habla inglesa que viven en una sociedad tecnológicamente avanzada, estamos viendo un subtipo que no es más típico de toda la especie humana, que, por ejemplo, los miembros de un grupo cazador-recolector. ¿Cómo sería nuestra ciencia si se hubiera basado en un tipo de cultura muy diferente? La verdad es que no lo sabemos, pero nos beneficiaría mucho averiguarlo, porque el sistema cognitivo humano, hasta el nivel de su organización modular interna, se ve afectada no sólo por su herencia genética, sino también por su propia historia cultural peculiar. (Donald 1997, págs. 362 a 363)

Más resultados...
Tamaño del texto:
undoredo
format_boldformat_italicformat_underlinedstrikethrough_ssuperscriptsubscriptlink
save