Manuel María Lombardini
Manuel María Lombardini fue un soldado mexicano que se desempeñó brevemente como presidente durante unos tres meses en 1853. Llegó al poder tras una revolución contra el gobierno del presidente Mariano Arista. Después de la renuncia de Arista y su sucesor Juan Ceballos, los insurgentes elevaron a Lombardini a la presidencia por una cuestión de conveniencia, y solo estaba destinado a servir como marcador de posición mientras se llevaba a cabo el verdadero objetivo de los insurgentes, la restauración de Santa Anna.. Lombardini dimitiría en consecuencia el 20 de abril y murió de neumonía en diciembre del mismo año.
Primeros años de vida
Manuel María Lombardini nació en la Ciudad de México en 1802, y se incorporó al ejército a temprana edad, sirviendo con méritos como miembro del cuerpo de artillería. En agosto de 1814 fue miembro de la compañía Patriotas de Tacubaya y luchó en la Guerra de Independencia de México del lado de los españoles, antes de cambiar de bando en agosto de 1821 para unirse al Plan de Iguala de Agustín de Iturbide. Se presentó ante el Sexto Escuadrón de Caballería en Toluca, y bajo el mando del General Filisola tomó parte en el sitio de la Ciudad de México. Dejó el ejército un año después, pero los acontecimientos políticos que condujeron a la Conspiración de Arenas, un complot para restaurar el dominio español en 1827, lo llevaron a regresar al servicio militar.
Primera República Mexicana
Durante la Primera República Mexicana, se afilió al liberal Partido Yorkino como subteniente, y se unió al asalto realizado en Tulancingo el 7 de enero de 1828 contra el Plan de Montaño en el que el conservador Partido Esoces liderado por Nicolás Bravo intentó derrocar al gobierno. de Guadalupe Victoria. Lombardini siguió defendiendo las causas del Partido Yorkino que incluían la demanda de cargos públicos y la expulsión de los españoles, pero durante la Revolución de la Accordada durante la cual los partidarios liberales lucharon contra el presidente electo y Ministro de Guerra Manuel Gómez Pedraza se mantuvo fiel. al gobierno de Guadalupe Victoria.
Participó en el Plan de Jalapa contra Vicente Guerreo en 1829 y estuvo a cargo de las fuerzas destinadas a combatir a los guerrilleros en Chietla y Oaxaca. En 1830 alcanzó el grado de teniente. Se unió al Plan de Veracruz contra el presidente Bustamante en abril de 1832, uniéndose a las fuerzas del general Ignacio Inclán con veinticinco soldados armados de la ciudad de México. Fue nombrado capitán de veteranos a finales de año tras unirse a las fuerzas del coronel Valencia en la lucha contra Bustamante en septiembre de 1832.
Como ayudante de Valencia entró a Zumpango participó en la toma de Lerma y Toluca y en el sitio de la Ciudad de México, viendo acción también en Casas Blancas. También peleó en el Rancho de Posadas, y al vencer allí Santa Anna le otorgó el grado de teniente coronel. Tomó el pueblo de Zacapoaxtla y estableció allí el orden. Bustamante sería derrocado en diciembre de 1832 y los liberales triunfantes elegirían a Santa Anna y Valentín Gómez Farías, pero el descontento por la nueva administración provocó que estallara otra revolución, a la que finalmente se unió Santa Anna, que se había pasado al lado conservador. Lombardini también cambiaría de bando y en junio de 1834 se destacó en el sitio de Puebla, participando en el conservador Plan de Cuernavaca que derrocó al presidente Valentín Gómez Farías.
República Centralista de México
Bajo la República Centralista de México, en 1836, se unió a la campaña contra Texas, que ya había obtenido una independencia de facto en 1835, no reconocida por las autoridades mexicanas. Fue puesto bajo el mando de Nicolás Bravo, en 1836, pero al estallar la Guerra de los Pasteles, se sumó a la lucha contra los franceses, marchando hacia Veracruz y luego a Tuxpam con las fuerzas comandadas por el General Cos.
Durante la Revuelta Federalista de 1839 contra el gobierno del presidente Anastasio Bustamante que había regresado al poder, fue hecho prisionero por los comandantes federalistas Urrea y Mejía. Regresó a México a tiempo para la Revuelta Federalista de 1840, durante la cual los insurgentes tomaron el control del Palacio Nacional y durante la cual la guerra devastó la capital durante doce días. Se unió a Valencia durante otra revuelta, contra el presidente Anastasio Bustamante el 31 de agosto de 1841, no con el objetivo de restaurar el sistema federalista, sino de establecer un sistema más centralista más fuerte que se conoció como las Bases de Tacubaya.
Luchó valientemente durante la Guerra México-Estadounidense y resultó herido en la Batalla de Angostura. Cuando las fuerzas mexicanas evacuaron la capital en septiembre de 1847, lo hicieron bajo el mando de Lombardini. Después de que terminó la guerra, fue nombrado comandante en la capital. Defendió a las tropas que perdieron sus trabajos a raíz de las grandes medidas de reducción del gobierno de Arista, y cuando estalló la revolución, llegó a un acuerdo con los líderes del Plan de Jalisco en 1852. Tanto el presidente Arista como el presidente Ceballos renunciaron después de ser pudo controlar la revolución y los insurgentes eligieron a Lombardini como nuevo presidente el 8 de febrero.
Presidencia
Lombardini fue un mero marcador de posición mientras se llevaba a cabo el objetivo final de los insurgentes, la restauración de Santa Anna. No formó gabinete, pero atendió a los diferentes ministerios a través de los funcionarios subordinados existentes. No tenía experiencia ni talento como administrador, y su breve reinado estuvo marcado por la corrupción, la confusión y el desorden, especialmente en el ámbito financiero. El ejército se hinchó en gastos y comisiones.
Mientras tanto, las autoridades estatales, encargadas por los insurgentes de elegir al nuevo presidente, decidieron el 17 de marzo elegir a Santa Anna para la presidencia. Lombardini ahora comenzó a recibir órdenes de Santa Anna, y el 12 de abril, Lombardini le otorgó a Santa Anna el título de capitán general. Lombardini entregó oficialmente el cargo de presidente el 20 de abril.
Vida posterior
Tras renunciar a la presidencia, Lombardini retuvo el cargo de jefe de la guarnición capitalina y siguió apoyando a Santa Anna. Sin embargo, su salud se deterioró y murió de neumonía el 22 de diciembre de 1853. Su muerte recibió muy poca atención, ya que se vio ensombrecida por la restauración de Santa Anna.
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