Mambo (música)

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Género de música cubana

Mambo es un género de música bailable cubana iniciado por la charanga Arcaño y sus Maravillas a fines de la década de 1930 y luego popularizado en el estilo de big band por Pérez Prado. Se originó como una forma sincopada del danzón, conocida como danzón-mambo, con una sección final improvisada, que incorporaba los guajeos típicos del son cubano (también conocidos como montunos). Estos guajeos se convirtieron en la esencia del género cuando lo tocaban big bands, que no interpretaban las tradicionales secciones del danzón y se inclinaban por el swing y el jazz. A fines de la década de 1940 y principios de la de 1950, el mambo se había convertido en una "locura de baile" en los Estados Unidos cuando su danza asociada se apoderó de la costa este gracias a Pérez Prado, Tito Puente, Tito Rodríguez y otros. A mediados de la década de 1950, un estilo de baile de salón más lento, también derivado del danzón, cha-cha-cha, reemplazó al mambo como el género de baile más popular en Norteamérica. No obstante, el mambo siguió gozando de cierto grado de popularidad hasta la década de 1960 y aparecieron nuevos estilos derivados, como el dengue; en la década de 1970 se había incorporado en gran medida a la salsa.

Historia

Orígenes en Cuba

Las primeras raíces del mambo se remontan al danzón de nuevo ritmo, más tarde conocido como danzón-mambo, popularizado por la orquesta Arcaño y sus Maravillas dirigida por el flautista Antonio Arcaño.

Orestes López y su hermano Israel López "Cachao", principales compositores de las Maravillas, fueron los primeros en denominar una sección final alegre e improvisada del popular danzón cubano como un mambo. Esta innovación es un paso clave en el proceso de evolución del danzón, que con el paso de los años había perdido progresivamente su rigidez estructural en beneficio de músicos y bailadores. Antes del danzón de nuevo ritmo, en 1910, José Urfé había añadido por primera vez un montuno (sección de cierre improvisada típica del son) como parte final de su composición El bombín de Barreto. Esta fue una sección de swing consistente en una frase musical repetida, que introdujo algunos elementos del son en el danzón. A mediados y finales de la década de 1930, algunos integrantes del grupo Arcaño decían vamos a mambear ("let's mambo") al referirse al montuno o improvisación final. del danzón. Fue el violonchelista de Arcaño, Orestes López, quien creó el primer danzón llamado "Mambo" (1938). En esta pieza se combinaron algunos motivos sincopados tomados del estilo del son con pasajes de flauta improvisados.

Antonio Arcaño describió el mambo de la siguiente manera: "El mambo es un tipo de montuno sincopado que posee el encanto rítmico, la informalidad y la elocuencia del pueblo cubano. El pianista ataca el mambo, la flauta lo recoge e improvisa, el violín ejecuta acordes rítmicos en dobles registros, el contrabajo intercala un tumbao, el timbalero toca el cencerro, el güiro raspa y toca el ritmo de las maracas, la indispensable tumba (conga) reafirma el bajo tumbao y fortalece el timbal."

1940-1952: "Latón" Mambo en la Ciudad de México

Dámaso Pérez Prado, pianista y arreglista de Matanzas, Cuba, estableció su residencia en La Habana a principios de la década de 1940 y comenzó a trabajar en clubes nocturnos y orquestas, como Paulina Alvarez's y Casino de La Playa.. En 1949 viajó a México en busca de oportunidades laborales y logró un gran éxito con un nuevo estilo, al que asignó un nombre que ya había usado Antonio Arcaño, el mambo.

El estilo de Pérez Prado difería del concepto de mambo anterior. El nuevo estilo poseía una mayor influencia del jazz norteamericano y una instrumentación ampliada que constaba de cuatro a cinco trompetas, cuatro a cinco saxofones, contrabajo, batería, maracas, cencerro, congas y bongos. Este nuevo mambo incluía un pegadizo contrapunto entre las trompetas y los saxofones que inducía al cuerpo a moverse con el ritmo, estimulado al final de cada frase musical por una característica expresión sonora de garganta profunda.

Debido a que su música estaba dirigida a un público que vivía principalmente fuera de Cuba, Pérez Prado utilizó una gran cantidad de influencias internacionales, especialmente norteamericanas, en sus arreglos. Esto es evidente en sus arreglos de canciones como "Mambo Rock", "Patricia" y "Tequila", donde usa un "swing" estadounidense de tres metros. ritmo fusionado con elementos de la rumba cubana y el son. Pérez Prado ganó éxitos como "Mambo No. 5" y "Mambo No. 8" en 1950. El auge del mambo alcanzó su punto máximo en los EE. UU. a principios de la década de 1950, cuando Pérez Prado llegó al número uno de las listas estadounidenses con una versión cha-cha-chá de "Cherry Pink (and Apple Blossom White)". El repertorio de Pérez Prado incluyó numerosas piezas internacionales como "Cerezo Rosa", "María Bonita", "Tea For Two", "La Bikina& #34;, "Cuando Calienta El Sol", "Malagueña" y "En Un Pueblito Español", entre muchos otros.

Las grabaciones de Prado estaban pensadas para los mercados latino de América Latina y los Estados Unidos, pero algunos de sus mambos más célebres, como "Mambo No. 5" y "Que Rico El Mambo", rápidamente llegaron a una audiencia estadounidense más amplia.

El cantor cubano Beny Moré también vivió en México entre 1945 y 1952. Allí compuso y grabó algunos mambos con orquestas mexicanas, especialmente la de Rafael de Paz; grabaron "Yiri Yiri Bon", "La Culebra", "Mata Siguaraya", "Solamente Una Vez" y 'Bonito Y Sabroso'. Benny y Pérez Prado grabaron 28 canciones de mambo, incluidas "La Múcura", "Rabo Y Oreja" y "Pachito E'ché". En esta época Benny también grabó con la orquesta de Jesús "Chucho" Rodríguez.

Mambo en la ciudad de Nueva York: 1947-1960

El mambo llegó en 1947 y la música y el baile del mambo se hicieron populares poco después. Las compañías discográficas comenzaron a usar mambo para etiquetar sus discos y los anuncios de lecciones de baile de mambo estaban en los periódicos locales. La ciudad de Nueva York había hecho del mambo un fenómeno cultural popular transnacional. En Nueva York, el mambo se tocaba de una manera sofisticada y nerviosa que hacía saltar al Palladium Ballroom, el famoso salón de baile de Broadway. The Ballroom pronto se autoproclamó el "templo del mambo", para los mejores bailarines de la ciudad: Mambo Aces, Cha Cha Taps, "Killer Joe" Piro, Augie y Margo Rodríguez. Augie y Margo seguían bailando 50 años después (2006) en Las Vegas.

Algunos de los bailarines y bandas de mambo más grandes de Nueva York de la década de 1950 incluyen: Augie & margo, michael terraza &amperio; elita, carmen cruz &amperio; Gene Ortiz, Larry Selon &amperio; Vera Rodríguez, Mambo Aces(Anibal Vasquez and Samson Batalla), Cha Cha Taps (Carlos Arroyo and Mike Ramos), Killer Joe Piro, Paulito and Lilon, Louie Maquina, Pedro Aguilar ("Cuban Pete"), Machito, Tito Rodríguez, José Curbelo, Akohh, and Noro Morales.

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