Luis de Velasco y Ruiz

Ajustar Compartir Imprimir Citar

Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón (1511 - 31 de julio de 1564) fue el segundo virrey de la Nueva España durante la colonización española de América a mediados del siglo XVI.

Biografía

Velasco nació en la localidad de Carrión de los Condes, en la provincia de Palencia, en 1511. Hijo de un rico noble, Velasco recibió educación formal desde muy joven. En 1547, se había convertido en virrey y líder de las fuerzas armadas españolas en el Reino de Navarra.

Impresionado con los logros de Velasco y su lealtad a la corona española, el emperador Carlos V (Rey Carlos I de España) lo envió a la Nueva España, en 1550, para tratar los problemas de las colonias españolas, entre ellos la esclavitud y el sistema de encomienda. Lo acompañaba su hijo, Luis de Velasco, marqués de Salinas, futuro virrey de la Nueva España. Velasco reemplazó al anterior virrey, Antonio de Mendoza.

A Mendoza se le había dado a elegir entre el Virreinato de México o el del Perú, con Velasco para ocupar el otro cargo. Velasco llegó a San Juan de Ulúa, Nueva España, el 23 de agosto de 1550. Pasó el mes de septiembre en Puebla, mientras Mendoza hacía su elección. Finalmente los dos hombres decidieron encontrarse en Cholula, y allí Mendoza eligió Perú. El 25 de noviembre de 1550, Velasco hizo su entrada oficial a la Ciudad de México, convirtiéndose así en virrey de la Nueva España. Sirvió hasta su muerte allí el 31 de julio de 1564.

Velasco ayudó a los nativos a defenderse de los abusos de los dueños de esclavos mineros de oro y liberó a 15.000 esclavos indios. El 25 de enero de 1553, Velasco inauguró la Real y Pontificia Universidad de México. Encargó la fundación de los pueblos de San Miguel el Grande (hoy San Miguel de Allende), Durango (1563), San Felipe de Ixtlahuaca y Nombre de Dios. También instituyó servicios públicos como hospitales y fuerzas del orden para los nativos.

En 1558, México experimentó su primera gran inundación de la era española, y luego una epidemia. El virrey hizo todo lo que estuvo a su alcance para ayudar a las numerosas víctimas.

Hasta 1560, Velasco gobernó con autoridad ilimitada. Aunque no había cometido abusos, en ese año la Audiencia y otros poderosos españoles intentaron influir en el emperador para que limitara la autoridad del virrey requiriendo la autorización previa de sus acciones por parte de la Audiencia.

En sus últimos años, Velasco centró sus esfuerzos en establecer asentamientos en Florida, explorar el Océano Pacífico y buscar más riquezas para el Imperio. En 1559, Velasco envió una flota de 13 barcos al mando de Tristán de Luna y Arellano para establecer asentamientos en la costa este de Florida. La expedición fracasó cuando los asentamientos fueron golpeados por el hambre y las peleas con guerreros nativos hostiles. Los españoles se vieron obligados a abandonarlos.

A principios de 1564, Velasco encargó a Miguel López de Legazpi y Andrés de Urdaneta que dirigieran una expedición por el Pacífico hasta las Islas de las Especias, donde habían desembarcado Fernando de Magallanes y Ruy López de Villalobos en 1521 y 1543. Velasco murió en 1564. A su muerte, se descubrió que en lugar de enriquecerse en el cargo, se había endeudado por su preocupación por los pobres y los indios. Le sucedió Francisco Ceinos como virrey interino en 1564 y Gastón de Peralta, marqués de Falces como virrey permanente en 1566.