Loísmo
El loísmo, con su contraparte femenina laísmo, es una característica de ciertos dialectos del español que consiste en el uso de los pronombres lo, la, los y las (que normalmente se usan para objetos directos) en lugar de los pronombres le y les (que se utilizan para objetos indirectos). El loísmo y el laísmo están restringidos casi por completo a algunos dialectos del centro de España; están virtualmente ausentes del lenguaje formal y escrito. En la práctica el laísmo es mucho más frecuente que el loísmo.
Un ejemplo simple sería decir lo hablé (lit. "Le hablé"), la hablé (lit. "Le hablé"), los hablé (lit. "Les hablé [masculino]"), o las hablé (lit.. "Les hablé [femenino]") donde un hablante de un dialecto sin loísmo diría le(s) hablé (lit. "Le hablé a él/ella/ellos").
Esto significa efectivamente la pérdida de un marcador de caso declinacional. La diferencia entre lo (caso acusativo) y le (caso dativo) son remanentes de la declinación latina. La tendencia general en la evolución del español ha sido eliminar tales declinaciones, pero la mayoría de los dialectos del español han conservado esta característica para los pronombres de objeto. Simplemente sucede que los hablantes con loísmo han perdido aún más esta distinción, reemplazándola con una distinción diferente de tipo semántico.
Otro efecto del loísmo y el laísmo es que el género del complemento indirecto es más claro de lo que sería usando le. Un problema con los dialectos que no pertenecen al loísmo es que el pronombre le es ambiguo, ya que no especifica el género. Por ejemplo, le doy un beso puede significar "Le doy un beso", "Le doy un beso" o incluso "Te doy un beso (formal)". Una forma de evitar esta ambigüedad es aclarar el pronombre con una frase preposicional; para nuestro ejemplo, esto significaría le doy un beso a él, le doy un beso a ella, o le doy un beso a usted, respectivamente. Como lo indica masculino y laindica femenino, usar loísmo y laísmo significa que esta aclaración no es necesaria.
Loísmo también aparentemente puede cambiar el significado de ciertas frases, ya que algunos verbos adquieren un significado diferente según el caso de sus objetos. Por ejemplo, le pegué significa "lo golpeé", pero un hablante con loísmo diría lo pegué, que literalmente significa "lo pegué/pegué (en algo)" en dialectos sin loísmo.
Loísmo y la Real Academia Española
La Real Academia Española enumeró loísmo y laísmo como correctos en 1771; sin embargo, condenó su uso en 1796. La guía de gramática en línea de la Academia actualmente los etiqueta como "inapropiados".
La falta de aceptación por parte de la RAE ha provocado que se adjudique cierto estigma clasista o social al loísmo y a quienes lo utilizan. Esto a menudo conduce a la hipercorrección, con loístas eligiendo el pronombre le incluso para objetos directos como una forma de leísmo.
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