Ley de citas

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La Ley de Citaciones (Lex citationum) fue una ley romana promulgada en Rávena en el año 426 d. C. por el emperador Valentiniano III, o más bien por su madre regente, Galla Placidia Augusta, al Senado y al pueblo de Roma, e incluía tanto a Teodosio Compilación de la ley II de 438 (Códice Teodosiano 1, 4, 3) y la primera edición del Códice Justiniano. Fue diseñado para ayudar a los jueces a manejar grandes cantidades de escritos de juristas sobre un tema y así llegar a una decisión. Según el historiador legal Alan Watson, "Esta Ley de citas marca un punto bajo de la jurisprudencia romana, ya que [declara] que la opinión correcta se encuentra contando cabezas, no eligiendo la mejor solución".No obstante, "no mostraba ningún instinto de estadista" y puede verse como un intento de simplificar la adjudicación en la práctica, "en oposición a la creciente ignorancia y la corrupción e injusticia ubicuas de la época".

Se otorgó autoridad a Ulpiano, Gayo, Paulo, Papiniano y Modestino, ya que fueron algunos de los juristas destacados del período clásico. También se dio autoridad a las citas utilizadas por los juristas. Si hubiera un conflicto entre los juristas, prevalecería la opinión de la mayoría. En el caso de que hubiera un número par de vistas por cada lado, se aplicaría la vista de Papinianus. Si Papinianus no expresaba ninguna opinión, el juez sería entonces libre de usar su propio juicio. Los juristas clásicos menores también podrían citarse con la condición de que al menos dos manuscritos relevantes pudieran cotejarse para verificar su cita correcta. Eso habría sido importante, especialmente en situaciones en las que las obras de los juristas menores eran escasas y, por lo tanto, sospechosas.