Lenguas aislantes

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Una lengua aislante es un tipo de lengua con una relación morfema por palabra cercana a uno, y sin morfología flexiva alguna. En el caso extremo, cada palabra contiene un solo morfema. Ejemplos de idiomas aislados ampliamente hablados son el igbo en África occidental y el vietnamita (especialmente su registro coloquial) en el sudeste asiático.

Un concepto estrechamente relacionado es el de lenguaje analítico, que utiliza poca o ninguna flexión para indicar relaciones gramaticales. Los lenguajes aislador y analítico tienden a coincidir ya menudo se identifican. Sin embargo, los lenguajes analíticos como el inglés aún pueden contener palabras polimorfémicas en parte debido a la presencia de morfemas derivativos.

Los lenguajes aislantes contrastan con los lenguajes sintéticos, donde las palabras a menudo consisten en múltiples morfemas. Esa clasificación lingüística se subdivide en las clasificaciones fusional, aglutinante y polisintética, que se basan en cómo se combinan los morfemas.

Explicación

Aunque históricamente las lenguas se dividieron en tres tipos básicos (aislantes, flexivas, aglutinantes), los tipos morfológicos tradicionales se pueden clasificar según dos parámetros distintos:

  • proporción de morfemas por palabra (cuántos morfemas hay por palabra)
  • grado de fusión entre morfemas (cuán separables son los morfemas flexivos de las palabras según las unidades de significado representadas)

Se dice que una lengua es más aislante que otra si tiene una proporción menor de morfemas por palabra.

Para ilustrar la relación entre las palabras y los morfemas, el término inglés "rice" es una sola palabra que consta de un solo morfema (arroz). Esta palabra tiene una proporción de morfema por palabra de 1:1. Por el contrario, "apretones de manos" es una sola palabra que consta de tres morfemas (mano, apretón, -s). Esta palabra tiene una proporción de morfema por palabra de 3:1. En promedio, las palabras en inglés tienen una proporción de morfemas por palabra sustancialmente mayor a uno.

Es perfectamente posible que una lengua tenga un morfema flexivo pero más de una unidad de significado. Por ejemplo, la palabra rusa vídyat /видят 'ellos ven' tiene una relación de morfema por palabra de 2:1, con dos morfemas: la raíz vid- /вид-, que transmite el significado del aspecto imperfectivo, y el morfema flexivo -yat / -ят que se declina para cuatro unidades de significado (sujeto en tercera persona, sujeto plural, tiempo presente/futuro, modo indicativo). Efectivamente, tiene cuatro unidades de significado en un morfema inseparable: -yat /-ят.

Los idiomas que son relativamente más aislados tienen una proporción de morfemas por palabra que se acerca a 1:1. Un lenguaje puramente aislante carecería de cualquier morfología visible ya que ninguna palabra tendría una estructura compositiva interna en términos de piezas de palabras (es decir, morfemas) y, por lo tanto, carecería de morfemas ligados como afijos.

La proporción de morfemas por palabra es una categoría escalar que va desde proporciones bajas (que se acercan a 1:1) en el polo hipotético aislador de la escala, hasta una proporción alta de morfemas por palabra. Cuanto mayor es la proporción global, menos aislador y más sintético es el lenguaje.

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