La falacia del historiador
La falacia del historiador es una falacia informal que se produce cuando se supone que quienes tomaban decisiones en el pasado vieron los acontecimientos desde la misma perspectiva y tenían la misma información que quienes analizaron posteriormente la decisión. No debe confundirse con el presentismo, un modo de análisis histórico similar pero distinto en el que las ideas actuales (como las normas morales) se proyectan al pasado. La idea fue expresada por primera vez por el crítico literario británico Matthew Arnold en 1880 y posteriormente nombrada y definida por el historiador estadounidense David Hackett Fischer en 1970.
Concepto
La idea de que un crítico puede hacer interpretaciones erróneas de obras pasadas debido al conocimiento de eventos posteriores fue expresada por primera vez por Matthew Arnold. En su ensayo de 1880 El estudio de la poesía, escribió:
El curso del desarrollo del lenguaje, el pensamiento y la poesía de una nación es profundamente interesante; y por lo que se refiere a la obra de un poeta como etapa en este curso de desarrollo podemos fácilmente llevarnos a hacerla de mayor importancia como poesía que en sí mismo realmente lo es, podemos llegar a utilizar un lenguaje de elogios exagerados en criticarlo; en definitiva, superarlo. Así surge en nuestros juicios poéticos la falacia causada por la estimación que podemos llamar histórica.
El concepto de falacia del historiador fue nombrado y esbozado en 1970 por David Hackett Fischer, quien sugirió que era análogo a la falacia del psicólogo William James. Fischer no sugirió que los historiadores deberían abstenerse de realizar análisis retrospectivos en su trabajo, pero les recordó que sus sujetos no eran capaces de ver el futuro. Como ejemplo, citó el conocido argumento de que el ataque sorpresa de Japón a Pearl Harbor debería haber sido predecible en Estados Unidos debido a los numerosos indicios de que un ataque era inminente. Lo que este argumento pasa por alto, dice Fischer, citando el trabajo de Roberta Wohlstetter, es que había innumerables signos contradictorios que sugerían posibilidades distintas a un ataque a Pearl Harbor. Sólo en retrospectiva las señales de advertencia parecen obvias; Las señales que apuntaban en otras direcciones tienden a olvidarse. (Ver también sesgo en retrospectiva).
En el campo de la historia militar, los historiadores a veces utilizan lo que se conoce como la "técnica de la niebla de guerra" con la esperanza de evitar la falacia del historiador. En este enfoque, las acciones y decisiones del sujeto histórico (como un comandante militar) se evalúan principalmente sobre la base de lo que esa persona sabía en ese momento, y no sobre acontecimientos futuros que la persona no podría haber conocido. Según Fischer, esta técnica fue iniciada por el historiador estadounidense Douglas Southall Freeman en sus influyentes biografías de Robert E. Lee y George Washington.
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