Julio Argentino Roca
Alejo Julio Argentino Roca Paz (17 de julio de 1843 – 19 de octubre de 1914) fue un general del ejército y estadista que sirvió como Presidente de Argentina de 1880 a 1886 y de 1898 a 1904. Roca es el representante más importante de la Generación del '80 y es conocido por dirigir la conquista del desierto, una serie de campañas militares contra los pueblos indígenas de la Patagonia a veces consideradas un genocidio.
Durante sus dos mandatos como presidente, se produjeron muchos cambios importantes, en particular importantes proyectos de infraestructura de ferrocarriles e instalaciones portuarias; aumento de la inversión extranjera, junto con la inmigración procedente de Europa y, en particular, la inmigración a gran escala procedente del sur de Europa; expansión de los sectores agrícola y pastoril de la economía; y laicización de la legislación que fortalece el poder estatal.
La principal preocupación política exterior de Roca fue establecer límites fronterizos con Chile, que nunca se había determinado con precisión. En 1881 Argentina adquirió territorio por tratado con Chile.
La crianza y la carrera temprana

Roca nació en la ciudad noroccidental de San Miguel de Tucumán en 1843 en el seno de una prominente familia local. Egresado del Colegio Nacional en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. Antes de cumplir los 15 años, Roca ingresó al ejército de la Confederación Argentina, el 19 de marzo de 1858. Siendo todavía un adolescente, fue a luchar como oficial subalterno de artillería en la lucha entre Buenos Aires y las provincias del interior, primero del lado de la provincias y posteriormente en representación de la capital. También luchó en la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay entre 1865 y 1870. Roca ascendió al rango de coronel sirviendo en la guerra para reprimir la revuelta de Ricardo López Jordán en Entre Ríos. El presidente Nicolás Avellaneda lo ascendió posteriormente a general luego de su victoria sobre el general rebelde José M. Arredondo en la batalla de Santa Rosa, al frente de las fuerzas leales. Roca veía al ejército "como un agente de unificación nacional" y su experiencia en el ejército "amplió su comprensión de Argentina y de la clase alta provincial".
Comienzos políticos

En 1878, durante la presidencia de Nicolás Avellaneda, asumió como Ministro de Guerra y le correspondió preparar una campaña que pusiera fin al "problema fronterizo" tras el fracaso del plan de Adolfo Alsina (su antecesor). Varios grupos indígenas defendieron sus territorios tradicionales y frecuentemente atacaron asentamientos fronterizos no indígenas, tomando caballos y ganado y capturando a mujeres y niños, que fueron esclavizados u ofrecidos como novias a los guerreros. Sin embargo, la actitud de Roca hacia las comunidades indias de las Pampas fue completamente diferente a la de Alsina, quien había ordenado la construcción de un foso y una línea defensiva de pequeñas fortalezas a lo largo de la provincia de Buenos Aires. Roca no vio otra manera de poner fin a los ataques nativos (malones) que no fuera poner bajo control gubernamental efectivo todas las tierras hasta el Río Negro en una campaña (conocida como la Conquista del Desierto) que " extinguir, someter o expulsar" los indios que allí vivían. "Comenzó la campaña contra los ranqueles", que finalmente resultó en la "transferencia del 35% del territorio nacional de los indios a los caudillos locales. Esta conquista de tierras también fortalecería la posición estratégica de Argentina frente a Chile.
Ideó un "tentáculo" movimiento, con oleadas de 6.000 unidades de caballería provenientes coordinadamente de Mendoza, Córdoba, Santa Fé y Buenos Aires en julio de 1878 y abril de 1879 respectivamente, con un saldo oficial de casi 1.313 nativos americanos muertos y 15.000 hechos prisioneros, y se le atribuye la Liberación de varios centenares de rehenes europeos.
Primera presidencia

A mediados de 1879, tras la muerte de Alsina, Roca se convirtió en el líder más prestigioso del Partido Autónomo Nacional, y fue propuesto como candidato por el gobernador de Córdoba, Miguel Celman, y en Buenos Aires por el médico Eduardo. Wilde; Rápidamente obtuvo el apoyo de la mayoría de los gobernadores estatales argentinos. Las elecciones presidenciales del 11 de abril, que resultaron con una victoria arrolladora para los votantes de Roca, excepto en Buenos Aires y Corrientes. El 13 de junio el Colegio Electoral se reunió y eligió Presidente General Roca y Vicepresidente Francisco Bernabé Madero. Pero en Buenos Aires se gestaba una revolución contra el triunfo de Roca. Cuatro días después comenzaron los combates, que finalizaron el 25 de junio con un acuerdo entre la provincia y la nación; la revolución de 1880 había costado 3.000 muertos. Poco antes de la toma de posesión presidencial Roca aprobó en el Congreso la federalización de Buenos Aires.
Bajo su mandato se aprobaron las llamadas "leyes laicistas" (Leyes Laicas), que nacionalizaron una serie de funciones que antes estaban bajo control de la Iglesia. También creó el llamado Registro Civil, un índice de todos los nacimientos, defunciones y matrimonios. El presidente Roca también hizo gratuita la educación primaria al nacionalizar las instituciones educativas administradas por la Iglesia. Esto provocó una ruptura en las relaciones con el Vaticano. Roca presidió una era de rápido desarrollo económico impulsado por la inmigración europea a gran escala, la construcción de ferrocarriles y el auge de las exportaciones agrícolas. En mayo de 1886 Roca fue objeto de un fallido intento de asesinato.
Participación política continua

Roca mismo había presentado a Juárez Celman como su sucesor, que era su cuñado. Sin embargo, Celman se distanciaba de Roca. El gobierno de Celman fue finalmente empañado por la crisis de Baring y acusaciones de corrupción.
Roca no participó en el intento de revolución de 1890 contra Celman, que fue instigado por Leandro N. Alem y Bartolomé Mitre (Unión Cívica, después Unión Cívica Radical). Sin embargo, le complació la debilidad resultante de Miguel Juárez Celman.
Después de su primera presidencia, Roca siguió siendo importante políticamente, convirtiéndose en senador y ministro del Interior durante el gobierno de Carlos Pellegrini. Luego de la renuncia del presidente Luis Sáenz Peña en enero de 1895, José Evaristo Uriburu asumió la presidencia, cuando Roca era presidente del Senado. Por ello, Roca asumió nuevamente las funciones de Presidente entre el 28 de octubre de 1895 y el 8 de febrero de 1896, cuando Uriburu se encontraba enfermo.
Segunda presidencia

A mediados de 1897 el Partido Autonomista Nacional presentó una vez más a Roca como candidato presidencial. Sin oposición, pudo iniciar un segundo mandato regular el 12 de octubre de 1898. Durante su segunda presidencia, se aprobó la Ley de Residencia, que permitió expulsar a algunos de los habitantes de Argentina. s líderes sindicales, que eran anarquistas y socialistas no ciudadanos considerados peligrosos para Argentina.
Durante esta presidencia se introdujo el servicio militar en 1901 y una disputa fronteriza con Chile se resolvió en 1902 cantando los Pactos de Mayo y erigiendo al Cristo Redentor de los Andes con la importante ayuda de Ángela de Oliveira Cézar de Costa, la hermana de su amante Guillermina Oliveira Cézar. Luis Drago, ministro de Relaciones Exteriores de Roca, articuló la Doctrina Drago de 1902, afirmando que las potencias extranjeras no podían cobrar las deudas públicas de los estados soberanos estadounidenses mediante la fuerza armada o la ocupación de territorio. La deuda externa de Argentina aumentó en este período, aunque el crecimiento económico continuó. Roca no pudo continuar su dominio político y esencialmente no pudo nombrar a su sucesor. El segundo mandato de Roca terminó en 1904 y se considera menos exitoso que el primero.
Años posteriores

En 1912 Roca fue nombrado Embajador Especial de Argentina en Brasil por el presidente Roque Sáenz Peña. Roca regresó a Argentina en 1914 y murió en Buenos Aires el 19 de octubre de 1914. Fue enterrado en el cementerio de La Recoleta de Buenos Aires.
Su hijo, Julio Argentino Roca, Jr., se convirtió en vicepresidente de Argentina de 1932 a 1938.
Legado
El pensamiento de Roca ha sido asociado a la idea de Juan Bautista Alberdi en torno a la idea de una "república posible": un gobierno republicano, con amplias libertades civiles y económicas pero con ejercicio de derechos políticos. vida restringida a las elites gobernantes. La posible república daría paso a la verdadera república, de carácter plenamente democrático. El ideal de una posible república, con su línea políticamente conservadora, fue una de las fuentes de conflicto político que propició el surgimiento de diversas oposiciones, incluso de los propios miembros de la Generación del 80.
Durante el siglo XX, Roca fue reconocido como uno de los estadistas que forjaron las bases de la moderna república argentina. Como tal, Roca ha sido honrada designando ciudades, departamentos, lagos, calles, avenidas, plazas, monumentos, parques, escuelas y vías férreas en todo el país. Ejemplos de ello son la ciudad de General Roca en la provincia de Río Negro, la localidad de Presidencia Roca en la provincia del Chaco; la localidad de Presidente Roca en la provincia de Santa Fe; la Colonia Roca de la provincia de Entre Ríos; Departamento General Roca de la provincia de Córdoba. En Buenos Aires, una vía importante y un ramal de ferrocarril llevan su nombre y en 1941 se erigió una estatua ecuestre de él.
En los últimos años, ha habido una creciente reevaluación del lugar de Roca en la historia argentina, particularmente su participación en la Conquista del Desierto. Algunos grupos afirman que cometió genocidio contra los nativos argentinos. Quienes consideran a Roca un genocida han propuesto quitar el nombre Roca de los lugares y áreas con los que ha sido homenajeado.
Libros
- General Julio A. Roca y sus campañas en la Pampa, 1878-1879, por Robert Carter Burns (1960).
- Carlos Pellegrini y la crisis de las élites argentinas, 1880-1916, por Douglas W. Richmond (1989).
- Soy Roca, por Félix Luna (1989).