Juan Escoto Eriúgena
John Scotus Eriugena, también conocido como Johannes Scotus Erigena, John el Scoto John el irlandés ()c.800– c. 877) era un filósofo neoplatonista irlandés, teólogo y poeta de la Edad Media Temprana. Bertrand Russell lo llamó "la persona más asombrosa del siglo IX". El Stanford Encyclopedia of Philosophy afirma que "es el intelectual irlandés más importante del período monástico temprano. Por lo general es reconocido como el filósofo sobresaliente (en términos de originalidad) de la era carolingia y de todo el período de la filosofía latina que se extiende desde Boecio hasta Anselm".
Escribió varias obras, pero hoy en día es más conocido por haber escrito De Divisione Naturae ("La división de la naturaleza"), o Periphyseon, que ha sido llamado el "logro final" de la filosofía antigua, una obra que "sintetiza los logros filosóficos de quince siglos". La preocupación principal de De Divisione Naturae es desarrollarse desde φύσις (physis), que Juan define como "todas las cosas que son y que no son" toda la estructura integrada de la realidad. Eriugena logra esto a través de un método dialéctico elaborado a través de exitus y reditus, que entrelaza la estructura de la mente humana y la realidad producida por el λόγος (logos) de Dios.
Eriugena generalmente se clasifica como neoplatónico, aunque no fue influenciado directamente por filósofos paganos como Plotino o Jámblico. Jean Trouillard afirmó que, aunque dependía casi exclusivamente de los textos teológicos cristianos y del canon cristiano, Eriugena "reinventó la mayor parte de las tesis del neoplatonismo".
Sucedió a Alcuino de York (c. 735–804) como director de la Escuela del Palacio de Aquisgrán. También tradujo e hizo comentarios sobre la obra de Pseudo Dionisio el Areopagita y fue uno de los pocos filósofos de Europa occidental de su época que sabía griego, después de haberlo estudiado en Irlanda. Una tradición medieval posterior cuenta que Eriúgena fue asesinado a puñaladas por sus alumnos en Malmesbury con sus plumas, aunque esto puede ser más bien alegórico.
Nombre
La forma "Eriugena" es utilizado por Juan Escoto para describirse a sí mismo en un manuscrito. Significa "nacido en Irlanda (Ériu)". "Escoto" en la Edad Media era el término latino para "irlandés o gaélico", por lo que su nombre completo se traduce como "John, el gaélico nacido en Irlanda". "Scotti" era el término latino tardío para los irlandeses, siendo la propia Irlanda Escocia (o en el período medieval "Escocia Mayor", para distinguirla de Escocia Menor, es decir, la Escocia moderna). La ortografía "Scottus" Tiene la autoridad de los primeros manuscritos hasta quizás el siglo XI. De vez en cuando también se le llama "Scottigena" ("nacido en Irlanda") en los manuscritos.
Según Jorge Luis Borges, el sobrenombre de John puede interpretarse como el repetitivo "irlandés".
No debe confundirse con el filósofo escocés posterior John Duns Scotus.
Vida
Johannes Scotus Eriugena se educó en Irlanda. Se mudó a Francia (hacia 845) por invitación del rey carolingio Carlos el Calvo. Sucedió a Alcuino de York (735-804), el principal estudioso del Renacimiento carolingio, como director de la Escuela del Palacio. La reputación de esta escuela aumentó enormemente bajo el liderazgo de Eriúgena, y el rey lo trató con indulgencia. Mientras que Alcuino era un maestro de escuela más que un filósofo, Eriúgena era un destacado erudito griego, una habilidad que, aunque rara en aquella época en Europa occidental, se utilizó en la tradición de aprendizaje de la Irlanda temprana y medieval, como lo demuestra el uso de la escritura griega. en manuscritos irlandeses medievales. Permaneció en Francia durante al menos treinta años, y es casi seguro que fue durante este período cuando escribió sus diversas obras.
Mientras comía con el rey Carlos el Bald John rompió el viento. Esto fue aceptable en la sociedad irlandesa pero no en Frankish. Entonces se dice que el rey dijo que "Juan me dice lo que separa a un escocés (Irishman) de un lugar (un tonto)?". Juan contestó "Oh sólo una mesa" y el rey se rió.
La última parte de su vida no está clara. Hay una historia que en 882 fue invitado a Oxford por Alfred el Grande, trabajado allí durante muchos años, se convirtió en abad en Malmesbury, y fue apuñalado a muerte por sus alumnos con sus alumnos Styli. Si esto se debe tomar literalmente o figurativamente no es claro, y algunos eruditos piensan que puede referirse a algunos otros Johannes. William Turner dice que la tradición no tiene apoyo en los documentos contemporáneos y bien puede haber surgido de alguna confusión de nombres por parte de historiadores posteriores.
Probablemente nunca salió de Francia, y la fecha de su muerte generalmente se indica como 877. A partir de las pruebas disponibles, es imposible determinar si era un clérigo o un laico; las condiciones generales de la época hacen probable que fuera un clérigo y quizás un monje.
Teología
La obra de Eriúgena se basa en gran medida en Orígenes, San Agustín de Hipona, Pseudo-Dionisio el Areopagita, San Máximo el Confesor y los Padres Capadocios. La visión general de Eriúgena de la realidad, tanto humana como divina, estuvo fuertemente influenciada por el neoplatonismo. Veía la totalidad de la realidad como una "jerarquía graduada"; cosmología de declinaciones graduales de la Divinidad, similar a Proclo, y también vio en todas las cosas un doble movimiento de procesión y reversión: que todo efecto permanece en su causa o principio constitutivo, procede de ella y regresa a ella. Según Deirdre Carabine, ambos "direcciones" deben entenderse como intrínsecamente entrelazados y no como movimientos o procesos separados.
"Porque la procesión de las criaturas y el regreso de las mismas están tan íntimamente asociadas en la razón que las considera que parecen ser inseparables de la otra, y es imposible que cualquiera dé un relato digno y válido de uno mismo sin introducir el otro, es decir, de la procesión sin el retorno, la colección y viceversa."
Juan Escoto Eriugena también era un católico devoto. Pittenger sostiene que, con demasiada frecuencia, quienes han escrito sobre él parecen haber imaginado a Juan como alguien que pasó su vida esforzándose por disfrazar su propio neoplatonismo personal con un fino atuendo cristiano, pero que nunca logró disfrazar su verdadera tendencia.. "Esto es falso e injusto. Cualquiera que se haya tomado la molestia de leer a Erigena, y no sólo de leer sobre él, y más particularmente uno que haya estudiado con simpatía el De Divisione Naturae, no puede cuestionar la profunda fe cristiana y la devoción de este pensador irlandés. ni dudar de su profundo amor por Jesucristo, el Hijo de Dios encarnado. En medio de largas y algo áridas discusiones metafísicas, uno se topa de vez en cuando con pasajes como el siguiente, seguramente el grito de un alma apasionadamente cristiana: O Domine Jesu, nullum aliud praemium, nullam aliam beatitudinem, nullum aliud gaudium a te postulo, nisi ut ad purum absque ullo errore fallacis theoriae verba tua, quae per tuum sanctum Spiritum inspirata sunt, intelligam (Migne ed., ioioB)." Los padres griegos eran los favoritos de Eriúgena, especialmente Gregorio el Teólogo y Basilio el Grande. De los latinos, apreciaba mucho a Agustín. La influencia de éstos fue hacia la libertad y no hacia la restricción en la especulación teológica. Esta libertad la reconciliaba con su respeto por la autoridad docente de la Iglesia tal como él la entendía.
Sobre el Cuerpo y la Sangre del Señor
La primera de las obras atribuidas a Eriúgena durante este período fue un tratado pseudoepigráfico sobre la Eucaristía, Sobre el cuerpo y la sangre del Señor, que no se ha conservado. En él parece haber avanzado la doctrina de que la Eucaristía era meramente simbólica o conmemorativa, opinión por la cual Berengario de Tours fue posteriormente censurado y condenado en el Concilio de Vercelli en 1050. Como parte de su penitencia, Berengario es Se dice que se vio obligado a quemar públicamente este tratado. Ahora sabemos que este tratado no fue escrito por Eriugena, sino por Ratramnus de Corbie.
De Divina Praedestinatione
Eriugena era considerado ortodoxo por sus autoridades y unos años más tarde fue seleccionado por Hincmar, arzobispo de Reims, para defender la doctrina de la libertad de voluntad contra el predestinarianismo extremo del monje Gottschalk (Gotteschalchus), cuya visión de la predestinación pre- imaginé la posición calvinista. La Iglesia católica se opuso a la posición de Gottschalk porque negaba el valor inherente de las buenas obras y lo condenó en el Concilio de Quiersy de 835. Se ha conservado el tratado De Divina Praedestinatione compuesto para esta ocasión, y Probablemente fue por su contenido que la ortodoxia de Eriúgena se volvió sospechosa. Eriugena argumenta la cuestión de la predestinación enteramente sobre bases especulativas y comienza con la audaz afirmación de que la filosofía y la religión son fundamentalmente una y la misma. Aún más significativo es su manejo de la autoridad y la razón. Eriúgena ofreció una breve prueba de que sólo puede haber predestinación para los buenos, pues todos los hombres están llamados a ser santos.
La visión de Agustín sobre la predestinación prefiguró el debate como tal: los seres humanos no pueden querer el bien sin la acción de la gracia divina. Puesto que dependen de la gracia, se deduce que los seres humanos no pueden salvarse a sí mismos; eso significa que algunas personas están predestinadas a la salvación.
El punto de vista de Eriugena, tal como lo expone en este "tratado escrito bastante apresuradamente", es que debido a que Dios es simple e inmutable, no puede haber nada en absoluto que pueda ser predestinado. Eriugena explica la predestinación de Dios como el conocimiento de Dios de las causas primordiales. Carabina describe el argumento de Eriúgena contra la doble predestinación de la siguiente manera: Dios no puede predestinar la voluntad humana, y las personas son bendecidas o castigadas por su propia voluntad. Dado que el libre albedrío de los seres humanos puede ser mal utilizado, los pecados deben ser culpa de los individuos. El pecado y el mal, y el hecho de que algunas almas estén condenadas, no pueden implicar un cambio en Dios o un defecto en el poder de Dios; Si aceptamos la opinión de Gottschalk, Dios es responsable del pecado y del mal. La salida de Eriúgena a esta difícil situación se basa en la idea neoplatónica de que Dios como bien es simplemente existencia y, por tanto, lo contrario del no ser. El mal y el pecado son negaciones que, de hecho, no existen y no pueden ser causadas por Dios.
"Además de los argumentos basados en la comprensión dialéctica del ser y el no ser y la unidad de la naturaleza de Dios, Eriugena también invoca los principios de la teología negativa en su respuesta a Gottschalk' Es herejía. La presciencia y la predestinación implican nociones temporales en Dios, que trasciende el tiempo. Dado que Dios es simple e inmutable, las ideas, los signos y el lenguaje no pueden significar adecuadamente la naturaleza divina."
Así, Dios no puede predestinar alma alguna a la condenación; más bien, la pecaminosidad humana crea su propio infierno. Éste fue, en resumen, el caso que Eriugena presentó a Hincmar para su escrutinio. Por un lado, contra Gottschalk, Eriugena había seguido a Agustín en el sentido de que las faltas de los malvados y su consiguiente condenación son su propia responsabilidad. Pero como Eriúgena había negado la posibilidad de la predestinación de los elegidos a la bienaventuranza eterna, había contradicho a Agustín; Por esta razón, Hincmar finalmente rechazó el tratado.
La obra fue atacada calurosamente por Drepanius Florus, canónigo de Lyon, y Prudencio, y fue condenada por dos concilios: el de Valence III 855, y el de Langres en 859. Por el concilio anterior sus argumentos fueron descritos como Pultes Scotorum ("gachas irlandesas") y commentum diaboli ("un invento del diablo").
Traducción del Corpus Areopagiticum
En algún momento de los siglos anteriores a Eriúgena se había desarrollado una leyenda de que Saint Denis, el primer obispo de París y santo patrón de la importante Abadía de Saint-Denis, era la misma persona que Dionisio el Areopagita mencionado en Hechos 17.34. y Pseudo-Dionisio el Areopagita, una figura cuyos escritos aún no circulaban en Occidente en el siglo IX. En consecuencia, en la década de 820, los embajadores del emperador bizantino en la corte de Luis el Piadoso donaron a Luis un manuscrito griego del corpus dionisíaco, que fue inmediatamente entregado a la abadía de Saint Denis al cuidado del abad Hilduin. Hilduino procedió a dirigir una traducción del corpus dionisíaco del griego al latín, basándose en este único manuscrito.
Poco después, probablemente a mediados del siglo IX, Eriugena hizo una segunda traducción latina del corpus dionisíaco, y mucho más tarde escribió un comentario sobre "La Jerarquía Celestial". Esta constituye la primera gran recepción latina del Areopagita. No está claro por qué Eriugena hizo una nueva traducción tan pronto después de la de Hilduin. A menudo se ha sugerido que la traducción de Hilduino fue deficiente; Aunque es una posibilidad, fue una traducción útil. Otra posibilidad es que las energías creativas de Eriúgena y su inclinación hacia los temas teológicos griegos lo motivaron a realizar una nueva traducción.
El siguiente trabajo de Eriugena fue una traducción latina de Dionisio el Areopagita realizada a petición de Carlos el Calvo. No era probable que una traducción de los escritos del Areopagita alterara la opinión ya formada sobre la ortodoxia de Eriúgena. El Papa Nicolás I se sintió ofendido porque la obra no había sido sometida a aprobación antes de ser entregada al mundo, y ordenó a Carlos que enviara a Eriúgena a Roma, o al menos que lo despidiera de su corte. Sin embargo, no hay pruebas de que esta orden se haya cumplido.
A petición del emperador bizantino Miguel III (c. 858), Eriugena emprendió algunas traducciones al latín de las obras de Pseudo-Dionisio y añadió su propio comentario. Con esta traducción, continuó la tradición de San Agustín y Boecio al introducir las ideas del neoplatonismo griego en la tradición intelectual de Europa occidental, donde iban a tener una fuerte influencia en la teología cristiana.
También tradujo De hominis opificio de San Gregorio de Nisa y Ambigua ad Iohannem de San Máximo Confesor.
De Divisione Naturae
Alcance del trabajo
La obra maestra de Eriugena, De Divisione Naturae (Sobre la división de la naturaleza) o Perifisón, está organizado en cinco libros. Se le ha llamado el "logro final" de la filosofía antigua, una obra que "sintetiza los logros filosóficos de quince siglos". La forma de exposición es la de un diálogo catequético entre un teólogo y su alumno, y el método de razonamiento es la antigua silogística. Naturaleza (Natura en latín o physis [φύσις] en griego) es el nombre de la más comprensiva de todas las unidades, aquella que contiene en sí misma la división más primaria de todas las cosas., lo que es (ser) y lo que no es (no ser). Se presenta, como el libro de Alcuino, como un diálogo entre Maestro y Alumno. Eriugena se anticipa a Santo Tomás de Aquino, quien decía que no se puede saber y creer una cosa al mismo tiempo.
Eriugena explica que la razón es necesaria para comprender e interpretar la revelación. "La autoridad es la fuente del conocimiento, pero la razón de la humanidad es la norma por la cual se juzga toda autoridad."
Sergei N. Shushkov ha desafiado las corrientes dominantes de la erudición de Eriugena al señalar estos puntos clave con respecto al enfoque de la estructura, la progresión interna y el propósito del De Divisione Naturae:
- En lugar de las divisiones específicas de la Naturaleza, los modos de interpretar el ser y el no ser son para el verdadero objeto constitutivo de cada libro del Periphyseon (de ahí, de las cinco partes de su sistema, pero cuatro divisiones).
- La división cuatro veces de la Naturaleza debe ser interpretada no como una estructura básica del sistema ofrecido por Eriugena, sino como un medio de introducir la dialéctica al cuerpo de la teología a través del discurso y la negación de la jerarquía metafísica específica de San Agustín, indicando el modo de resolución de la contradicción teológica cardinal (Dios hace y no crea al mismo tiempo).
- Así, uno no debe asociar la obra de Eriugena con la exploración de la división de la Naturaleza de Dios, sino reinterpretarlo como un inmenso proyecto anti-división para ser entendido como un giro importante en la historia del pensamiento cristiano totalmente centrado en la verdad de la unidad y la perfección de Dios, y la vida humana vivida asentándose a ella.
Las cuatro divisiones de la naturaleza
El título latino se refiere a estas cuatro divisiones de la naturaleza:
- Creando y no creado.
- Creado y creado.
- Creado y no creado.
- No crear y no crear.
El primero es Dios como fundamento u origen de todas las cosas; el segundo, ideas o formas platónicas como logoi, siguiendo el ejemplarismo de San Máximo y Agustiniano; el tercer mundo, el mundo corpóreo de los fenómenos y el mundo de la materia formada; y el último es Dios como fin o meta final de todas las cosas, y aquello a lo que finalmente regresa el mundo de las cosas creadas. La tercera división es la contraparte dialéctica de la primera, la cuarta de la segunda. La inspiración de esta división proviene de la Ciudad de Dios de Agustín: "La causa de las cosas, por tanto, la que hace pero no es hecha, es Dios; pero todas las demás causas hacen y son hechas." Las divisiones primera y cuarta deben entenderse de Dios, consideradas alternativamente como la causa eficiente y sustentadora de todo lo que depende de Él, y el fin teleológico de todo:
Hagamos entonces una colección “analítica” o regresiva de cada uno de los dos pares de las cuatro formas que hemos mencionado para llevarlos a una unidad. El primero, entonces, [y] cuarto son uno ya que se entienden de Dios [solo]. Para Él es el Principio de todas las cosas que han sido creadas por Él, y el fin de todas las cosas que le buscan para que en Él puedan encontrar su descanso eterno e inmutable. Por la razón por la cual se dice que la Causa de todas las cosas crea es que es de ella que el universo de las cosas que han sido creadas después de ella (y) [por ella] procede por una multiplicación maravillosa y divina en géneros y especies y individuos, y en diferencias y todas las otras características que se observan en la naturaleza creada; pero debido a que es a la misma Causa que todas las cosas que proceden de ella volverán cuando lleguen a su fin, por lo llaman todo Por una vez todas las cosas han regresado a ella nada más procederá de ella por generación en lugar y tiempo (y) géneros y formas ya que en ella todas las cosas estarán en reposo y permanecerán indivisibles e inmutables. Porque las cosas que en las procesiones de las naturalezas parecen dividirse y dividirse en muchas están en las causas primordiales unificadas y una, y a esta unidad volverán y en ella permanecerán eterna e inmutablemente. Pero este cuarto aspecto del universo, que, como el primero también, se entiende que existe sólo en Dios, recibirá un tratamiento más detallado en su lugar apropiado, en lo que la Luz de las Mentes concederá (nosotros). Ahora lo que se dice de lo primero y cuarto, es decir, que ni el uno ni el otro se crea ya que el uno y el otro son Uno - porque ambos están predicados de Dios - no serán oscuros, creo, a cualquiera que use su inteligencia de derecho. Para aquello que no tiene causa superior o igual a sí mismo es creado por nada. Porque la Primera Causa de todas las cosas es Dios, a quien nada precede (ni) es algo comprendido (ser) junto con Aquel que no es coesencial con Él. ¿Ves entonces que las primeras y cuartas formas de la naturaleza se han reducido a una unidad?
Estas divisiones no deben entenderse como separadas y dentro de la naturaleza de Dios, sino que no son Dios en absoluto sino nuestro pensamiento de Dios porque estamos obligados, por la constitución misma de nuestra mente, a pensar en un comienzo. y un final. Pero la segunda y la tercera división no existen simplemente en nuestro pensamiento, sino en las cosas mismas y son las cosas en sí mismas en las que realmente se dividen las causas y los efectos. La segunda división representa las causas primordiales, de las cuales el Logos es la unidad y el agregado. Todo lo que vemos dividido y multiplicidad en la naturaleza es uno en las causas primarias. La tercera división representa el universo creado; es todo lo que se conoce en generación, en tiempo y en espacio. Estas divisiones de la Naturaleza no significan que Dios sea el género de la criatura, o que la criatura sea una especie de Dios, aunque Gregorio Nacianceno sí dice, pars Dei sumus, que es un uso metafórico del lenguaje, para expresar la verdad de que en Dios vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser, que sigue el mismo Eriúgena. Las cuatro divisiones son un ejemplo de análisis que desciende de lo más general a lo más especial, y luego invierte el proceso y resuelve los individuos en especies, las especies en géneros, los géneros en esencias y las "esencias en la sabiduría de la Deidad, de donde Todas estas divisiones surgieron y dónde terminan.
Modos de no ser
Le sigue en importancia a la división cuádruple de la Naturaleza para la comprensión de la filosofía de Eriúgena, su división quíntuple del no ser. Es fundamental para el esquema de Erigena que la Naturaleza, como nombre general de todas las cosas, comprende tanto las cosas que son como las que no son. Todo lo que es percibido por los sentidos o comprendido por el intelecto se dice que es (esse). Los cinco modos de no ser son los siguientes:
- El no ser como la inefable Divinidad: Todo eso por la excelencia de su naturaleza (per excellentiam suae naturae) escapa al alcance de los sentidos y del intelecto. La esencia de todas las cosas pertenece a esta categoría. Lo que se conoce es una especie de accidente de la sustancia subyacente, desconocida e inconocible. Sabemos cualquier cosa por calidad y cantidad, forma, materia, diferencia, tiempo y espacio. Pero la esencia de ella, a la que se adhieren, no podemos saber. Puesto que esta esencia no puede ser conocida por nosotros, no existe para nosotros.
- El no ser como la inaccesibilidad de lo superior a lo inferior: Derivado desde el primer modo de no ser, en el orden de la Naturaleza, la afirmación de la existencia superior es la negación de lo inferior, y la negación de la existencia inferior es la afirmación de lo superior. Cualquier cosa es, en la medida en que es "conocido por sí mismo o por lo que está por encima de ella; no es, en la medida en que no puede ser comprendido por lo que está debajo de ella.
- No ser como toda la existencia latente o seminal o potencial: Todos los hombres que existirán fueron creados potencialmente en el primer hombre; todas las plantas que existirán ahora potencialmente en la semilla de las plantas existentes. Pero en este sentido, la existencia real es existencia, y la existencia potencial no es existencia.
- No ser como lo que es fenomenal y material: Todo lo que existe por generación como forma de materia en el espacio y el tiempo, y es susceptible de aumentar y disminuir. Todo esto no es, en pleno sentido de ser. Sólo lo que es solamente comprendido por el intelecto es ser real. Todo lo demás es apariencia y no realidad.
- No ser como pecado: Este último modo de no ser pertenece sólo a la naturaleza humana. El hombre correctamente está en la imagen de Dios: hasta ahora pierde la imagen de Dios por el pecado, no lo es. Cuando es restaurado a él en Cristo, él es de nuevo, como dice san Pablo Apóstol: Quien llama las cosas que no son como si fueran.
Teología catafática y apofática
Esta dimensión de la teología de Eriúgena consiste en gran medida en su herencia intelectual directa del Pseudo-Dionisio el Areopagita. Si bien el mismo predicado puede ser correctamente afirmado y negado por Dios, la afirmación es metafórica (metaphorice) pero verdaderamente indicativa, la negación es literal (proprie). Esto depende del hecho de que todo pensamiento humano implica un contrario, y Dios, como Absoluto, está más allá de todas las oposiciones, porque Él es la reconciliación y la resolución de los contrarios y las tensiones. Por lo tanto, para Eriugena, se puede decir que Dios es essentia, ya que es concebido como la esencia de todo lo que es, pero estrictamente Él no es essentia (de lo cual el lo contrario es nihil) porque Dios está más allá de la oposición, por lo que es más apropiadamente super-essentia. De manera similar, Él es más que bueno y más que bondad, más que eterno y más que eternidad. El uso de frases como estas es el intento de unir la afirmación y la negación en una sola afirmación, ya que lo Absoluto involucra tanto lo positivo como lo negativo. Pero, como lo ve Eriugena, cada uno de estos intentos de expresar la naturaleza de Dios mediante super- es en realidad una negación. Decir que Dios es supraesencial no es decir lo que es, sino lo que no es. En verdad, Dios está más allá de todas las palabras y de todo pensamiento, porque sobrepasa todo intelecto, y se le conoce mejor sin saberlo, y en todas las cosas es más verdaderamente negado que afirmado.
Teofanía
Es por tanto uno de los principios fundamentales de Eriugena que es imposible conocer a Dios tal como Él es. Sabemos que Él es, pero no lo que Él es. Sólo se le conoce por las cosas que ha creado, es decir, sólo por la teofanía, como argumentó antes que él Dionisio Areopagita. El sentido que Eriugena atribuye a esta frase no es particularmente claro ni consistente. En general, parece significar toda manifestación de Dios a través de la creación. Pero sólo el alma devota está preparada para recibir las manifestaciones superiores, y sólo a esas almas se les conceden. Las palabras de Máximo se citan como definición de teofanía en el sentido más estricto. "Hasta donde la mente humana asciende en amor, así desciende la sabiduría divina en misericordia." La "creación" del mundo es en realidad una teofanía, o manifestación de la Esencia de Dios en las cosas creadas. Así como Él se revela a la mente y al alma en una verdad intelectual y espiritual superior, así también se revela a los sentidos en el mundo creado que nos rodea. La creación es, por tanto, un proceso de desarrollo de la Naturaleza Divina. La teofanía, por tanto, en este sentido más restringido, es, por parte del hombre, una ascensión a Dios en la que todo buen deseo y obra es un paso, y por parte de Dios, una revelación de sí mismo al espíritu humano en tal sentido. la moda como nuestra inteligencia puede entenderla.
La naturaleza de Dios
Dios es ἄναρχος (ánarkhos), es decir; sin principio, sin causa, absolutamente autosuficiente, poseedor único de aseitas. La esencia de Dios es incomprensible, como lo es el οὐσία de todo lo que existe. Pero así como nuestro intelecto humano, que es uno e invisible en sí mismo, se manifiesta en palabras y hechos, y expresa su pensamiento en letras y figuras, así la Esencia Divina, que está muy por encima del alcance de nuestro intelecto, se manifiesta en el universo creado. En este sentido, incluso se puede decir que es creado en lo que es hecho por él, por él y en él. Eriugena sigue aquí fundamentalmente a San Pablo Apóstol al decir que la Naturaleza Divina se hace, de donde nace la Palabra de Dios en el corazón. De modo que se puede decir, en este sentido estrictamente calificado, que la Naturaleza Divina se crea a sí misma en la medida en que crea a partir de sí misma la naturaleza de las cosas.
Filioque
Mientras Dios es ἄναρχος, estrictamente hablando Eriugena argumenta, sólo el Padre es ἄναρχος, ya que el Hijo y el Espíritu tienen un principium en el Padre y son generados y cospirados respectivamente. Si bien Eriúgena confía en los griegos incluso más que en los Padres occidentales, y en ocasiones muestra simpatía por Constantinopla, es un firme defensor de la cláusula filioque. Eriúgena sostiene que, así como el Espíritu Santo procede del Padre a través del Hijo, así el Hijo nace del Padre a través del Espíritu Santo tanto en la Encarnación como, en un sentido muy diferente, en el bautismo.
Intersubjetividad
Moran se refiere a las inteligencias comunicantes (es decir, el ser humano fusionado con y en Dios) dentro del esquema teológico de Eriugena como constitutivas de un sistema "intersubjetivo" dominio de la figuración circular que Eriugena hereda de Boecio: "Eriugena no tiene una comprensión moderna del sujeto aislado y encerrado en sí mismo. Más bien, tiene la idea de un nous que, como elemento 'circular' movimiento alrededor de Dios y puede llegar a estar en unidad con Él." Asimismo, la descripción que hace Boecio en la Consolación señala que la relación entre la Providencia y el Destino es como un conjunto de órbitas concéntricas alrededor de un eje, con la Providencia como el propio eje inmóvil y el Destino ocupando las órbitas más externas, que deben recorrer distancias cada vez más largas alrededor de ese eje. centro. Tanto para Eriúgena como para Boecio, en la medida en que un alma puede infundirse con la Divinidad, que es el centro omnipresente, también puede ser absorbida en su naturaleza indivisa y no dual, y dejar de experimentar la distensión de estar dividida en dos. múltiples direcciones alcanzando así la bienaventuranza.
Además, Moran sostiene que la noción de intersubjetividad está en la filosofía de Eriugena y es "antijerárquica, parecida a una burbuja". Eriugena escribe sobre una comunión que se produce en la mente a través de la penetración intelectual, de modo que siempre que el intelecto conoce algo perfectamente, "se hace en esa cosa y se vuelve uno con ella". La explicación de Eriugena de su esquema cosmológico revela cómo la jerarquía tradicional de los ángeles colocados por encima de lo humano es transfigurada de manera única por la revelación cristiana y plegada a través de la proximidad del alma a lo divino:
Si miras más de cerca la relación mutua y la unidad que existen entre las naturalezas inteligibles y racionales, descubrirás de inmediato que no sólo la naturaleza angélica establecida en el humano sino también el humano se establece en el angélico. Porque es creado en todo lo que el intelecto puro tiene el conocimiento más perfecto y se convierte en uno con él. Tan de cerca eran las naturalezas humanas y angélicas asociadas, y así serían ahora si el primer hombre no hubiera pecado, que los dos se hubieran convertido en uno. Incluso como esto está empezando a suceder en el caso de los hombres más altos, de los cuales son los primogénitos entre las naturalezas celestiales. Además el ángel es hecho en el hombre, por la comprensión del ángel que está en el hombre, y el hombre está en el ángel por la comprensión del hombre que está establecido en el ángel. Porque, como he dicho, el que tiene un entendimiento puro es creado en lo que él entiende. Así la naturaleza inteligible y racional del ángel se crea en la naturaleza inteligible y racional del hombre, así como la naturaleza del hombre se crea en la naturaleza del ángel, a través del conocimiento mutuo por el cual el ángel entiende el hombre y el hombre ángel.
Convertirse en otro a través del abrazo o la absorción mutua representa una complicación medieval de las jerarquías puramente de arriba hacia abajo, a menudo representativas del neoplatonismo clásico. Son complicados en la medida en que, en un nivel de estructura la jerarquía permanece, pero en otro nivel, es trascendida e incluida en una noción más amplia de un yo divino único (es decir, refracción de red). Una concordancia medieval posterior se encuentra con Santo Tomás de Aquino, quien en el siglo XIII escribió que, cuando una entidad espiritual existe plena y completamente en algo, contiene esa cosa y no está contenida en ella. Gardiner señala que esto es similar a la ontología orientada a objetos, que en la relación de conocimiento, un sujeto entra en contacto con un Otro fuera de sí mismo, no en el interior de ese Otro, sino más bien en el interior de la relación. -con-ese-Otro-como-objeto.
Ignorancia aprendida
En De Divisione Naturae de Eriugena, la parte más excelente de nuestra naturaleza como movimiento es el nous, y como esencia es οὐσία. Toda emanación o "división" y todas las devoluciones o "análisis" comienza y termina en οὐσία. Sólo se conoce en este proceso exitus-reditus; inmediatamente no es cognoscible ni genéricamente ni en particular. Según Wayne J. Hankey, la ambigüedad que había en Boecio está ausente en Eriugena, quien confía mucho más en su trinitarismo: οὐσία nombra al Uno, la Divinidad compartida entre las personas. La Divina "nada por excelencia" está "más allá de todas las cosas que son y que no son". Al sumergirse en esta naturaleza divina, de la que se dice no ser "por su inefable excelencia y su incomprensible infinidad», Eriúgena sigue el apofatismo del Pseudo-Dionisio hasta sus extremos hacia & #34;el brillo inefable, incomprensible e inaccesible de la bondad divina, desconocido para cualquier intelecto", y por tanto más allá de la actividad del intelecto. El logro místico de esta ascensión a Dios se logra mediante el aprendizaje de la ignorancia; un esfuerzo entrenado para ir más allá del pensamiento discursivo. Según Trouillard, la ignorancia aprendida es esencial para la dignidad humana y su papel cósmico:
Dios no se conoce. Y la razón de esta ignorancia, es que Dios no es nada... Dios... permanece... inaccesible a todo pensamiento y es comunicable sólo como movimiento. Por lo tanto, distinguimos en Dios, por así decirlo, dos niveles: el de la Deidad, que es un centro irremediablemente oscuro, y el de Dios el Creador, que, por los rayos que él proyecta, se hace conocido a través de sus criaturas... Nuestro espíritu es en sí mismo una espontaneidad silenciosa y, sin embargo, se manifiesta al exterior y a sí mismo por señales y figuras... Porque está a imagen de Dios nuestra mente no es nada, y por eso expresa la totalidad del universo. Convertirse en los significados que emite, se crea en ellos, y sin embargo se niega a definirse por sus propias creaciones.
Dios está íntimamente tejido con el ser humano como el ser humano lo está con la Divinidad. Eriúgena llegó a entender la naturaleza humana como algo más que el ser, "aquello en lo que se pueden encontrar todas las cosas", dijo. sino que más bien se convirtió; “aquello en lo que se crean todas las cosas”. El humano es el taller de la creación; Como imago Dei, el ser humano es imagen del creador. Es el medio en el que Dios se conoce y se crea a sí mismo a partir de su propia nada inconsciente, precisamente porque, únicamente entre los seres, el humano posee todas las formas de conocimiento e ignorancia, incluida la sensación. Donald Duclow explica el matrimonio indisoluble entre ambos:
Eriugena coloca al ser humano entre las causas primordiales dentro de la Palabra divina. También describe a la humanidad como creada en la imagen y semejanza de Dios, con dos características básicas: (1) una auto-ignorancia por la cual la humanidad sabe sólo que es, no lo que es; y (2) un conocimiento propio que abraza toda la creación, visible e invisible. En el primero, el ser humano refleja la irreconocible trascendencia de Dios. En segundo lugar, el ser humano se convierte —en la frase de Maximus— en el taller de todas las cosas, officina omnium, y refleja fielmente la sabiduría creativa de Dios. Simultáneamente trascendiendo y abrazando todo el orden creado, la humanidad se convierte así en una imagen precisa de su ejemplar divino.
Esta es la razón por la que Eriugena, si bien es un maestro de la dialéctica de sabor racionalista griego, es capaz paradójicamente de "alabar la ignorancia más que el conocimiento". Es precisamente este alejamiento de la multiplicidad discursiva que sólo puede hacer un gesto hacia Dios, pero nunca capturarlo por completo, lo que concuerda mejor con Dios:
Porque la mente humana se conoce, y otra vez no se conoce. Porque sabe que es, pero no sabe lo que es. Y como hemos enseñado en los libros anteriores es esto lo que revela más claramente la imagen de Dios estar en el hombre. Porque así como Dios es comprensible en el sentido de que puede ser deducido Su creación que él es, e incomprensible porque no puede ser comprendida por ningún intelecto, ya sea humana o angelical ni siquiera por Él mismo lo que es, ya que Él no es una cosa sino superesencial: así a la mente humana se le da conocer una sola cosa, que es — pero en cuanto a lo que es, no se permite ninguna clase de noción; y, un hecho que es extraño aún y, a aquellos que estudian a Dios Por lo tanto, la Semejanza Divina en la mente humana es más claramente discernida cuando sólo se sabe que es, y no se sabe lo que es; y, si así lo pongo, lo que es, se niega en ella, y sólo que es, se afirma. Tampoco es irrazonable. Porque si se supiera que es algo, entonces a la vez sería limitado por alguna definición, y por lo tanto dejaría de ser una expresión completa de la Imagen de su Creador, Quien es absolutamente ilimitada y contenida dentro de ninguna definición, porque Él es infinito, más allá de todo lo que puede ser dicho o comprendido, superesencial.
Presunto panteísmo
De Divisione Naturae fue condenado por un concilio en Sens por Honorio III (1225), por parecer promover la identidad de Dios y la creación, y por Gregorio XIII en 1585. Según Max Bernhard Weinstein, Eriugena defendió algo así como una definición panenteísta de la naturaleza. El teólogo luterano Otto Kirn criticó severamente a Weinstein, alegando generalizaciones radicales y afirmaciones superficiales relacionadas con Eriugena y otros teólogos neoplatónicos similares. Eriugena sostuvo que para volver a Dios, primero debe salir de Él y por eso el propio Eriugena negó ser panteísta. Étienne Gilson también argumentó que el supuesto panteísmo de Eriugena derivaba de una mala comprensión de la naturaleza de la "división" en el Perifisón. Gilson escribe que cuando leemos a Eriugena, "naturaleza" no se entiende como una totalidad de la cual Dios y las criaturas son partes; o como un género del que Dios y las criaturas serían especies. Dios no es todas las cosas, ni todas las cosas son Dios y Eriúgena nos dice explícitamente que tal concepción es un engendro. La división de la naturaleza significa el acto por el cual Dios se expresa en declinación jerárquica y se da a conocer en una jerarquía de seres que son distintos e inferiores a él por ser grados inferiores de la realidad; "Sin embargo, en realidad, Erigena sólo significa que todas y cada una de las criaturas son esencialmente una manifestación, bajo la forma del ser, de lo que está por encima del ser". La esse de un ser no es más que una luz irradiada por la superesse, que es Dios."
El historiador de la filosofía Frederick Copleston resumió el asunto así:
Si uno toma un conjunto particular de declaraciones aisladas de Juan Scotus uno tendría que decir que él era un panteísta o un teista. Por ejemplo, la afirmación de que la distinción entre las etapas segunda y tercera de la Naturaleza se debe solamente a las formas de razonamiento humano es en sí misma claramente panteísta, mientras que la afirmación de que la distinción sustancial entre Dios y las criaturas siempre se preserva es claramente teísta. Puede parecer que deberíamos optar por uno o el otro fijado de manera incalificada, y es esta actitud que ha dado lugar a la noción de que John Scotus era un panteísta consciente que hizo concesiones verbales a la ortodoxia con su lengua en su mejilla. Pero si uno se da cuenta de que era un cristiano sincero, que aun trataba de reconciliar la enseñanza cristiana con una filosofía predominantemente neo-palatónica o más bien de expresar la sabiduría cristiana en el único marco del pensamiento que estaba a la mano, que resultaba predominantemente neo-palatónica, también debería ser capaz de darse cuenta de que, a pesar de las tensiones implicadas y la tendencia a racionalizar el dogma cristiano, en cuanto al punto de vista subjetivo del filósofo.
Apocatástasis
Se cree que Eriugena defendió una forma de apocatástasis o reconciliación universal, que sostiene que el universo eventualmente será restaurado bajo el dominio de Dios. Sin embargo, su forma de apocatástasis es bastante única. No es universalismo cristiano, sino más bien parte de una escatología neoplatónica más amplia. A medida que el cosmos para Eriugena despliega gradualmente los grados de realidad de la Divinidad, también los diversos grados se entrelazarán entre sí en un retorno cósmico a Dios, del cual la Encarnación de Cristo es una herramienta necesaria para tal reversión. Después de la resurrección, la división entre los sexos será abolida y el hombre elevado será como nunca había sucedido la caída para los elegidos. El cuerpo de cada persona volverá al alma de la que fue separado de modo que, "la vida se volverá sentido; el sentido se convertirá en razón y la razón se convertirá en pensamiento puro. Una cuarta etapa devolverá el alma humana a su causa primaria o Idea y, junto con el alma, al cuerpo que ha reabsorbido... El quinto y último momento de este "análisis" traerá de regreso la esfera terrestre al Paraíso. A medida que este movimiento se propagará de esfera en esfera, la naturaleza y todas sus causas se dejarán progresivamente impregnar de Dios como el aire lo es de la luz. A partir de ese momento no habrá nada más que Dios."
Sin embargo, para Eriúgena esta deificación no resulta en aniquilación, porque cree que las cosas son más reales en sus causas primordiales que en sí mismas, y como tal evade la apocatástasis origenística por la cual los grados inferiores de la realidad son aniquilados. Entonces, si bien todo ha regresado a Dios en el relato de Eriúgena, el infierno material es una “superstición pagana”, el castigo eterno permanece ya que “la distinción sobrenatural entre los elegidos y los condenados permanecerá”. entera y persistirá eternamente, pero cada uno será beatificado o castigado en su propia conciencia."
Influencia
La obra de Eriugena se distingue por la libertad de su especulación y la audacia con la que elabora su sistema lógico o dialéctico del universo. Marca una etapa de transición de la filosofía antigua a la escolástica posterior. Para él la filosofía no está al servicio de la teología. Su afirmación de que la filosofía y la religión son fundamentalmente una y la misma es repetida casi palabra por palabra por muchos de los escritores escolásticos posteriores, pero su significado depende de la selección de uno u otro término de la identidad como fundamental o primario. Para Eriúgena, la filosofía o razón es primera o primitiva; La autoridad o la religión es secundaria, derivada. La influencia de Eriúgena fue mayor entre los místicos, especialmente los benedictinos, que entre los lógicos, pero fue responsable de un resurgimiento del pensamiento filosófico que había permanecido en gran medida latente en Europa occidental después de la muerte de Boecio.
Eriugena generalmente se clasifica como neoplatónico, aunque no fue influenciado directamente por filósofos como Plotino o Jámblico. Jean Trouillard afirmó que, aunque dependía casi exclusivamente de los textos teológicos cristianos y del canon cristiano Eriugena, "reinventó la mayor parte de las tesis del neoplatonismo".
San Bernardo de Clairvaux
Dentro de la Orden Cisterciense del siglo XII, junto a Guillermo de Saint-Thierry, San Bernardo de la teología mística de Clairvaux fue fuertemente influenciado por la obra de Eriugena. Su influencia vino a Bernard a través de dos textos principales;
- i) La traducción de Eriugena de San Máximo Confesor.
- ii) De Divisione Naturae en sí mismo.
Tanto de San Máximo como de Eriugena toma prestado el concepto dionisíaco de excessus y una versión más suave de la reversión y procesión neoplatónica de Eriugena, pero combinándolo aún más con el relato juánico de Dios como amor.. "Todas las cosas se mueven hacia Dios como hacia el Bien Soberano inmóvil. El fin de su movimiento, que es también su propio bien, es alcanzar este Bien inmóvil. Las cosas naturales tienden a Él en virtud de su propia naturaleza; seres inteligentes a través del conocimiento y el amor. De ahí el movimiento extático que los lleva hacia Él... el efecto de este excessus es convertir a quien ama en fiat totum in toto amato (op. cit., 1 202 A), de tal modo que ya no le queda nada que querer por su propia voluntad. Circunscrito por Dios por todos lados, es como aire inundado de luz, o como hierro licuado en el fuego." Y al igual que Eriugena, la licuefacción y fusión del alma en éxtasis no implica su aniquilación, sino que mantiene la esencia del alma perfectamente intacta y la perfecciona aún más.
San. Hildegarda de Bingen
St. El Ordo Viritutum y Scivias de Hildegarda expresan gran influencia de Eriugena. Siguiendo los pasos del teólogo irlandés, Hildegarda admite audazmente la posibilidad de un individuo elevado por encima del ángel, lo que implica un contacto intersubjetivo dentro de la Divinidad. En esta interpretación medieval única de la escala ontológica, el medio platónico no sirve como un reflejo inferior sino como un tipo de interfaz que vincula los mundos divino y sublunar dentro de la mente de su usuario. Un tema común que ella también toma prestado de él es la noción de jerarquías cosmológicas, de arriba hacia abajo, que contienen y son trascendidas por lo humano como Imago Dei. Hildegarda también sigue a Eriugena en su explicación de la intersubjetividad, así como en su visión del regreso del alma a través del cosmos hacia Dios. "Las centralidades en red en el Ordo permiten que las tonalidades distantes se acerquen, colapsando progresiones lineales en estructuras sinópticas plegadas. De esta manera, la proximidad intersubjetiva de Eriugena a través de la absorción esférica... se convierte en uno de los principios organizadores del Ordo Virtutum en su conjunto, y en su expresión de lo que hoy podríamos llamar los aspectos fenomenológicos. de una peregrinación espiritual, la navigatio del alma a través del caos del mundo, su reordenamiento y el retorno al Uno, es decir, a la ciudad celestial Ordo Virtutum 86 (celestem Jerusalén)."
Nicolás de Cusa
Como sostiene Catà, la relación filosófica entre Juan Eriugena y el dialéctico Nicolás de Cusa, que conecta directamente a dos pensadores diferentes a lo largo de seis siglos, es un momento fundamental en la historia del neoplatonismo cristiano. Cusanus es el intérprete más significativo del pensamiento de Eriúgena, entre Eckhart y el idealismo alemán. "La fuerte influencia del filósofo irlandés en la obra de Cusanus es decisiva. La idea de Dios como el Uno infinito en el que están contenidos todos los seres; y la concepción del universo como una autocreación de Dios, elaborada por Eriugena, constituye el punto de apoyo del sistema metafísico de Cusanus."
Filosofía moderna
En general, se puede sorprender que incluso en el panteísmo del siglo XVII no haya conseguido una victoria completa sobre el teísmo; para las exposiciones europeas más originales, más finas y más exhaustivas de ella (nadie de ellas, por supuesto, llevará comparación con las Upanishads de la Vedas) todo llegó a la luz en ese período, a través de Bruno, Malebranche, Spinoza y Scotus Erigena. Después de que Scotus Erigena se había perdido y olvidado durante muchos siglos, fue de nuevo descubierto en Oxford y en 1681, así cuatro años después de la muerte de Spinoza, su trabajo vio la luz en impresión. Esto parece probar que la percepción de los individuos no puede hacerse sentir mientras el espíritu de la edad no esté maduro para recibirlo. Por otra parte, en nuestro panteísmo de día (1851), aunque presentado sólo en el avivamiento ecléctico y confundido de Schelling, se ha convertido en el modo dominante de pensamiento de los eruditos e incluso de las personas educadas. Esto se debe a que Kant lo había precedido con su derrocamiento del dogmatismo teísta y había aclarado el camino para él, por el cual el espíritu de la era estaba listo para él, así como un campo arado está listo para la semilla.
—Schopenhauer, Parerga y ParalipomenaVol. Yo, "Sketch of a History of the Doctrine of the Ideal and the Real".
Leszek Kołakowski, un estudioso polaco de Marx, ha mencionado a Eriugena como una de las principales influencias en la forma dialéctica de Hegel y, por tanto, de Marx. En particular, llamó a De Divisione Naturae un prototipo de la Fenomenología del espíritu de Hegel. La sistemática de Eriúgena se ganó la reputación de "Hegel del siglo IX". entre los estudiosos hegelianos alemanes.
Legado

Eriugena da su nombre a la escuela John Scottus de Dublín. John Scotus también apareció en el billete de £ 5 de la Serie B, en uso entre 1976 y 1992.
Bertrand Russell lo llamó "la persona más asombrosa del siglo IX". La Enciclopedia de Filosofía de Stanford afirma que "es el intelectual irlandés más importante del período monástico temprano". Generalmente se le reconoce como el filósofo más destacado (en términos de originalidad) de la era carolingia y de todo el período de la filosofía latina que se extiende desde Boecio hasta Anselmo.
Guillermo de Malmesbury
La divertida anécdota de Guillermo de Malmesbury ilustra tanto el carácter de Eriugena como el puesto que ocupó en la corte francesa. El rey preguntó: Quid dist inter sottum et Scottum? (¿Qué separa a un borracho de un irlandés? ?), Eriugena respondió, Tabula tantum (Sólo una mesa).
Los eruditos modernos no consideran a Guillermo de Malmesbury una fuente confiable sobre Juan Escoto Eriúgena. Por ejemplo, los eruditos ponen en duda sus informes de que Eriugena está enterrado en Malmesbury y dicen que William confundió a John Eriugena con un monje diferente llamado John. El relato de Guillermo sobre la forma en que murió Eriúgena, asesinado por las plumas de sus alumnos, también parece ser una leyenda. "Parece seguro que esto se debe a una confusión con otro Juan y que la forma de muerte de Juan está tomada de los Hechos de San Casiano de Imola. Fiesta: (en Malmesbury), 28 de enero."
Obras
Traducciones
- Johannis Scotti Eriugenae Periphyseon: (De Divisione Naturae), 3 vols, editado por I. P. Sheldon-Williams, (Dublin: Dublin Institute for Advanced Studies, 1968-1981) [el texto latino e inglés de Libros 1-3 de De Divisione Naturae]
- Periphyseon (División de la Naturaleza), tr. I. P. Sheldon-Williams and JJ O'Meara, (Montreal: Bellarmin, 1987) [El texto latino se publica en É. Jeauneau, ed, CCCM 161–165.]
- La Voz del Águila. El Corazón del Cristianismo Celta: la Homilía de Juan Scoto Eriugena en el prólogo al Evangelio de San Juan, traducido e introducido por Christopher Bamford, (Hudson, NY: Lindisfarne; Edimburgo: Floris, 1990) [reimpreso Gran Barrington, MA: Lindisfarne, 2000] [traducción de Homilia en prologum Sancti Evangelii secundum Joannem]
- Iohannis Scotti Eriugenae Periphyseon (De divisione naturae), editado por Édouard A. Jeauneau; traducido al inglés por John J. O'Meara e I.P. Sheldon-Williams, (Dublin: School of Celtic Studies, Dublin Institute for Advanced Studies, 1995) [el texto latino e inglés del libro 4 de De divisione naturae]
- Glossae divinae historiae: los brillos bíblicos de John Scottus Eriugena, editado por John J. Contreni y Pádraig P. Ó Néill, (Firenze: SISMEL Edizioni del Galluzzo, 1997)
- Intento sobre la predestinación divina, traducido por Mary Brennan, (Notre Dame, IN: University of Notre Dame Press, 1998) [traducción de De divina praedestinatione liber.]
- Un libro de texto de la teología mística de la Universidad de París: la teología mística de Dionisio el Areopagite en la traducción latina de Eriugena, con la Scholia traducida por Anastasio el bibliotecario, y Extractos del Periphyseon de Eriugena, traducido e introducido por L. Michael Harrington, Dallas textos medievales y traducciones 4, (París; Dudley, MA: Peeters, 2004)
- Paul Rorem, Comentario de Eriugena sobre la Jerarquía Divina, (Toronto: Pontificio Instituto de Estudios Medianos, 2005). [El texto latino se publica en Exposiciones en Ierarchiam coelestem Iohannis Scoti Eriugenae, ed J. Barbet, CCCM 31, (1975).]
- Iohannis Scotti Erivgenae: Carmina, editado por Michael W. Herren, (Dublin: Dublin Institute for Advanced Studies, 1993)