José Mariano Salas

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José Mariano de Salas (11 de mayo de 1797 - 24 de diciembre de 1867) fue un soldado y político mexicano que se desempeñó dos veces como presidente interino de México, una en 1846, durante la Guerra México-Estadounidense, y otra en 1859 durante la Guerra de Reforma.

Era un conocido partidario de Santa Anna, y su primera presidencia se llevó a cabo para él, después del derrocamiento de Mariano Paredes, mientras Santa Anna regresaba de un exilio. No obstante, Salas aún gobernó algunos meses y aprobó con energía medidas para unir al país y promover el esfuerzo bélico. A instancias de Santa Anna, Salas también restauró la Constitución de 1824, poniendo así fin a la República Centralista de México que había estado en vigor desde 1835.

Su segunda presidencia durante la Guerra de Reforma fue mucho menos agitada. Luego de una elección, fue asignado al cargo mientras llegaba el presidente electo Miguel Miramón y solo permaneció en el poder unos días. Mientras se establecía el Segundo Imperio Mexicano en 1863, la Asamblea de Notables lo eligió como parte del triunvirato ejecutivo que invitó a Maximiliano de Habsburgo a tomar el trono.

Primeros años de vida

Mariano Salas nació en la Ciudad de México en 1797. Después de recibir su educación primaria, se unió al ejército y participó en la Guerra de Independencia de México como cadete de infantería en el regimiento Infantes de Puebla. Inicialmente estuvo del lado de los españoles, pero se unió al Plan de Iguala en 1821, y durante el Primer Imperio Mexicano se puso del lado del congreso cuando estalló el conflicto armado contra el emperador Iturbide en 1823.

Tras el establecimiento de la Primera República Mexicana, defendió el gobierno de Guadalupe Victoria contra los insurgentes en el Plan de Montaño de 1827. Estuvo a cargo del décimo batallón estacionado en Guadalajara cuando los españoles intentaron invadir México en 1829, y él Luchó contra esa incursión, permaneciendo con la guarnición de Tampico el Alto hasta que partieron los españoles. Se sumó al Plan de Jalapa contra Vicente Guerrero, pero defendió el posterior gobierno de Anastasio Bustamante cuando se sublevó la milicia de San Luis Potosí. Durante el Plan de Veracruz de 1832 defendió hasta el final el gobierno de Bustamante, pero una vez consumado su derrocamiento, se mostró dispuesto a luchar por la adhesión al nuevo gobierno de Manuel Gómez Pedraza.

Durante la República Centralista de México participó en la guerra contra Texas y estuvo presente en la Batalla del Álamo, y regresó a Matamors después de la derrota decisiva en San Jacinto. Defendió al gobierno de las sublevaciones federalistas que se desarrollaban en todo el país durante este tiempo, y combatió al cacique federalista Mejía en la Hacienda de San Miguel La Blanca, en la que Salas resultó herido de bayoneta y se fracturó una costilla, pero por donde también fue ascendido a general de brigada. Durante el Levantamiento Federalista de 1840 en el que rebeldes federalistas invadieron el Palacio Nacional y tomaron como rehén al presidente. Marchó contra Palacio Nacional y fue segundo al mando de las fuerzas gubernamentales, Alcorta resultó herido, Salas fue designado para reemplazarlo.

Cuatro años más tarde fue nombrado comandante general de México y fue uno de los pocos individuos que permaneció leal a Santa Anna cuando fue derrocado en 1844, por lo que fue destituido por los rebeldes triunfantes de sus puestos militares. Cuando Mariano Paredes asumió la presidencia en 1846, lo devolvió al cargo de comandante general y lo nombró diputado al congreso constituyente que debía reunirse más adelante en el año y redactar una nueva constitución.

Presidencia

La Guerra México-Estadounidense estalló durante la presidencia de Paredes, y los primeros meses estuvieron llenos de desastres militares que llevaron a un aumento de la oposición contra el presidente. El 4 de agosto de 1846, Salas proclamó una revuelta contra el gobierno. La revolución tenía dos objetivos: uno era el regreso de Santa Anna y la convocatoria de un congreso constituyente para la revisión de la constitución. Incapaz de reprimir la revuelta, Paredes había renunciado a la presidencia y el 6 de agosto se llegó a un acuerdo con el presidente interino Nicolás Bravo, y Salas se convirtió en el nuevo presidente. Dirigió un manifiesto a la nación, declaró que se mantendrían todas las leyes del Congreso y derogó una ley que había reducido en una cuarta parte los salarios de los servidores públicos. Liberó a los presos políticos,Deseaba establecer fábricas para la fabricación de cañones y también buscó reunir fondos para el esfuerzo bélico.

Santa Anna desembarcó en Veracruz en agosto y proclamó su nuevo apoyo al sistema federal, a pesar de su papel fundador y su largo apoyo a la República Centralista de México. En consecuencia, Salas proclamó el restablecimiento de la Constitución de 1824. Compró armamento para los militares y dispuso un cuerpo de ingenieros. Prohibió las polémicas políticas en el diario oficial del Estado y permitió que Valentín Canalizo, que había sido desterrado con Santa Anna, regresara al país y ofreciera sus servicios para la guerra.Salas formó su gabinete con liberales y simpatizantes de Santa Anna, incluido el expresidente Valentín Gómez Farias, quien ahora recibió el cargo de ministro de Hacienda. Antes de asumir sus cargos, los ministros presentaron un plan para suprimir los peajes interiores, reformar las leyes autocráticas y promover la inmigración europea, pero todo ello basado en la continuación de la guerra apoyada en la unión de los militares y el pueblo. El ministro de Guerra, Juan Almonte, pidió a los estados que organizaran sus guardias nacionales, fijó los precios a los que se debían comprar las armas y envió al general Ampudia a Monterrey.

A fines de agosto llegó una propuesta de paz del gobierno estadounidense por intermediación del gobernador de Veracruz. El gobierno estadounidense aconsejó al presidente Salas que tratara la anexión de Texas como un hecho establecido e irrevocable. Salas decidió demorarse y respondió que no podía tratar el asunto hasta que se reuniera el Congreso. Salas pretendía continuar la guerra y resolvió despedir a todos los funcionarios públicos y soldados que no colaboraran con el esfuerzo bélico. Todos los hombres entre las edades de dieciséis y cincuenta años fueron llamados a luchar. Eliminó todas las restricciones a la importación y venta de armas, y la fabricación de pólvora. Llamó a cada estado a contribuir con un contingente de treinta mil soldados, nombró una comisión para formar los reglamentos de la guardia nacional.

El gobierno se sorprendió por la capitulación de Monterey el 24 de septiembre de 1846, todas sus municiones cayeron en manos de Zachary Taylor. Salas cambió las órdenes anteriores de replegarse sobre San Luis y dio nuevas órdenes de defender Saltillo, orden que fue ignorada por un tercio de las tropas relevantes que habían preferido replegarse sobre San Luis y llegaron allí a fines de octubre., el resto de las tropas retrocedieron tras ser derrotadas. Eran los restos de las tropas que habían sido derrotadas en Angostura y Cerro Gordo. Se reformaron y llegó Santa Anna para conducirlos contra los americanos que ahora estaban en posesión del estado de Nuevo León. El presidente Salas siguió luchando por encontrar fondos y decretó que todas las propiedades urbanas entregaran un mes de renta. Los que se negaran serían encarcelados.

El mismo Salas se unió ceremonialmente a un batallón de la guardia nacional, y llegaron a su oficina peticiones instándolo a permanecer en la presidencia en lugar de realizar las elecciones programadas por temor a que el líder liberal Valentín Gómez Farías, conocido por sus radicales intentos de reformas durante su presidencia anterior en 1833, volvería a la presidencia. Durante este tiempo, Salas también invitó a licitar a contratistas que buscaban instalar iluminación a gas en la capital.

Bajo la influencia del partido liberal, el presidente Salas reemplazó al ministro Rejón por Lafragua. El ministro Lafragua deseaba establecer academias de historia y de idiomas y también una biblioteca pública, al mismo tiempo que se desviaban los recursos económicos de la nación al esfuerzo bélico. Veracruz fue bloqueada, cortando las aduanas del gobierno, y el gobierno ofreció reducir las aduanas a aquellos barcos que evadieran el bloqueo. El mal curso de la guerra produjo oposición a Salas y para ayudar a prevenir cualquier tipo de motín, Santa Anna envió un manifiesto asegurando que respaldaba al presidente. Se aprobó una ley para censurar la prensa y se estableció una Academia Nacional de Pintura.

El Congreso finalmente abrió sus sesiones el 5 de diciembre de 1846 a la medianoche, compuesto en su mayoría por liberales. El general Salas abrió la sesión lamentando las derrotas que habían enfrentado los militares, pero expresó su esperanza por el ejército de veinte mil hombres que Santa Anna había reunido en San Luis Potosí. Expresó que estaba completamente en contra de continuar con la guerra, y dijo al Congreso que durante las grandes crisis, uno necesitaba grandes esfuerzos y virtudes como se había demostrado durante la Guerra de Independencia de México. También expuso las propuestas de paz que le había enviado el gobierno estadounidense. En diciembre, mediante votación por estados y territorios, el congreso eligió a Santa Anna y Gómez Farías como presidente y vicepresidente respectivamente. Asumieron el poder el día 24.

Vida posterior

Después de dejar la presidencia, Salas sirvió en el ejército y fue hecho prisionero por los estadounidenses en Padierna en agosto de 1847. Fue liberado después de que terminó la guerra. Luego fue nombrado comandante general de Querétaro, aunque renunció a este cargo, y posteriormente se le otorgó la Presidencia del Tribunal Militar, al morir el General Filisola. Volvió a apoyar a Santa Anna, cuando éste pretendía derrocar al gobierno en 1853. Fue designado comandante general del Departamento de México, y se opuso a la Revolución de Ayutla en 1854. Cuando la revolución triunfó, Salas no enfrentó otro castigo que no fuera ser completamente excluido de la política por los triunfantes liberales.

Guerra de reforma

Durante la Guerra de Reforma, apoyó el plan de Manuel Robles Pezuela para deponer al presidente conservador Zuloaga a favor de una junta que elegiría un nuevo presidente. El plan tuvo éxito con la reunión de la junta el 30 de diciembre de 1858. Salas obtuvo catorce votos, pero finalmente Miguel Miramón ganaría con cincuenta votos. Roblez Pezuela entregó el poder a Salas mientras llegaba Miramón, que al final sería solo por unos días. Tras la derrota de los conservadores en 1860, Salas fue desterrado del país.

Segundo imperio

Durante la Segunda Intervención Francesa en México, luego de que la capital fuera evacuada por el gobierno del presidente Juárez en 1863, Salas estuvo entre los conservadores que buscaron colaborar con los franceses, el movimiento fue al principio organizado libremente en la capital por el general Bruno Aguilar. El 1 de junio adoptaron un preámbulo y una resolución para ayudar a los franceses. Salas recibió el mando militar de la ciudad y los franceses entraron en la capital el 7 de junio. El 16 de junio de 1863 se reunió una Junta Superior de Gobierno integrada por treinta y cinco ciudadanos destacados para elegir un triunvirato que presidiría el ejecutivo del gobierno. Salas fue uno de los nombrados junto con Juan Almonte y el arzobispo Pelagio Antonio de Labastida. El triunvirato asumió sus funciones el 24 de junio de 1863 y el poder pasaría oficialmente al emperador el 10 de abril de 1864.

Salas sobreviviría a duras penas al imperio que cayó en junio de 1867. Afectado por este hecho y quebrantado de salud, Salas murió en la villa de Guadalupe Hidalgo la mañana del 24 de diciembre de 1867.