José María Pino Suárez

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José María Pino Suárez (8 de septiembre de 1869 - 22 de febrero de 1913) fue un abogado, escritor, propietario de un periódico y político mexicano que se desempeñó como el séptimo y último vicepresidente de México desde 1911 hasta su asesinato. durante los acontecimientos de los Diez Días Trágicos.

Líder de la Revolución Mexicana, desempeñó un papel vital en la transición democrática de México. Durante la Revolución, se desempeñó como comisionado de paz encargado de negociar el Tratado de Ciudad Juárez que condujo a la renuncia de Porfirio Díaz, el dictador, que había gobernado el país durante un total de treinta y un años. En noviembre de 1911, Francisco I. Madero y Pino Suárez se convirtieron en los primeros líderes elegidos democráticamente en la historia de México. Durante una breve pero distinguida carrera política, también se desempeñó como Secretario de Justicia (1910-11) en el gobierno provisional de Madero, Gobernador de Yucatán (1911), Secretario de Educación (1912-1913) y Presidente del Senado (1911-1911). 1912). Como periodista, fue el fundador y director general de El Peninsular., periódico, y como poeta, fue autor de varias obras que se publicaron tanto en México como en Europa.

En febrero de 1913, los militares derrocaron al gobierno en un golpe de estado, ordenando el asesinato de Madero y Pino Suárez. En 1969, María Cámara Vales, su viuda, recibió la Medalla de Honor Belisario Domínguez, en reconocimiento a su sacrificio conjunto por la democracia y la libertad del país. Por su lealtad al presidente Madero y sus ideales liberales, es conocido en la historiografía mexicana como " El caballero de la Lealtad " (el "caballero leal").

Primeros años

Nacido en Tenosique, Tabasco, “casi por accidente, su familia era de las más notables de Mérida y era bisnieto del fundador de la marina mexicana, Pedro Sáinz de Baranda”, era hijo de José María Pino Salvatiel., empresario de Mérida, Yucatán, y Josefa Suárez. Sus abuelos paternos fueron José María Pino y Perfecta Salvatiel, mientras que sus abuelos maternos fueron José Eusebio Suárez y Baltasara Abreu. Poco después del nacimiento de José María, falleció su madre, hecho que fue devastador para el joven, que tenía un hermano menor, Néstor Pino Suárez, quien se desempeñó como coronel y fue herido de muerte en la batalla de 1912, tratando de acabar con la insurrección de Quintero en Sinaloa.

Orígenes familiares

Pino Suárez provenía de una familia muy conocida en la Península de Yucatán. Su bisabuelo fue Pedro Sainz de Baranda (1787-1845), oficial de marina, industrial y político liberal nacido en San Francisco de Campeche, que habiendo formado en la Armada española luchó en la Batalla de Trafalgar. Posteriormente, luchó en la Guerra de Independencia de México y jugó un papel importante en la fundación de la Armada de México. Antes de su muerte en 1845, se desempeñó como gobernador de Yucatán y también se le atribuye la introducción de la Revolución Industrial en México, al abrir la primera fábrica textil del país que utilizaba energía de vapor.

Los tíos abuelos de Pino fueron Joaquín Baranda y Pedro Baranda. El primero se desempeñó como Gobernador de Campeche, Senador, y fue Ministro de Gabinete por mucho tiempo entre 1882 y 1901, designado como Secretario de Justicia, Educación y Relaciones Exteriores durante los presidentes Manuel González y Porfirio Díaz. En tanto, este último fue redactor de la Constitución de 1857, e impulsó la creación de los estados de Campeche y Morelos, desempeñándose como Gobernador de ambos estados.

Otro tío de Pino Suárez fue Joaquín Casasús, abogado, banquero y economista que se desempeñó como embajador en Estados Unidos y logró obtener un fallo favorable para México en la disputa del Chamizal.

Su primo hermano, Luis Felipe Domínguez Suárez [ es ] serviría más tarde dos mandatos como gobernador de Tabasco.

Educación

Poco después del nacimiento de Pino, su madre murió. Su padre, un atareado hombre de negocios, confió su educación a un tutor privado. Cuando Pino llegó a la adolescencia, se decidió que debía estudiar en Mérida, Yucatán donde residió en la casa de Raúl Carrancá, íntimo amigo de la familia Pino, quien entonces era Cónsul de España en Mérida; su hijo, Raúl Carrancá y Trujillo, se convertiría más tarde en un destacado abogado defensor penal.

En Mérida, Pino fue admitido en el prestigioso Colegio de San Ildefonso [ es ], una escuela primaria dirigida por jesuitas que tenía un plan de estudios basado en los Liceos franceses. Durante esos años, Pino se hizo muy amigo del director de la escuela, Norberto Domínguez, quien luego se convertiría en arzobispo de Yucatán. Pino se graduó de San Ildefonso hablando francés e inglés con fluidez.

Abogado, obtuvo su título de abogado en el Instituto Literario de Yucatán en 1894.

Matrimonio y descendencia

En 1896 contrajo matrimonio con María Cámara Vales, la hija mayor de Raymundo Cámara Luján, magnate de los negocios y jefe de la Casa de Cámara, “un poderoso clan de la alta aristocracia yucateca”. Su tío fue Agustín Vales Castillo, industrial y banquero que se desempeñó como alcalde de Mérida entre 1902 y 1907.

Cabe señalar que dos de los hermanos de María tenían carreras políticas propias: Nicolás Camára Vales se desempeñó como gobernador de Yucatán, mientras que Alfredo Cámara Vales se desempeñó como gobernador de Quintana Roo.

El matrimonio tuvo el siguiente problema:

  1. María Pino Cámara – (nacida en 1898) casada con:
    • (i) Fernando Ponce Alonzo, su primo segundo, un rico cervecero nacido de Manuel Ponce Cámara y Adriana Alonzo Navarrete. Era nieto de José María Ponce Solís [ es ], fundador de Cervecería Yucateca, SA (vendida por la familia Ponce a Grupo Modelo en la década de 1980); tenían el siguiente problema:
      • Fernando Ponce Pino
      • María Ponce de Ordiales
    • (ii) José González Sada, industrial, hijo de José González Treviño y Concepción Sada Muguerza; por su familia paterna era primo hermano del presidente Francisco I. Madero y por su familia materna era primo hermano de Eugenio Garza Sada, uno de los industriales más importantes de Monterrey. El matrimonio no tuvo ningún problema.
  2. Alfredo Pino Cámara (nacido en 1899), distinguido abogado que fue juez federal encargado de instruir el famoso caso de asesinato contra Tina Modotti, la fotógrafa comunista italiana; él se casó:
    • Margarita Riba; tenían el siguiente problema:
      • Alfredo Pino Riba
  3. José Emilio Pino Cámara (nacido c. 1900), abogado, estuvo casado con:
    • Jenny Méndez; tenían el siguiente problema:
      • José María Pino
      • Pilar Pino de Ávila
  4. Aída Pino Cámara (nacida en 1904), casada con:
    • Ramón Moreno Sánchez, financiero nacido en el seno de una familia de hacendados de Los Altos de Jalisco que se había dedicado a la minería de la plata desde la época colonial; tenían el siguiente problema:
      • Ismael Moreno Pino – ex Vicecanciller y Embajador de México en Alemania, Holanda, Chile, Perú, Venezuela, la OEA en Washington, DC y las Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra, Suiza. Acérrimo defensor del multilateralismo, fue uno de los principales negociadores del Tratado de Tlatelolco que condujo a la desnuclearización de América Latina.
  5. Hortensia Pino Cámara (nacida en 1907) casada con:
    • Humberto Ponce Sotelo; tenían el siguiente problema:
      • Humberto Ponce Pino
      • María Cristina Ponce Pino
  6. Cordelia Pino Cámara (nacida en 1912), fue bautizada en el Castillo de Chapultepec y sus padrinos fueron el Presidente Francisco I. Madero y la Primera Dama Sara Pérez. Ella estaba casada con:
    • Patricio Escalante Guerra, hijo mayor de Carlos Escalante Peón y Rosa Guerra Fitzmaurice, era nieto de Eusebio Escalante Bates, el rico industrial responsable del desarrollo de la industria henequenera en Yucatán; en tanto, su tío abuelo fue Carlos Peón Machado, un político liberal que se desempeñó como gobernador de Yucatán;

Primeros años: abogado y empresario

Recién casados, el matrimonio Pino Cámara se mudó a la Ciudad de México, donde Pino ejerció la abogacía con su pariente Joaquín Casasús, un distinguido abogado que tenía amplias conexiones con los Científicos, los tecnócratas asesores del presidente Díaz.

En 1899, la pareja regresó a Mérida donde Pino Suárez emprendió actividades comerciales en sociedad con su suegro, Raymundo Cámara Luján. Después del pánico financiero de 1907, la casa de exportación Escalante, una de las principales casas de comercio de henequén, colapsó. Eusebio Escalante Bates había sido un estrecho aliado comercial de Cámara Luján y su quiebra sorprendió a toda la sociedad de Mérida, así como a los círculos financieros de la Ciudad de México, Nueva York y París. Muchos empresarios e individuos adinerados perdieron importantes sumas de capital mientras que el grupo rival de empresarios, encabezado por Olegario Molina, se benefició: “pocas veces en la historia un negocio se ha beneficiado tanto de la desgracia de otro. La caída de la Casa Escalante aseguró el dominio de Molina sobre los sectores clave de la economía regional”.

Ante esta situación, varios terratenientes de familias tradicionales, incluida la familia Cámara, se distanciaron de Molina y del gobierno federal que encabeza Porfirio Díaz.

En su tiempo libre, ¨Pino también fue un consumado poeta, habiendo publicado dos volúmenes: Melancolias (1896) y Procelarias (1903). También escribió el prólogo de Memorias de un alférez (Memoires of an Ensign), escrito por su amigo cercano, Eligio Ancona (1904).

Fundador de El Peninsular

Desde 1904 Pino Suárez había liquidado la sociedad con su suegro y había decidido reinvertir su capital en la fundación de El Peninsular, diario desde el que criticaría el monopolio encabezado por Olegario Molina.

El editor en jefe del periódico era Ignacio Ancona Horruytiner, un amigo cercano. Bajo el liderazgo de Ancona, Pino Suárez reunió a algunas de las mentes más brillantes de la intelectualidad yucateca, incluido Serapio Rendón Alcocer [ es ], quien luego se desempeñaría como congresista maderista antes de ser brutalmente asesinado por el régimen de Huerta. Otro periodista y futuro político que trabajó para el diario fue Alberto Ancona Albertos., un protegido de Pino que era hijo de Eligio Ancona, el distinguido estadista liberal, y luego se convertiría en redactor de la Constitución mexicana de 1917 antes de convertirse en senador por tres mandatos y, siguiendo los pasos de su padre, servir como gobernador de Yucatán en el 1920 Otros periodistas distinguidos que trabajaron para el diario incluyeron a Serapio Baqueiro Barrera y Ricardo Mimenza Castillo.

Curiosamente, este vespertino se destacó por su servicio de noticias nacionales e internacionales, como su revisión de la Guerra Ruso-Japonesa. Durante su primer año de circulación, el periódico ganó muchos suscriptores y anunciantes. Sin embargo, las denuncias del sistema de explotación de los campesinos en algunas haciendas henequeneras que surgieron después de febrero de 1905 provocaron el enojo de los terratenientes, quienes presionaron a las empresas para que retiraran los anuncios y a los lectores a cancelar su suscripción hasta el punto de amenazar la estabilidad financiera del periódico. En su empeño por mantener el periódico y defender la libertad de expresión frente a tales presiones, Pino Suárez participó en agosto de ese año en la fundación de la " Asociación de la Prensa Yucateca ".(Asociación de la Prensa de Yucatán), de la que se desempeñó como vicepresidente. Parece que fue entonces, defendiendo su periódico, cuando vislumbró por primera vez su vocación política. Al final, Pino Suárez tuvo que poner fin a su vinculación con el periódico para evitar su quiebra, vendiéndoselo a su cuñado Alfredo Cámara Vales”.

En el diario, Pino Suárez "expresó su abierto y claro repudio al mal trato que reciben los trabajadores de las grandes plantaciones", principalmente los indígenas maya y yaqui, así como los trabajadores asiáticos (principalmente inmigrantes chinos y coreanos) obligados a trabajar como esclavos en las haciendas henequeneras. El profesor Timothy J. Henderson describe acertadamente las condiciones a las que se enfrentan estos trabajadores en el siguiente extracto:

Para garantizar este último incentivo (mano de obra barata), el gobierno de Díaz prohibió los sindicatos y dio carta blanca a los empleados para que se comportaran tan cruelmente como quisieran. La represión del trabajo durante el Porfiriato […] fue notoria. Uno de los relatos más famosos, el del periodista John Kenneth Turner titulado acertadamente El México bárbaro, contiene desgarradoras descripciones de indios mayas y yaquis obligados a trabajar como esclavos en plantaciones de cáñamo bajo el sol brutal de Yucatán, comenzando mucho antes del amanecer y terminando mucho después del atardecer, con la única comida del día un par de tortillas, una taza de frijoles y un tazón de caldo de pescado rancio […] Los capitalistas estadounidenses encontraron el atractivo de tanta mano de obra barata casi irresistible. El expresidente Ulysses S. Grant, hacia el final de su vida, se dedicó a predicar oportunidades ilimitadas para el capital estadounidense en México, principalmente porque, además de muchos recursos naturales valiosos, México podía proporcionar trabajadores que fueran 'industriosos, frugales y dispuestos a trabajar'. trabajar por una miseria, si se le brinda la oportunidad'”.

Felipe Carrillo Puerto, el futuro gobernador de Yucatán, relataría más tarde que al oponerse a la esclavitud de los trabajadores de las plantaciones, Pino Suárez primero había "avivado la llama revolucionaria".

El diario también criticó el papel de Olegario Molina tanto en el gobierno como como empresario. "Los funcionarios estatales desconfiaron tanto de las críticas de cualquier tipo que cerraron [...] El Peninsular, en octubre, por tener la temeridad de argumentar que Molina no merecía un segundo mandato".

Luego de este hecho, la familia Pino Cámara se retiró de la vida pública, yendo a vivir por dos años a la Hacienda Polyuc, una remota plantación de azúcar.

Carrera política

Maderismo y las elecciones locales de 1909

En diciembre de 1908, Francisco I. Madero, publicó La Sucesión Presidencial en 1910, que argumentaba a favor de una transición desde la dictadura militar de Porfirio Díaz. que había gobernado el país durante treinta años, hacia una democracia liberal. Sus partidarios se hicieron conocidos como maderistas o antireleccionistas, debido a su oposición a que los presidentes mexicanos buscaran la reelección, prohibición que se mantiene vigente hasta la fecha. Madero, que había nacido en una de las familias de industriales más ricas del país, había sido educado en escuelas de élite en Francia y Estados Unidos antes de regresar a México con ideales liberales y progresistas.

Pino, quien se encontraba retirado de la vida pública desde 1908, recibió un ejemplar del libro y con entusiasmo fue al encuentro de Madero durante su gira por Yucatán:

“En junio de 1909, Francisco I. Madero inició su primera gira política en Veracruz, buscando disputarle la presidencia a Porfirio Díaz […] decidió seguir rumbo a Yucatán, pero cuando llegó a Progreso sólo lo esperaban seis personas. a él. Entre ellos se encontraban dos figuras importantes: Delio Moreno Cantón [es] candidato a gobernador por el Centro Electoral Independiente y Pino [...] La decepción de Madero por la baja participación fue pasajera, no solo porque apenas llegó a Mérida una gran multitud lo aclamó, sino por su encuentro con Pino, quien a partir de entonces se convertiría en un verdadero amigo. Misteriosamente, o tal vez lógicamente, el espiritista [Madero] había encontrado un alma gemela en el poeta [Pino]”.

Apoyando la causa maderista, Pino fundó y presidió el Club Antirreeleccionista de Mérida, que inicialmente apoyó a Delio Moreno como candidato a gobernador en las elecciones de 1909. Madero sabía que la candidatura opositora no tendría la oportunidad de derrocar al oficialismo (Molinistas), que en ese momento encabezaba el gobernador Enrique Muñoz Aristegui, mero testaferro de Olegario Molina. Sin embargo, consideró que la candidatura de Moreno podría sentar las bases necesarias para asegurar el triunfo del antirreeleccionismo en futuras elecciones.

Pino finalmente retiró su apoyo a Moreno Cantón al enterarse de que había enviado una comisión encabezada por José Vales Castillo a la capital de la República para consultar con el presidente Díaz y proponer una lista de candidatos a la gubernatura para que el dictador eligiera como veía. en forma: la lista incluía a Luis del Carmen Curiel, Alfonso Cámara y Cámara, así como al propio Moreno, todos ellos “ porfiristas activos, aunque luego declararían, siempre habían sido antirreeleccionistas de corazón”. De esta manera, la oposición al gobernador Muñoz Aristegui se dividió entre los seguidores de Delio Moreno (morenistas) que negociaron con la dictadura militar para obtener el poder y los seguidores de José María Pino (pinistas)que se negó a hacerlo.

Mediante un evidente fraude electoral, la victoria le fue otorgada a Muñoz Aristegui, el candidato oficial. El gobierno estatal reelecto inició casi de inmediato una persecución política contra los candidatos perdedores que los obligó a huir temporalmente del estado.

El gobierno de Muñoz Arístegui reprimió, exilió y encarceló a muchos de sus opositores políticos. La oposición morenista se movilizó dando lugar a la Rebelión de Valladolid. Esto a su vez provocó una reacción aún más violenta del gobierno local contra los rebeldes. Ante esta ola de represión, los morenistas pasaron a la clandestinidad. Mientras tanto, Pino también se vio obligado a abandonar el estado, instalándose en el vecino estado de Tabasco.

Ante la situación de violencia y represión en Yucatán, el presidente Porfirio Díaz decidió enviar un general militar con experiencia en materia de guerra para asegurar el control de la situación. El 11 de marzo de 1911, el gobernador Enrique Muñoz Arístegui fue relevado del poder por el general Luis del Carmen Curiel, cuya candidatura fue apoyada por los morenistas. Los opositores que habían negociado con la dictadura militar habían accedido a las palancas del poder, mientras que los que se habían negado a hacerlo permanecían en el desierto político.

La revolución de 1910

A principios de junio de 1910, Madero emprendió la que sería su quinta y última gira como candidato a la presidencia en las elecciones generales mexicanas de 1910. Mientras hacía campaña en Monterrey, el gobierno decidió arrestarlo, acción que fue “torpe, contraproducente y tardía. Madero ya había visitado 22 estados y fundado no menos de cien clubes políticos”. Madero, preso político, fue trasladado al penal de San Luis Potosí.

Con el único candidato de la oposición en prisión, las elecciones presidenciales se realizaron en los primeros días de julio de 1910, lo que permitió al dictador ganar fraudulentamente su séptima reelección como Presidente de la República. En octubre, Madero logró escapar de la prisión y huyó al exilio en San Antonio, Texas. Desde el exilio, Madero emitió el Plan de San Luis Potosí en el que proclamaba que los resultados de las elecciones de 1910 habían sido fraudulentos: “de las cláusulas [de su plan], los puntos principales eran la asunción inmediata de la presidencia por Madero bajo un gobierno provisional, su falta de reconocimiento al gobierno de Díaz, la restitución de tierras a los pueblos y comunidades desposeídos y la libertad de los presos políticos” y un llamado a la ciudadanía “tomen las armas, saquen del poder a los usurpadores, recuperen sus derechos como libres hombres".La fecha de la Revolución se había fijado para el 20 de noviembre de 1910. En su gobierno provisional, Madero designó a Pino como secretario de Justicia.

Cuando estalló la Revolución Mexicana en noviembre de 1910, Pino se encontraba exiliado en Tabasco, huyendo de la brutal represión de Muñoz Arigestguí. Desde Tabasco trató de tomar las armas y preparar una invasión a la península de Yucatán. Según sus planes militares, encabezaría la invasión desde Campeche, para lo cual contó con el apoyo de Urbano Espinosa y Calixto Maldonado, aunque ambos fueron apresados ​​a su llegada a Campeche y el gobierno pudo recoger todas las órdenes y comunicaciones que Pino envió a todos sus partidarios en Campeche y Yucatán, frustrando así su intento de revolución.

Al igual que Madero antes que él, Pino se vio obligado a abandonar el país, con destino al exilio, luego de enterarse por María Cámara Vales, su esposa, que Porfirio Díaz había ordenado su arresto inmediato:

Los informes de noticias que llegaban de la Ciudad de México eran alarmantes, estos incluían el exilio de Madero a los Estados Unidos; en tanto, desde Yucatán también llegaron rumores de medidas drásticas contra los antirreeleccionistas. Ante estos hechos, Pino envió a su familia a la casa de una hermana de doña María que vivía en San Juan Bautista [...] recién llegado allí, un funcionario del gobierno amigo le transmitió las instrucciones confidenciales que acababa de recibir de la capital de la República para arrestar a su esposo y enviarlo a México. Pero Doña María ya no era la mujer débil y temerosa que pudo haber sido, el dolor había templado su carácter y la ansiedad fortalecía permanentemente su resolución, decidió de inmediato dejar a sus hijos al cuidado de su hermana y abordar el primer barco disponible con el único propósito de defender a su compañero de vida. Como una dramática coincidencia, ella compartió el viaje con los oficiales militares que habían sido enviados por el gobierno federal para arrestar a Pino; la más tremenda angustia se apoderó de su espíritu al pensar que podrían llegar a su destino al mismo tiempo que ella, pero impertérrita, logra concebir un plan; el barco que habían abordado zarpaba de noche y pasaba el día amarrado en los distintos pueblos ribereños de su itinerario, cargando y descargando mercancías; En la primera de esas escalas, sube a bordo del barco, logra hacerse con un caballo, al que despacha con el mensaje que salvará a su marido. El barco continuó su ruta y al llegar a Montecristo, el jefe de la escolta militar se entera con disgusto de que no se puede encontrar a Pino; María sabe al instante que su esfuerzo no ha sido en vano, pues al recibir su mensaje, su esposo había logrado salir de la hacienda Chablé donde se hospedaba, rumbo a Guatemala y de allí a Estados Unidos para reunirse con Madero. Regresó a la capital del estado junto con el decepcionado piquete de soldados... Manteniendo la austeridad de su porte, tenía sin embargo un brillo húmedo y singular en los ojos: Pino estaba a salvo.

Perseguido por orden expresa del Presidente de la República, Pino tuvo que cruzar la frontera con Guatemala desde “donde emprendió su peregrinaje por las montañas hasta la colonia inglesa de Honduras Británica [actual Belice], donde trató de volver a comunicarse con sus partidarios políticos en busca de víveres para enviar a la expedición revolucionaria, había mandado invadir las costas de Yucatán y Campeche”. Sin embargo, el triunfo de la Revolución en el norte del país haría completamente innecesaria la campaña militar que preparaba Pino en el sur de la República, con la ayuda del general Luis Felipe Domínguez Suárez, su primo.

Exiliado en Texas, Pino aprovechó la oportunidad para acercarse a la dirección maderista, particularmente a Gustavo Madero, la "eminencia gris" del movimiento maderista con quien entabló "una fuerte amistad" y quien, en el futuro, "apoyaría incondicionalmente a Pino". en el movimiento maderista ”.

Después de su regreso a México, Pino Suárez participó en la Batalla de Ciudad Juárez, una ciudad clave en el norte de México que cayó en manos de los revolucionarios el 10 de mayo de 1911, una importante victoria militar para su causa. Ante la pérdida de esta importante ciudad fronteriza, los asesores del presidente Díaz, encabezados por José Yves Limantour, secretario de Hacienda, se convencieron de que el dictador debe renunciar para evitar una guerra civil y una posible intervención militar de Estados Unidos. El gobierno decidió negociar con los rebeldes y designó como su representante a Francisco S. Carvajal, destacado jurista.

Junto a Francisco Vázquez Gómez y Francisco Madero Hernández (padre de Madero), Pino Suárez fue designado comisionado de paz maderista, encargado de negociar con el gobierno federal los términos del Tratado de Ciudad Juárez, que sería firmado el 21 de mayo de 1911. Momentáneamente, los Tratados supondrían el derrocamiento del régimen de Porfirio Díaz tras más de treinta años en el poder. Sin embargo, también serían duramente criticados ya que aseguraron la destitución del ejército rebelde, poniendo así a un futuro gobierno de Madero a merced de un porfirista.Ejército Federal que era hostil a su causa y que eventualmente derrocaría la administración de Madero y Pino en febrero de 1913. Venustiano Carranza, uno de los principales asesores de Madero había desaconsejado la firma de los Tratados de Ciudad Juárez, diciendo que "una revolución que se compromete es una revolución eso se pierde".

Para preservar el orden constitucional, los Tratados de Ciudad Juárez aseguraron que ante la renuncia del presidente Díaz y del vicepresidente Ramón Corral, el entonces secretario de Relaciones Exteriores, Francisco León de la Barra, asumiría el poder ejecutivo como presidente interino hasta 1911. El general mexicano se celebraron elecciones.

Gobernador de Yucatán

A mediados de 1911, tras el triunfo de la revolución maderista, el general Curiel presentó su renuncia al Congreso del Estado, el cual la aceptó y nombró a Pino gobernador interino de Yucatán.

La designación de Pino provocó fuertes protestas y reacciones violentas entre los simpatizantes del cantón Delio Moreno, quienes pronto emprendieron “acciones más enérgicas y violentas… los ciudadanos eran despertados con frecuencia por gritos, disparos y explosión de bombas, viendo con asombro cómo quemaban casas del gobierno funcionarios o los campos de henequén de los hacendados “ pinistas ". Incluso en algunos pueblos fue necesario organizar servicios de vigilancia nocturna y alumbrado público para evitar ataques. Durante el día, los morenistas organizaron mítines y marchas que desfilaron desafiantes por las calles, asaltando simbólicamente el palacio municipal y la comisaría.”

Moreno Cantón fue el sucesor político de su tío, Francisco Cantón Rosado [ es ], un ex gobernador populista que había estado cerca del clero. Los morenistas eran demagógicos y antielitistas, encontrando su base de apoyo entre los campesinos (peones), la clase obrera y las clases medias artesanales.

Pino Suárez, por su parte, fue el sucesor ideológico de Carlos Peón, un exgobernador que creía en el liberalismo clásico y que se había inspirado en la Revolución Francesa, siendo descrito como un “terrateniente millonario [que] amaba presentarse como una especie de Conde Mirabeau yucateco”. Así, “ el pinismo reunía a toda la clientela urbana y rural del viejo peoncismo, encabezada por terratenientes y empresarios y contaba con la adhesión de parte de los sectores intelectuales de Mérida”. Entre los seguidores de Pino, se encontraba Humberto Carlos Peón Suárez, hijo de Carlos Peón Machado, quien en 1911 fue elegido regidor del Ayuntamiento de Mérida, siendo electo alcalde maderista Fernando Solís León.

Aunque ambos candidatos habían luchado por derrocar a los molinistas, los ex simpatizantes de Olegario Molina rápidamente decidieron apoyar a Pino:

“Cabe recordar, por cierto, que en esa época los grandes propietarios rurales que habían formado parte del antiguo régimen y apoyado el sistema tradicional (oligárquico), mantuvieron su poder; estaban ligados a los líderes del maderismo regional, movimiento que mantuvo posiciones más moderadas –incluso podría calificarse de conservadoras– que en otros estados. De hecho, la esposa de Pino Suárez, María Cámara Vales, era hija de una familia terrateniente de amplios recursos económicos, que había mantenido una estrecha relación con el antiguo régimen: sus padres fueron Raymundo Cámara Luján y Carmen Vales Castillo. Mientras tanto, uno de los hermanos de María (Nicolás) sería gobernador del estado solo un año después”.

Las tendencias conservadoras de Pino y su cercanía al antiguo régimen han sido duramente criticadas por no estar en consonancia con los valores revolucionarios, señalando incluso que él:

“Mantuvo la estructura de poder anterior, realizando acuerdos con las familias más poderosas de la oligarquía regional, limitando la participación política de las masas y condenando públicamente la propaganda “subversiva” morenista a la que consideraba responsable del inminente estallido de una segunda Guerra de Castas… Estas acciones que emprendió Pino no fueron del todo “revolucionarias”, pero sí ganaron a la gran mayoría de las familias de la élite económica del estado para la causa maderista. Los que eran molinistas se hicieron maderistas, al igual que los antiguos partidarios “liberales” del exgobernador Carlos Peón, políticamente inactivos desde la crisis política de 1897. De hecho, uno de los protectores más prominentes de Pino Suárez fue Augusto Peón, uno de los terratenientes más ricos, [quien]… apoyó directamente al Maderista líder, atrayendo a sus campesinos para que votaran por él. Las familias Cámara, Medina, Vales, Espejo, Castellanos, Escalante, Manzanilla y Peniche [todos terratenientes importantes] se convirtieron en partidarios del pinismo. La deserción de la poderosa familia Peniche, de Espita, que había sido fiel partidaria del régimen de Molina, es un ejemplo de la actitud asumida por la mayoría de los grupos adinerados del estado”.

El apoyo de los grandes terratenientes fue decisivo para asegurar la victoria de Pino como gobernador ya que "la mayoría de las haciendas... seguían jugando el papel tradicional de feudo electoral de los terratenientes, ya que el caudal de votos de los campesinos reflejaría la voluntad política". orientación de los terratenientes”.

Como gobernador interino del estado, la responsabilidad fundamental de Pino era convocar a elecciones estatales extraordinarias para elegir un gobernador constitucional ante la vacante provocada por la renuncia de Muñoz Aristegui. Para no influir en las elecciones en las que sería candidato, Pino se retiró de la gobernación en agosto de 1911; el congreso estatal dejó el poder ejecutivo en manos de Jesús L. González quien asumió la gubernatura interina.

En las elecciones para gobernador celebradas en septiembre de 1911, Pino tuvo que enfrentarse a Moreno. En algunos distritos rurales, los terratenientes, temiendo el radicalismo de Moreno, "obligaron a sus peones analfabetos a votar por Pino".

Fueron las primeras elecciones democráticas en la historia de Yucatán; Para una parte importante de la clase media, que por primera vez tenía derecho al voto, las posiciones radicales defendidas por Moreno parecían una atractiva alternativa para acabar definitivamente con el poder ejercido por la oligarquía tradicional (la casta divina) con que Pino, a pesar de su ideología democrática, tenía estrechos lazos de parentesco. A diferencia de las elecciones fraudulentas organizadas por el antiguo régimen en las que el candidato oficial ganaba con mayorías absolutas, los resultados de estas elecciones dieron un margen de victoria muy ajustado a la candidatura de Pino: “la afluencia fue masiva: 77% de los votantes potenciales… Pino Suárez ganó con sólo el 57,5% de los votos, significativamente en Mérida Moreno obtuvo el 85% de los votos y en Valladolid el 66%”.No es de extrañar que, en los distritos urbanos, donde vivía gran parte de las clases medias, Moreno obtuviera márgenes tan amplios. Pino logró márgenes mucho más favorables en los distritos rurales donde contó con el apoyo de los grandes terratenientes.

En aquellas regiones donde dominó Moreno, serían las mismas que luego "dominaría el Partido Socialista de Yucatán a partir de 1920. Si a esto le sumamos el hecho de que la mayoría de los socialistas eran inicialmente seguidores de Moreno, líderes como Felipe Carrillo Puerto, podemos vislumbrar la estrecha conexión que existió entre la tradición popular católica yucateca y la génesis del socialismo regional, mientras que los "liberales", que siguieron a Pino, eran casi todos elitistas y antisocialistas. Así, las elecciones locales de 1911 tuvieron un impacto significativo en la política yucateca ya que el movimiento socialista yucateco que prosperó después de la década de 1920 encontró sus antecedentes en las frustradas ambiciones del morenismo. Mientras tanto,Pensó pinista.

A pesar de la popularidad de Moreno entre las clases media y trabajadora, la elección favoreció por poco a Pino, quien asumió la gobernación de Yucatán el 17 de octubre de 1911. En su breve período como gobernador, Pino se propuso reformar liberalmente el Código Penal, que había sido diseñado previamente, bajo el antiguo régimen, a las libertades políticas restringidas.

Su período en la gobernación fue breve porque poco tiempo después, el 15 de noviembre de 1911, Pino Suárez debía asumir la Vicepresidencia para la que había sido electo en las elecciones generales mexicanas de 1911.

En Yucatán, en tanto, el congreso estatal designó a Nicolás Cámara Vales como su sucesor.

1911 elecciones presidenciales

El 9 de julio de 1911, Madero lanzó un manifiesto creando el Partido Constitucionalista Progresista (PCP) que reemplazó al Partido Nacional Antirreeleccionista (PNA) ya que, habiendo derrotado al presidente Díaz y modificado la Constitución para prohibir que los presidentes mexicanos buscaran un segundo mandato, éste Ya no tenía sentido luchar por la antirreelección. El 27 de agosto los delegados del PCP se reunieron en el Teatro Hidalgo para decidir quién ocuparía la candidatura a la presidencia, decidiendo por unanimidad a favor de Madero. A continuación, el 2 de septiembre se llevó a cabo la elección del candidato a la vicepresidencia de la República, compitiendo Pino contra Francisco Vázquez Gómez, Alfredo Robles Domínguez y Fernando Iglesias Calderón. Madero se había declarado a favor de la elección de Pino.

La votación la ganó Pino con 876 votos frente a los 469 de Francisco Vázquez Gómez. Sin embargo, hubo un desacuerdo inmediato por parte de “algunos de los partidarios de Vázquez… [en] acuerdo con el resultado de la votación…[se] propuso que se se lance un nuevo candidato de compromiso, quien podría ser Federico González Garza, propuesta que fue rechazada por la Asamblea”.

Francisco Vázquez Gómez no aceptó la decisión del partido y decidió lanzar su propia candidatura independiente a la vicepresidencia. En tanto, el candidato del partido católico era Francisco León de la Barra, entonces presidente interino de la República. El 26 de septiembre, Madero y Pino llegaron a la Ciudad de México en plena campaña presidencial y “una multitud llenó los andenes de la estación San Lázaro para recibirlos”. Las elecciones primarias se realizaron el 1 de octubre de 1911 y las secundarias el 15. Madero "ganó la presidencia de la República por bastante margen. La verdadera pelea fue entre los candidatos a la vicepresidencia..."Luego de una reñida competencia, Pino triunfó con el 63,90% del voto popular. El 2 de noviembre de 1911, de conformidad con la Constitución de 1854, se reunió como colegio electoral el Congreso de la Unión para certificar las elecciones populares; se declaró el triunfo de Madero y Pino. Para la vicepresidencia de la República, Pino obtuvo 10.254 votos frente a los 5.564 obtenidos por León de la Barra y los 3.374 obtenidos por Vázquez Gómez. Tres días después se publicó la proclama que reconocía el triunfo electoral de Madero y Pino, quienes gobernarían por un quinquenio entre 1911 y 1916.

CandidatoVotos%
José María Pino Suárez10,24563.90
Francisco León de la Barra5,56434.70
Fernando Iglesias Calderon1731.08
Otros candidatos510.32
Total16,033100.00
Fuente: González Casanova

Vicepresidente de México y Secretario de Educación

El 18 de noviembre, Pino llegó a la Ciudad de México en tren. En la mañana del 23 de noviembre, en el pleno de la Cámara de Diputados y ante su presidente, Manuel Levy, prestó juramento de cargo. Los periódicos de la época informaron que Pino "se conmovió a tal punto que cambió algunos términos del juramento". Luego del acto, fue escoltado por dos regimientos de gendarmería montada hasta Palacio Nacional donde el Presidente Madero, acompañado de sus Ministros, recibió al Vicepresidente a quien le dirigió las siguientes palabras:

porque tal determinación sólo la inspira el más puro amor a la patria!' Quiso la suerte que en vez de acompañarme al abismo, me acompañéis al puesto más alto que nuestra Nación pueda ofrecer”.

A los pocos días de la toma de posesión de Pino, Emiliano Zapata, un revolucionario radical, publicó el Plan de Ayala, que pretendía derrocar al gobierno de Madero y lo acusaba de haber hecho "del ideal de las elecciones democráticas una sangrienta burla al pueblo e imponer, contra la voluntad del mismo dicho pueblo, José María Pino Suárez en la Vicepresidencia de la República”.

Madero se había pronunciado públicamente a favor de nombrar a Pino Suárez al mismo tiempo vicepresidente de la República y secretario de Gobernación. Sin embargo, en el primer gobierno de Madero, Pino Suárez no ocupó ninguna cartera ministerial, lo que llevó al historiador José C. Valdés a afirmar que en ese momento su “influencia política era limitada”.

El primer gobierno de Madero estuvo plagado de muchos problemas: “El gabinete se formó con una mayoría conservadora y una minoría revolucionaria. Esta situación generó serios problemas en la administración, ya que todos los intentos de reforma fueron obstaculizados por ministros conservadores apoyados por algunos miembros de la burguesía, como el propio padre de Madero, y por el sector reaccionario de la prensa, cuyos ataques fueron terriblemente virulentos”.

El 26 de febrero de 1912, el presidente Madero inauguró su segundo gobierno y, como resultado, la influencia política de Pino creció significativamente. Entre los cambios significativos en la remodelación del gabinete, Abraham González Casavantes renunció a la Secretaría de Gobernación para asumir como Gobernador de Chihuahua, siendo reemplazado en el cargo por Jesús Flores Magón. Mientras tanto, se le pidió a Pino que dirigiera el Ministerio de Educación y Bellas Artes, en reemplazo de Miguel Díaz Lombardo, quien sería designado embajador en Francia.

El nombramiento de Pino como Secretario de Educación fue importante ya que la educación fue uno de los pilares clave de la revolución maderista: Madero deseaba eliminar los últimos vestigios de la ideología del antiguo régimen de la educación nacional. Madero "comenzó a mostrar sus simpatías por la educación popular y no sólo por la difusión de la cultura a los círculos de la élite intelectual como se había hecho hasta entonces".

El 9 de abril, Manuel Calero y Sierra renunció a la Cancillería para convertirse en embajador en Estados Unidos, siendo reemplazado en el cargo por Pedro Lascuráin. El cargo de Calero en Washington fue breve: en diciembre se vio obligado a renunciar debido a un bochornoso escándalo: el Embajador estaba asesorando a empresas estadounidenses para evadir nuevos impuestos impuestos por la administración Madero. Tras renunciar, acusó que "la influencia del vicepresidente Pino Suárez se ha vuelto dominante en la administración".

El segundo gobierno de Madero pronto enfrentó varios levantamientos en el contexto de la Revolución Mexicana: la rebelión de Bernardo Reyes, la revolución orozquista, el crecimiento del zapatismo en Morelos y finalmente el levantamiento de Félix Díaz en Veracruz. Todos estos levantamientos fueron sofocados por el gobierno.

Dentro del gabinete, Pino Suárez encabezó el ala liberal del partido Maderista (conocido como bloque renovador) que buscaba volver a los valores liberales y democráticos que había favorecido Madero antes de asumir el poder y para lo cual había sido necesario derrocar al dictador:

“Por el gabinete de Madero desfilaron personajes de todas las afiliaciones políticas, cada uno con ideologías más o menos determinadas; el gabinete se esforzó por amalgamar a los más altos representantes de la sociedad, la economía y la política mexicanas, objetivo difícil de lograr por no decir contradictorio. Maderismo, independiente de Madero pero leal a Madero, aunque a veces tuvo que actuar en contra de Madero, apegado a una idea de exclusivismo que el gobierno a veces aceptaba y a veces rechazaba: en algunos ministerios actuó de manera conciliadora, en otros fue tenaz e intolerante a un servicio civil que permaneció leal al antiguo régimen. Pino Suárez encabezó el Renovadormovimiento, un grupo de ministros que querían que el gobierno fuera exclusivo de los revolucionarios y que luchaban por que el gobierno volviera a basar su apoyo en el pueblo que lo había elegido”.

En las elecciones legislativas celebradas en febrero de 1912, el movimiento Renovador, encabezado en el Congreso por Gustavo Madero, obtuvo una escasa mayoría legislativa. Sin embargo, la oposición contra el gobierno estaba mejor organizada, efectivamente “exagerando la maldad de la situación del país, entorpeciendo la acción del Poder Ejecutivo y lanzando duros ataques contra el gobierno… con sus actividades estaban minando el prestigio de Madero”., a quien tildaron de inepto e ingenuo”.

Sin embargo, los ataques más virulentos siempre estuvieron reservados para Pino, quien era inmensamente impopular entre la oposición en el Congreso. Manuel Márquez Sterling, entonces embajador de Cuba en México, así lo describió:

me explicó, en un tono íntimo, sus criterios, y recuerdo, como si los estuviera escuchando ahora, sus palabras, llenas de fe. “Nos encontramos – dijo – en una situación muy crítica; y sólo un cambio de métodos podrá evitar la catástrofe total; el cambio ya está planeado y el gobierno logrará alejarse del precipicio. Mano enérgica, dirección política decidida, concreta, invariable, es lo que requiere el estado sumamente alterado del país. Ir hacia los cómplices de don Porfirio es poner la garganta bajo el hacha del verdugo. Y eso es exactamente donde estamos hoy. No recomiendo realizar persecuciones, abusos o maldades. Mantengo mi fidelidad al ideal del Plan de San Luis Potosí, que es un homenaje a la legalidad, la libertad y la civilización. Pero la política de acercamiento con el oligarca, que nos odia, sólo nos arrojará al abismo. En este momento no somos exactamente un gobierno científico, pero tampoco somos un gobierno populista. Y esa es la causa de los disturbios y el origen de nuestro abatimiento. Estamos atrapados entre dos fuegos. No somos adversarios de nadie; pero el mundo entero es nuestro adversario. El presidente ya ve las cosas claras en este asunto del que depende la vida del gobierno y quizás la nuestra. Mientras mantengamos el apoyo del Congreso y del pueblo, no necesitamos a los peces gordos”. Y esa es la causa de los disturbios y el origen de nuestro abatimiento. Estamos atrapados entre dos fuegos. No somos adversarios de nadie; pero el mundo entero es nuestro adversario. El presidente ya ve las cosas claras en este asunto del que depende la vida del gobierno y quizás la nuestra. Mientras mantengamos el apoyo del Congreso y del pueblo, no necesitamos a los peces gordos”. Y esa es la causa de los disturbios y el origen de nuestro abatimiento. Estamos atrapados entre dos fuegos. No somos adversarios de nadie; pero el mundo entero es nuestro adversario. El presidente ya ve las cosas claras en este asunto del que depende la vida del gobierno y quizás la nuestra. Mientras mantengamos el apoyo del Congreso y del pueblo, no necesitamos a los peces gordos”.

Al frente del Ministerio de Educación, Pino decidió que favorecería “la educación elemental y popular”y, de acuerdo con los deseos del presidente Madero, quería eliminar los últimos vestigios del positivismo, una ideología que había sido favorecida por los Científicos, un grupo de tecnócratas que había asesorado a Porfirio Díaz. En el contexto de la separación de Iglesia y Estado, los ex ministros de Díaz habían favorecido una educación laica de ideología positivista en contraposición al naturalismo, ideología que había favorecido la Iglesia Católica, históricamente predominante en la educación del país. Los Científicos, sin embargo, “debido al triunfo del movimiento revolucionario de 1910…habían perdido casi todas sus posiciones políticas; la Escuela Nacional de Jurisprudencia era una de las pocas importantes -como fuente de abastecimiento de “cuadros” políticos- que quedaban en sus manos, y decidieron dar un mano a mano antes de perderla”

Para acabar con el control que el régimen anterior tenía sobre la Escuela Nacional de Jurisprudencia, Pino nombró a Luis Cabrera como su director, nombramiento que fue recibido con desdén por los estudiantes de derecho. Las diferencias entre el Ministerio y los estudiantes de derecho llevaron a la fundación de la Escuela Libre de Derecho como una universidad privada. Una vez derrocado el régimen maderista en 1913, varios profesores de esta nueva institución fueron ministros del gobierno de facto encabezado por el general Victoriano Huerta, y muchos estudiantes celebraron el cambio de régimen.

En enero de 1913, sólo unos meses antes del golpe de Estado, "los diputados del partido Renovador optaron por consultar con el Presidente para hacerle consciente del peligro que rodeaba a su gobierno y recomendarle que reestructurara su gabinete, nombrando revolucionarios con una probada trayectoria de lealtad al gobierno.Encabezados por José Inés Novelo [es] [ex secretario privado de Pino], los congresistas se reunieron con el Presidente el 25 de enero de 1913, pero Madero rechazó sus propuestas y dio por terminada la reunión abruptamente. ”

Los Diez Días Trágicos: Golpe de Estado Militar

Para febrero de 1913, Gustavo Madero ya había sido designado embajador en Japón, aunque aún no había partido hacia Tokio. Su separación del gobierno fue “una buena garantía, escondida en una valise diplomatique, de sus discrepancias [con el Presidente]”. Por razones similares, Pino, "en el fondo de su corazón anhelaba renunciar y es un punto que discutía muchas veces en hermética intimidad". Luis Cabrera, siempre cercano a Pino Suárez, "previendo el terremoto que hundiría al gobierno" decide irse al extranjero.

Pino fue quizás el primer miembro del gabinete de Madero en sospechar de la lealtad del general Victoriano Huerta, quien aún conservaba la apariencia exterior de ser leal al gobierno de Madero:

“Una tarde, poco antes, Huerta se anunció en casa de Pino Suárez. El mayordomo lo hizo pasar a la sala; y el Vicepresidente creyó que el objetivo de Huerta era arrestarlo. Se asombró mucho cuando Huerta, abrazándolo, le dijo: 'Señor Pino Suárez: mis enemigos afirman que voy a dar un golpe de Estado. Ahora, aquí estoy para reiterar mi adhesión al gobierno'".

El 9 de febrero, cuando estalló el golpe de Estado que les costaría la vida, Pino Suárez informó de inmediato a Federico González Garza, Gobernador del Distrito Federal, del levantamiento militar, quien a su vez informó a Emiliano López Figueroa, Inspector Jefe de la Policía. Posteriormente, Pino Suárez y González Garza se dirigieron hacia el Palacio Nacional que ya estaba siendo sitiado por los rebeldes.

Ese mismo día, Pino Suárez y González Garza acudieron al Castillo de Chapultepec para acompañar al presidente desde su residencia oficial hasta Palacio Nacional que, a pesar del cerco rebelde, había sido protegido con éxito por el general Lauro Villar, leal al gobierno. González Garza organizó una compañía de cadetes y gendarmes para proteger al Presidente y al Vicepresidente en su camino a Palacio, en un recorrido que se recuerda en la historia de México como la marcha de la lealtad(la marcha leal). Sin embargo, la caravana encabezada por el presidente fue atacada a tiros por un francotirador. El presidente y su séquito tuvieron que detenerse, buscando refugio en una tienda de fotografía daguerre donde fueron alcanzados por Gustavo Madero y, tiempo después, por el general Victoriano Huerta. Allí, Madero fue informado de que el general Villar había resultado herido en combate y, a pedido de Ángel García Peña, secretario de Defensa, se decidió nombrar al general Huerta en su reemplazo como comandante militar encargado de poner fin a la insurrección.

Después del fracaso de los rebeldes para tomar el Palacio Nacional, los rebeldes tuvieron que retirarse a La C iudadela, una fortaleza y depósito de armamentos en el centro histórico de la Ciudad de México. Victoriano Huerta, quien en secreto había llegado a un acuerdo con los rebeldes para asumir la presidencia interina una vez que cayera el presidente Madero, pretendía permanecer leal al gobierno. Sin embargo, su munición fue disparada de manera que causara el mínimo daño a La Ciudadela., asegurando que la fortaleza no cayera en manos del gobierno y causando el máximo daño a otros edificios, particularmente ocupados por residentes extranjeros, para convencer al mundo de la ineficiencia del gobierno. Como Pino antes que él, Gustavo Madero sospechaba que el general Huerta, que antes había sido reconocido a lo largo de su carrera por su talento en el manejo de la artillería, ahora mostraría tal ineptitud. El 17 de febrero, Gustavo Madero decidió arrestar al general Huerta y lo presentó ante su hermano, acusándolo de traición. El presidente Madero, en un error que le costaría la vida, decidió creer la palabra del general Huerta cuando juró que La Ciudadela caería en 24 horas.

Al día siguiente, 18 de febrero, mientras el Gabinete se reunía en Palacio Nacional, tropas insurgentes al mando del Coronel Teodoro Jiménez Riveroll irrumpieron en la sesión e intentaron detener al Presidente, al Vicepresidente ya todo el Gabinete. Los servicios secretos protegieron al presidente y el capitán Gustavo Garmendia logró matar al coronel Jiménez Riveroll, frustrando así ese intento de derrocar al gobierno de Madero. Una pequeña delegación encabezada por el presidente Madero y el vicepresidente Pino Suárez pretendía acudir al patio de Palacio Nacional para conseguir el apoyo de las tropas leales. Sin embargo, el ejército se mantuvo al margen mientras el general Aureliano Blanquet arrestaba a su comandante en jefe. Madero y Pino Suárez, ahora prisioneros de las fuerzas rebeldes, fueron llevados a las oficinas de la intendencia de Palacio Nacional junto al general Felipe Ángeles,

Pedro Lascuráin, canciller de Madero, actuó como intermediario entre el gobierno de Madero y los rebeldes encabezados por el general Huerta. Lascuráin transmitió la oferta de Huerta a Madero y Pino Suárez: si ambos renunciaban a sus respectivos cargos, les permitiría ir al puerto de Veracruz, donde podrían embarcarse y exiliarse en el país extranjero de su elección. Madero y Pino Suárez acordaron presentar sus respectivas renuncias, pero pusieron varias condiciones, entre ellas, exigieron que Lascuráin no presente la doble renuncia al Congreso hasta Madero, junto a su hermano Gustavo (todavía desconocían su trágico final)., Pino Suárez y Ángeles, habían embarcado con sus respectivas familias en un buque de guerra que había sido provisto por el gobierno de Cuba. Al redactar los documentos de renuncia,

¿Qué he hecho yo para que me quieran matar? La política sólo me ha proporcionado angustia, dolor y decepción. Créanme cuando les digo que solo me ha motivado el deseo de hacer el bien. Pero la forma de moda de hacer política es a través de la intriga, la falsedad y el lucro. El señor Madero y yo no hemos hecho política de esta manera. Respetamos la vida y las convicciones de nuestros conciudadanos, cumplimos la ley y exaltamos la democracia que encontramos en ruinas. ¿Es justo que despierten a tan ciego enemigo y lleven al patíbulo a dos hombres honestos que no odiaron, no intrigaron, no engañaron y no aprovecharon?

José María Pino Suárez

Rompiendo con la principal condición que le habían impuesto Madero y Pino para renunciar, Lascuráin acudió de inmediato al Congreso y presentó la doble renuncia, en lugar de esperar a que el Presidente y el vicepresidente estuvieran a salvo a bordo del buque de guerra cubano que los llevaría al exilio.. El Congreso aceptó ambas renuncias en la creencia de que esto salvaría la vida de Madero y Pino. A pesar de varias gestiones realizadas por varios miembros del cuerpo diplomático acreditado en México y las familias de ambos hombres, el nuevo gobierno de facto encabezado por Victoriano Huerta nunca permitió que se exiliaran.

Asesinato

La noche del 22 de febrero, Madero y Pino Suárez fueron sacados de Palacio Nacional, donde se encontraban cautivos, para ser trasladados en dos vehículos al Penal de Lecumberri.

Cuando llegaron a Lecumberri, los autos pasaron la entrada principal, girando hacia el extremo más alejado del recinto. Allí, Francisco Cárdenas, cabo de las Rurales, ordenó a Madero que bajara del auto y, ante su negativa a obedecer, le disparó en la cabeza, matándolo instantáneamente. Tras este acto, el teniente Rafael Pimienta disparó contra Pino Suárez, cuyo cuerpo registró un total de trece impactos de bala.

El magnicidio se llevó a cabo por orden expresa del General Huerta y su gabinete. Sin embargo, el gobierno de Huerta explicó que un grupo de simpatizantes había intentado rescatar al expresidente y al exvicepresidente y que ambos hombres habían recibido disparos cuando intentaban escapar de sus captores. Francisco León de la Barra, canciller de Huerta, envió un cable diplomático con esta explicación que “circuló por todas las cancillerías del mundo […] explicando, en forma de novela, el sensacional hecho… más aún en México, donde se ha aplicado demasiadas veces la Ley Fuga [...] Nadie, partidario o enemigo del gobierno, creyó la fábula oficial".

En Estados Unidos, "la opinión pública estaba tan conmocionada que al presidente William Howard Taft le resultó imposible reconocer al gobierno de Huerta". Su sucesor, Woodrow Wilson, había simpatizado con Madero y apoyaría a las fuerzas constitucionalistas de Venustiano Carranza que lograrían derrocar la dictadura de Huerta en agosto de 1914. La dictadura militar de Huerta contó con el reconocimiento de facto de algunos gobiernos europeos, incluido Gran Bretaña. así como China y Japón. Por otro lado, Estados Unidos y los países latinoamericanos (con excepción de Guatemala) evitaron otorgar el reconocimiento. Finalmente, Woodrow Wilson pudo convencer al gobierno británico de que cambiara su actitud hacia Huerta.

María Cámara Vales, viuda de Pino, quiso ir a identificar el cuerpo de su esposo, pero familiares y amigos la convencieron de que no “sufriría la tortura de verlo”. Pero era Alfredo Pino Cámara, su hijo mayor, entonces solo un adolescente de catorce años, que "examinó con horror los rasgos hinchados de su padre y la tira de cartón, atada con una venda, que sostenía el cráneo desmembrado".

Legado

María Cámara, la viuda de Pino, por temor a la persecución de la nueva dictadura militar, huyó de la Ciudad de México. Volviendo inicialmente a su Mérida natal. En 1969, poco antes de su muerte, el Senado mexicano le otorgó la Medalla de Honor Belisario Domínguez, el premio más alto que México puede otorgar a sus propios ciudadanos.

En 1986, el presidente Miguel de la Madrid ordenó que los restos de José Pino fueran trasladados con todos los honores militares a la Rotonda de las Personas Ilustres, lugar que honra a quienes se considera que han enaltecido la vida cívica y nacional. valores de México.

En 1915, el Congreso del Estado de Tabasco dispuso que la casa natal de Pino pasara a llamarse Tenosique de Pino Suárez. En Villahermosa, la capital del estado de Tabasco, se erigió una estatua en su honor. Posteriormente, su nombre fue escrito con letras de oro en el salón de actos del Congreso del Estado de Tabasco. La biblioteca pública también lleva su nombre en su honor.

En todo el país, varias ciudades tienen calles nombradas en su honor cerca del centro de la ciudad. Queda en el centro histórico de la Ciudad de México un homenaje contemporáneo de Pancho Villa: en la mañana del 8 de diciembre de 1914, declaró que una de las calles que salen del Zócalo llevaría el nombre de Pino Suárez; hasta la fecha se mantiene como Avenida Pino Suárez (Avenida Pino Suárez), es una de las calles más populares e históricamente significativas de la ciudad y fue peatonalizada en 2009. El edificio de la Corte Suprema de Justicia se encuentra en esta calle y es comúnmente conocido como Pino Suárez 2. Un programa de televisión de larga duración que cubre el poder judicial (canal judicial) se llama Pino Suárez Dos.

Metro Pino Suárez, una de las estaciones más importantes del Metro de la Ciudad de México también lleva su nombre.

En 2010, en el centenario de la Revolución Mexicana, el Banco Central de México (Banco de México) ordenó la acuñación de una moneda de cinco pesos ($5.00) con el retrato de José María Pino Suárez. Se acuñaron monedas similares con la efigie de Francisco I. Madero, Álvaro Obregón, Venustiano Carranza, Pancho Villa, Emiliano Zapata y otros importantes líderes revolucionarios.

  • Esta Estatua fue erigida en el sitio donde fue asesinado José María Pino Suárez. Pino Suárez es elogiado como el Mártir de la Democracia.
  • El edificio de la Corte Suprema de Justicia está ubicado en Avenida Pino Suárez 2.
  • Biblioteca Pública Pino Suárez en Villahermosa, Tabasco.

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